Muchos coinciden en que el sexo, además de ser placentero, ayuda a ejercitar el cuerpo y que es tan saludable como realizar una caminata por 30 minutos. Lo cierto es que pocos saben cuáles son realmente los beneficios que trae consigo mantener una constante actividad tanto física como sexual. Ambas prácticas resultan ser todo un complemento.
Una constante actividad sexual puede ayuda a mantener el equilibrio en los niveles de testosterona, la hormona encargada de mantener la libido alta. Además, este resulta ser bastante beneficioso para el corazón, pues, al aumentar la frecuencia cardíaca y el movimiento de algunos músculos, una persona puede llegar a perder entre 50 y 100 calorías, eso sí, dependiendo de la intensidad.
Sin embargo, y según los expertos, el sexo puede llegar a ser tomado como parte de una rutina física tras considerarse dos variables durante el coito: el ritmo cardíaco y el esfuerzo físico. Esto significa que, durante un encuentro sexual, la pareja debe tener relaciones físicamente más intensas, para conseguir mejores resultados.
“Si bien es cierto que la actividad sexual es una actividad física, no podemos decir que esta reemplaza al ejercicio porque las fuerzas son diferentes. En un encuentro sexual promedio el esfuerzo es equilibrado. Sin embargo, se requeriría de una actividad sexual muy intensa, prolongada y vigorosa para tener los mismos beneficios de una actividad física de media o una hora, la idea es que estas dos actividades sean complementarias”, asegura la psicóloga, sexóloga y terapeuta de pareja Ana Cristina Mallarino.
Y es que según un estudio publicado por el Journal of Sexual Medicine, 20 minutos de actividad física bastan para elevar los niveles de testosterona y aumentar el deseo sexual.
En eso coincide el médico cirujano José Antonio Valencia, para quien todas las disciplinas que impliquen ejercicio físico ayudan a subir la libido, a mejorar el rendimiento sexual y potenciar la creatividad en la cama.
“Hay que entender que la actividad física y el entreno, ya sea de pesas o resistencia, para tener fuerza, mejoran, aumentan y garantizan mantener una concentración buena y alta de testosterona. Podemos ir encadenando eso entonces, con que aquellas personas que realizan actividad física con más frecuencia podrán tener un mejor desempeño y una mejor libido que aquellas personas sedentarias”.
Si bien, existen poses que pueden ser muy productivas para ejercitar el cuerpo, los expertos coinciden en que la actividad sexual puede ser más considerada como parte fundamental de un estilo de vida saludable.
Entre tanto, dan algunas recomendaciones para gozar de una placentera sexualidad con ayuda del ejercicio.
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Coctel hormonal
El sexo puede traer grandes beneficios para la salud. Es por eso que la psicologa y sexóloga clínica Daniela Moreno recomienda mantener una vida sexual activa, lo cual permite reforzar no solo la seguridad y la autoestima, sino también la conexión en pareja e, incluso, el sistema inmunológico.
“El sexo nos permite aumentar nuestra energía vital, esa energía física que usamos para nuestra cotidianidad. Sin embargo, esto también va a depender de qué tan activo tenga mi metabolismo y de la energía que use durante el acto sexual. Cuando tenemos sexo mejoramos nuestro flujo sanguíneo, relajamos los músculos, los tonificamos y además aliviamos el estrés. Todo esto, también, gracias a un coctel de hormonas que surgen en nuestro cuerpo durante el encuentro sexual y el orgasmo. Las endorfinas, por ejemplo, nos hacen sentir más felices y positivos. Y la dopamina activa nuestro centro de placer. No en vano se dice que cuando una persona ha tenido placer se le nota”.
Ejercicios de Kegel
Tener un suelo pélvico fuerte en las mujeres es más importante de lo que se cree, debido a que este ayuda evitar la incontinencia urinaria, un problema que afecta a alrededor del 30% de las mujeres en algún momento de sus vidas. Por eso, algunos ejercicios que involucran esta zona, es decir, los músculos debajo del útero, la vejiga y el intestino grueso, pueden resultar favoreciendo no solo la salud de la mujer sino también su desempeño sexual.
“Siempre recomiendo que las mujeres realicen los ejercicios de Kegel, como parte de su actividad física porque estos también son movimientos para fortalecer los músculos pélvicos. Esta actividad nos ayuda no solo a mejorar la tonicidad vaginal, la lubricación y a evitar la incontinencia urinaria y anal, además, ayuda a tener mejores orgasmos y mejora la sensibilidad. Por eso es muy importante hacerlos con regularidad”, destaca la psicóloga, sexóloga y terapeuta de pareja, Ana Cristina Mallarino, pues el debilitamiento del suelo pélvico por la presión y sobre estiramiento puede llevar a la falta de sensibilidad sexual, disminución de la intensidad de los orgasmos o ausencia de ellos.
Para ejercitarlos, las personas deben cerciorarse de que la vejiga esté vacía, luego apretar los músculos del piso pélvico durante cinco segundos y listo.
Rendimiento sexual
Algunas posturas sexuales pueden ayudar a ejercitar tanto los brazos, como los cuádriceps, glúteos y piernas. Sin embargo, ¿qué músculos fortalecer? A la hora de realizar actividad física depende de cómo la persona quiera mantener su rendimiento sexual.
Según el médico José Antonio Valencia “si una persona quiere complacer a su pareja y quiere desarrollar nuevas posturas en la cama, esta debe tener la parte abdominal fortalecida. Así como también el trabajo de piernas y brazos debe ser eficiente”, explica.
Es por eso que el entrenador y especialista en nutrición Juan Fernando Barcenas recomienda realizar ejercicios que ejerciten el ‘core’ o núcleo, aquella zona que reúne toda la región abdominal, al igual que la parte baja de la espalda y el tren superior e inferior.
“Tener resistencia cardiovascular y músculos más fortalecidos hace que el sexo sea más placentero y duradero. Algunos ejercicios que recomiendo hacer para esto son las elevaciones de puente pélvico, el trabajo lumbar, y de glúteos y piernas, esta última zona siempre tiene un poco más de carga así que podemos incorporar algunas sentadillas abiertas. Por último, realizar trabajos de fuerza y resistencia, donde variemos la carga y la intensidad”.