La navidad es una de las épocas más esperadas del año, en la que, de por sí, se encuentra la oportunidad perfecta para compartir con los seres queridos, con las parejas y con esas amistades.

Durante esta época, la búsqueda de abundancia y prosperidad es un anhelo universal y en el afán por crear un ambiente armonioso y próspero en el hogar, las personas recurren a diversas prácticas y rituales que han sido transmitidos a lo largo de generaciones; uno de estos, es el uso de la canela.

En el mundo del Feng Shui, la armonía y el equilibrio son fundamentales para crear un entorno que promueva la energía positiva y la prosperidad. En ese sentido, agregar canela al árbol de Navidad permite terminar con las envidias, proteger a las personas del ‘mal del ojo’ y purificar el ambiente.

El árbol de Navidad tiene un significado relacionado con la paz, con la vida y es un recordatorio de reconciliación. | Foto: Getty Images

“La canela puede colocarse en todas sus presentaciones, ya sea en polvo o en varitas”, afirmó el portal web, glamour. Todo esto, porque es el remedio más efectivo para terminar con cualquier mala racha económica y entrar en equilibrio.

De hecho, el Feng Shui recomienda soplar la canela en polvo sobre el árbol de Navidad. O si la persona prefiere, colocar las varitas debajo de algunas de las hojas del adorno navideño. Con el fin de liberar cualquier tipo de negatividad y energía no tan positiva que rodea el hogar.

La canela tiene efectos positivos cerca del árbol de Navidad, según el Feng Shui. | Foto: Getty Images

“Su olor influye en el estado anímico y mental; además de tener cualidades purificadoras, de protección y sobre todo de atracción”, confirmó el portal web anteriormente mencionado.

La posición del árbol de Navidad, así como la decoración, es importante en el Feng Shui. | Foto: Getty Images

Asimismo, no es un secreto que la época decembrina trae consigo amor, alegría e incalculable ganas de llenar los espacios favoritos de mucho color, de paz y de tranquilidad. Por lo anterior, puede ser la época perfecta para buscar la protección del ‘mal del ojo’.