Quien gobierna hoy en Cali es el miedo. Dos meses después de iniciados los bloqueos no solo está disparada la criminalidad; también la venta de cámaras, de sistemas GPS para automotores y varias unidades residenciales han redoblado el personal de seguridad.
Escenas como las de esta semana, en la que catorce hombres armados ingresaron en un conjunto cerrado en el barrio Metropolitano, en el norte de Cali, y tras violentar la reja desarmaron a los vigilantes, generó una enorme preocupación.
Sumado eso a que la gente no sabe qué esperar de las autoridades locales, dicen los analistas, porque incluso en medio de los diálogos con quienes han liderado los bloqueos fueron amenazados de muerte el secretario de Paz, Dannis Rentería, y el subsecretario de Seguridad Guillermo Londoño. Tampoco los guardas de Tránsito pueden cumplir a cabalidad con sus funciones porque hay sectores en los que tienen prohibido el ingreso.
La situación que se vive en Santiago de Cali en lo referente a la seguridad, explica el concejal Roberto Ortiz, es caótica. “Una sensación de miedo que han impregnado pequeños grupos muy bien estructurados, que no son más de 300 personas, pero que con armas, con ataques a la población civil y a la Policía crean el caos”.
“Por eso hemos visto como unidades residenciales están reforzando sus puertas como si fueran búnkers; además han puesto alambres de púa y se han reforzado muchos de ellos aumentando el personal de vigilancia porque están presos del miedo y el horror que estas personas están causando”, agrega el concejal Ortiz.
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De acuerdo con cifras de la Fiscalía y el Observatorio de Seguridad, con corte al 12 de mayo pasado, en Cali se habían denunciado en este año 8330 casos de hurtos y al hacer un comparativo con los mismos meses del 2020, las cifras vienen en aumento: en marzo (28 %), abril (181 %) y mayo (4 %).
Ese temor que envuelve a los caleños ha llevado al aumento en ventas de comercios como el de Iván David Agudelo, socio y gerente operativo de Self Security, una empresa que ofrece el servicio de GPS para automotores, bicicletas y mascotas, entre otros.
“Entre nuestros clientes estamos teniendo en promedio cada dos días un hurto de una motocicleta, por ejemplo, y se han logrado recuperaciones y propiciado capturas y desmantelamiento de organizaciones dedicas al robo”, explica Agudelo, pese a que el acompañamiento por parte de la Policía ha sido menor por la atención que ha demandado el tema de bloqueos.
Durante el primer trimestre de este año fueron hurtados en Cali 310 vehículos, un promedio de más de cien vehículos cada mes.
Luis Eduardo Castillo, empleado de una tienda en el Centro Comercial Pasarela, asegura que las ventas presentan picos altos en situaciones como la actual, donde la gente siente la inseguridad tan cerca. “Lo que más se ha incrementado es la venta de cámaras de vigilancia en viviendas y fincas, y que permiten hacer seguimiento en tiempo real a través del teléfono celular”.
Permisividad y justificación
Para los analistas es clara la responsabilidad que tiene en esta ola de inseguridad y violencia el alcalde Jorge Iván Ospina, por la permisividad con grupos delincuenciales vestidos de manifestantes, por la mano débil frente a su accionar delictivo y la legitimidad que les ha dado.
El exsecretario de Seguridad de Cali Miguel Yusty, cree que lo que vivimos en la ciudad “fue un desplazamiento de los sectores formados en la lógica del crimen organizado, que fueron los que controlaron operativa e ideológicamente los bloqueos. Lo preocupante es que nos quitaron el control del territorio y se presentó una expansión física por parte de las diversas facetas del crimen organizado”.
“Esto fue una sucesión de repúblicas independientes; cada una de ellas permitió renegociar las relaciones entre las diversas facciones del crimen. Eso significa que el crimen organizado hizo presencia en los bloqueos, formó parte de esa dinámica y que ya le apuntaron a reorganizar sus rutas y el control no solo de los corredores tradicionales sino de nuevos corredores”, asegura Yusty.
Por su parte, el exalcalde Ricardo Cobo considera que Cali es una ciudad anarquizada y llena de caos, “entre otras cosas porque el alcalde Ospina perdió el liderazgo y con eso las cifras de la delincuencia se dispararon”.
