El año 2020 no fue el mejor para las finanzas de los municipios y departamentos del país que presentaron una reducción en sus ingresos de más del 12 % respecto al 2019.
Así lo indica el reciente informe del Departamento Nacional de Planeación (DNP) sobre el desempeño fiscal de los territorios. En ese documento se evidencia que la pandemia afectó las finanzas de casi todos los entes territoriales y que estos aumentaron su dependencia de los dineros de la Nación.
Por ejemplo, según el informe, la reducción real en ingresos de los departamentos fue cercana al 5 %, con una caída de los recursos propios de más del 18 % pasando de $11,49 billones a $9,4 billones. Asimismo, la reducción real de los ingresos municipales fue de 1 %.
En los departamentos, el indicador de dependencia de las transferencias tiene un promedio de 65,71 %, es decir que de los ingresos percibidos por estas entidades más de la mitad corresponden a recursos de la Nación. En el caso de los municipios es dependencia es del 70 %.
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¿Qué pasó en la región?
El nuevo índice de desempeño fiscal mide los resultados fiscales y la gestión financiera de los territorios. Esto incluye: inversión, endeudamiento, dependencia de las transferencias, capacidad de ejecución, cumplimiento de la ley 617, búsqueda de recursos propios, entre otros.
El Valle del Cauca obtuvo una calificación de 63,40 puntos, en una medición de uno a 100, lo que ubica al departamento en tercer lugar entre las regiones de categoría especial y en una situación vulnerable, “lo cual significa que pueden cumplir límites legales de deuda y gasto, pero aún tienen alta dependencia de las transferencias y bajos niveles de inversión”, explicó el DNP.
En el 2019 la calificación del Valle fue un poco mayor con 64,54 sobre 100.
Asimismo, el municipio de Cali se situó en la cuarta posición en desempeño fiscal, entre las principales ciudades del país, con una calificación de 65,02, también en un posición vulnerable.
“Claramente las finanzas de todos los municipios y departamentos de Colombia no están bien. En lo que corresponde a la región vemos una gran vulnerabilidad y a nivel municipal esto significa que las finanzas no son sólidas y que cualquier deterioro adicional puede ser preocupante”, explicó Julio César Alonso, director del Centro de Investigación en Economía y Finanzas.
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Agregó que la pandemia lo que hizo fue agudizar problemas que ya se traían del pasado. “Los ingresos tributarios y no tributarios cayeron y el gasto aumentó y eso hace que el déficit se haya hecho más grande”.
Como se ha conocido, por el lado de Cali se proyecta un nuevo endeudamiento por $650.000 millones que, según el municipio, se destinará a inversiones que ayuden a la reactivación de la ciudad.
Asimismo, el Valle tiene una deuda de $470.000 millones y “todavía tenemos un cupo de $175.000 millones más. En momentos de crisis el crédito es una bendición”, dijo recientemente el director de Hacienda del departamento, José Fernando Gil.
Aún con el nivel de deuda que tiene el departamento, la firma Fitch Ratings otorgó nuevamente la calificación AAA al Valle, lo que “significa que tenemos controlado los gastos de funcionamiento con ingresos de libre destinación”, aseguró el funcionario.
Según el informe de Planeación Nacional, el año pasado se observó un incremento en la deuda de los municipios, la cual ascendió a $12 billones, lo que representa el 70 % de la deuda territorial. “Se destaca que más del 57 % de la deuda está concentrada en 6 entidades, estas son: Bogotá, Medellín, Barranquilla, Cali, Antioquia y Cundinamarca”.
El ingreso por predial se consolidó como el impuesto más importante para el 2020 y fue el único que repuntó pasando su recaudo de $9,4 billones a $9,6 billones
Mejor desempeño
Cundinamarca con 73,55 puntos, Rionegro con 80,80 y Medellín, en Antioquia, con 78,56 puntos obtuvieron en sus categorías los mejores puntajes en la medición del Índice de Desempeño Fiscal para 2020.
Según Planeación, los resultados del estudio dan cuenta de los nuevos retos que tienen las entidades territoriales en términos de finanzas públicas, entre los que se encuentran: incrementar la inversión, aumentar los recursos de esfuerzo propio, para no depender tanto de las transferencias de la Nación, y fortalecer su capacidad de programación de ingresos propios.
Para Julio César Alonso, el ordenamiento de las finanzas es clave en estos momentos en los que se requiere unos entes territoriales con capacidad de gasto para ayudar en la reactivación económica de las regiones.
En cifras
$114,3
billones gastaron los entes territoriales en 2020, la cifra es menor en 9% frente al 2019 cuando este sumó $125,4 billones.
$9,4
billones sumaron los ingresos de los departamento en 2020, 12% menos que en 2019 cuando llegaron a $11,4 billones.