En diciembre, mes de reflexión y gratitud, muchas personas adoptan tradiciones que buscan atraer bienestar y riqueza para el nuevo año. Varias de las más conocidas son como salir con la maleta a dar la vuelta a la manzana o comer las 12 uvas con un deseo y propósito para el año, entre muchos más rituales que se practican.
Uno de los rituales más populares y cargados de simbolismo es el plato de los siete granos, una práctica que representa abundancia, armonía y energía positiva en el hogar, el trabajo y el estudio.
Este ritual tiene su origen en creencias ancestrales de varias culturas, consiste en reunir diferentes semillas y cereales. Según los principios del Feng Shui, cada uno de estos granos tiene un significado especial, simbolizando crecimiento económico, estabilidad y equilibrio en la vida familiar.
Al combinar estos elementos, se potencia su carga energética, atrayendo prosperidad desde los primeros días del nuevo año. Un ritual que se debe hacer con toda la “intención” para poder atraer lo mejor a la vida.
El significado espiritual de los siete granos
El plato de los siete granos también tiene una conexión con relatos religiosos, como la parábola de José en el libro del Génesis, donde el almacenamiento de granos permitió a Egipto superar años de hambruna. Este acto de previsión simboliza la importancia de prepararse para el futuro y proteger el hogar de la escasez.
La tradición se inspira en este mensaje de abundancia y estabilidad, utilizando los granos como un medio simbólico para asegurar la prosperidad. Cada semilla representa un valor: energía, fertilidad, amor y bienestar, reforzando la intención de este ritual como una práctica espiritual y emocional.
Pasos para realizar el ritual:
Preparar el plato de los siete granos es sencillo, pero requiere atención a ciertos detalles. Según la receta ancestral, los elementos esenciales para atraer la abundancia son:
Garbanzos - Frijoles - Trigo - Arroz - Lentejas - Mijo y las Semillas de Girasol.
Además de estos ingredientes, es recomendable incluir hojas de laurel, monedas o billetes, que simbolizan protección y atracción de riqueza.
Para realizar el ritual, debe colocar cantidades iguales de cada grano en un recipiente de vidrio o un plato decorativo. Una vez dispuesto, ubique el recipiente en un lugar estratégico de la casa, como el centro de la mesa del comedor o en la cocina, áreas vinculadas a la dinámica familiar y la provisión.
Es importante no mover el recipiente de su lugar durante todo el año. Al finalizar el ciclo, se deben renovar las semillas para reiniciar el proceso de abundancia. Este sencillo ritual, cargado de simbolismo y tradición, no solo embellece el hogar en la temporada navideña, sino que refuerza la intención de un año lleno de prosperidad y armonía.