“La ciudad se siente vandalizada y bloqueada en términos de seguridad. La percepción y la realidad es de una ciudad que no tiene dios ni ley. La destrucción y la anarquía que vivimos en los últimos dos meses en Cali nos mostró una cara absolutamente aterradora”, explica el exalcalde Cobo.
Lo inexplicable, dicen los analistas, es que se insista en supuestos diálogos con quienes han liderado los bloqueos y de los que solo se han beneficiado organizaciones delincuenciales porque aún no se ven los réditos ni para la ciudad ni la para el mismo Alcalde.
Por el contrario, lo que es cada vez más clara es la falta de control frente a estos grupos. El viernes aseguró Ospina que no permitiría aglomeraciones en la inauguración de ‘villa diablo’, el puente de la Autopista Sur con Calle 23 que fue tomado por barras del América, pero en la noche centenares de personas bloquearon el corredor vial y realizaron el evento con pólvora, sin importar las prohibiciones.
Al respecto el secretario de Seguridad, Carlos Soler, tan solo indicó que “pese a que estaba prohibido, fue una expresión social, cultura; y de resaltar que no hubo bloqueos”.
“Entonces como parte de supuestas expresiones artísticas y culturales, pintan los puentes, pintan túneles, pintan las paredes, hacen lo que les da la gana; hacen un monumento en Puerto Rellena como les da la gana y ¿entonces no hay autoridad?”, pregunta Cobo.
De acuerdo con el concejal Roberto Ortiz, el alcalde Ospina dejó pasar mucho tiempo y permitió que creciera el vandalismo, el terrorismo y toda esta delincuencia.
El ibuprofeno social
La falta de autoridad y la inseguridad en Cali no son una percepción sino una realidad. La tasa de homicidios en este primer semestre cerró en 640, cuando en el 2020 fue 475, mientras el sector gastronómico pide la presencia de las autoridades ante el incremento de hurtos.
Más preocupante aún es que los analistas consideran que la administración Ospina habría legitimado y estaría dialogando con las personas equivocadas.
Entre ellos el exsecretario Miguel Yusty quien asegura que “todos esos tipos que tenían discurso político en la primera línea no son muchachos que les haga falta las matrículas; esos son discursos catequizados e impartidos para las milicias urbanas”.
El cambio de nombres a lugares históricos de la ciudad como Puerto Rellena, el Paso del Comercio o el Puente de los Mil días, dice Yusty, “es una caricatura de la revolución bolchevique y la revolución francesa cuando le cambiaron los nombres hasta a los meses del año; aquí se está haciendo lo mismo con la bendición del Alcalde, que le está haciendo un daño inmenso a Cali. Es la desinstitucionalización de la ciudad y eso es más grave que todas las irregularidades en contratación de las que se habla. Eso son ya territorios libres”.
Carlos Enrique Valencia, del Centro Estratégico de Investigación Social C3IS, cree que lo que ocurre en Cali es que el cáncer social hizo metástasis y generó una cantidad de sintomatologías que evidencian la necesidad de un dictamen social real.
“Las autoridades solo generan diagnósticos enfocados en el tratamiento paliativo de la sintomatología, más no en las causas reales de esa criminalidad, y para ello solo han formulado un ibuprofeno social; los puntos de la denominada “Resistencia” eran “castillos urbanos” levantados en las principales vías, generando caos y custodiados por la denominada ‘primera línea’, pero había agentes con otros intereses que impidieron que las autoridades retomaran el control”, dice Valencia.
Agrega que: “Es necesaria una metodología integral que genere políticas y estrategias encaminadas a desescalonar esas afectaciones sociales que se exteriorizan en la criminalidad”.
Zozobra en Siloé
El Concejal Richard Rivera denunció “la situación de zozobra y de terror” que viven los habitantes de la Comuna 20 y demandó acciones contundentes de parte del Gobierno local y de la Fuerza Pública.
“He recibido unos videos que evidencian la difícil situación de la comuna 20, exactamente en la urbanización Venezuela, en la parte posterior del cementerio ubicado en Siloé”. En este lugar de la ciudad hay personas fuertemente armadas que, prácticamente, alrededor de las 8:00 de la noche, están mandando a dormir a los habitantes”, afirma el concejal
Rivera.