Atraer buenas energías y limpiar sus espacios de las malas vibras es el propósito de quienes creen que esto les ayudará a atraer la abundancia y la tranquilidad.
Para ello, el Feng Shui tiene pequeños rituales para atraer el dinero y la abundancia. Estos rituales, como el del palo santo, pueden potenciarse si se visualizan en los días correctos y con las instrucciones detalladas, logrando resultados mucho más efectivos, ya que poseen su paso a paso que debe ser respetado en caso de querer hacerlo.
¿Para qué sirve un sahumerio?
El palo santo es uno de los elementos dentro del mundo de la espiritualidad más habitual, porque se utiliza a manera de sahumerio para justamente sahumar ambientes en pos de atraer la abundancia y el dinero.
En el mundo del Feng Shui existen algunos días específicos en los cuales prender el palo santo puede ser mucho más efectivos si el fin es conseguir que el dinero y la abundancia del mismo llegué a los hogares para quedarse.
Así es como los días más óptimos en los cuales se puede prender un palo santo son los días miércoles y viernes, puesto que estos días de la semana es que se realizan en general este tipo de rituales. El resto de los días son usados para realizar prácticas similares pero para fortalecer la salud, limpiar las energías de la casa o buscar armonizar los espacios.
¿Qué es el Palo Santo?
El palo santo, también conocido como “madera sagrada”, es una especie arbórea cuya madera es reconocida por su aroma intenso con un toque ligeramente cítrico, por lo que comúnmente se utiliza como incienso para fines energéticos.
El incienso de esta madera contiene propiedades antisépticas, medicinales antireumáticas y diuréticas, además de ser una gran fuente de antioxidantes.
¿Para qué se utiliza el palo santo?
Además de sus antiguos usos como agente purificador, la madera de palo santo se utiliza como incienso para purificar el hogar de las malas vibras que pueda haber en él, ya sea por inquilinos anteriores, por personas que contaminan con su energía o incluso por tus propios problemas, que suelen quedar atrapados en la atmósfera.
Las culturas prehispánicas solían utilizarlo para rituales religiosos y espirituales, para conseguir una mejor comunicación espiritual con sus dioses, atraer la buena suerte y alejar la negatividad en los espacios.
Por ejemplo, fue usado por los Chamanes Incas en sus rituales religiosos y espirituales, que lo consideraban una herramienta perfecta para atraer la abundancia y la paz.