Mantener la ducha limpia y sin acumulaciones puede ser todo un reto, pero afortunadamente existen soluciones efectivas y económicas que se pueden encontrar en la misma cocina. Los productos caseros como el vinagre, el bicarbonato de sodio y el limón son excelentes aliados para dejar la ducha reluciente sin necesidad de utilizar químicos fuertes.
Es importante hacerle mantenimiento a la ducha, ya que por esta sale el agua que tiene contacto con la piel. Los sedimentos que se van formando en su interior pueden ser malignos para algunos tipos de piel.
¿Por qué funcionan estos productos?
Estos ingredientes comunes de la cocina tienen propiedades abrasivas y desengrasantes que permiten eliminar efectivamente la suciedad, el moho y la acumulación de jabón en la ducha. Por ejemplo, el vinagre es un potente desinfectante natural que también ayuda a remover el sarro. El bicarbonato de sodio es un excelente abrasivo suave que limpia sin rayar las superficies. Y el limón aporta ácido cítrico que descompone la mugre incrustada.
Pasos para limpiar la ducha
- Rociar vinagre blanco puro por todas las superficies de la ducha, enfocándose en la abertura por donde entra el agua, ya que es una de las áreas con mayor acumulación de grasa y sedimentos.
- Esparcir bicarbonato de sodio sobre las superficies cubiertas con vinagre y dejarlo actuar, por lo menos, por unos 10-15 minutos.
- Tomar un cepillo de cerdas suaves y frotar la ducha para eliminar la suciedad y el moho.
- Enjuagar bien la ducha con agua caliente hasta que no quede rastro de vinagre o bicarbonato.
- Cortar un limón por la mitad y usar cada mitad para frotar las áreas que aún lucen opacas o con rastros de cal.
- Finalmente, volver a enjuagar la ducha con agua caliente.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.