En el mundo de la limpieza, la combinación del vinagre y el bicarbonato es una de las preferidas, pues son múltiples los beneficios que esta mezcla contrae para el hogar, la ropa, las manchas y demás. Del mismo modo, ambos productos son amigables con el medio ambiente y el bolsillo.
Por su parte, el bicarbonato de sodio es un compuesto alcalino que actúa como abrasivo suave, ideal para eliminar manchas y olores. Su capacidad para neutralizar ácidos lo convierte en una opción eficiente para desodorizar espacios y limpiar superficies.
De otro lado, el vinagre es un ácido acético diluido que tiene propiedades desinfectantes y puede disolver depósitos minerales, como la cal. También es eficaz para cortar la grasa y eliminar manchas de óxido en superficies metálicas.
Cuando se combinan bicarbonato de sodio y vinagre, se produce una reacción química que genera dióxido de carbono y agua. Este proceso produce burbujeo y efervescencia, lo que a menudo se percibe como una señal de limpieza efectiva.
Sin embargo, una vez que la reacción haya terminado, ambos ingredientes se neutralizan mutuamente, perdiendo gran parte de su efectividad individual.
Es importante destacar que, si bien esta mezcla puede ofrecer una limpieza superficial en algunas circunstancias, no es la mejor opción para tareas que requieren una desinfección profunda. Esto se debe a que el vinagre, al ser neutralizado por el bicarbonato, pierde su capacidad ácida, que es lo que le permite actuar como desinfectante.
Al respecto, el doctor Carlos Rius, profesor titular en la Facultad de Medicina de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), argumenta: “Si mezclamos bicarbonato con vinagre, se produce acetato de sodio y CO₂, lo que no es realmente efectivo contra la suciedad”.
En lugar de utilizar ambos ingredientes, el doctor Rius recomienda el uso de “una solución de cloro diluido en agua para eliminar todo tipo de bacterias”, lo que a su vez se traduce en una limpieza más efectiva.