Participar en marchas masivas y desfiles callejeros, e incluso en grandes aglomeraciones en estadios y hasta en un centro comercial, según virólogos y epidemiólogos, siempre supone un riesgo de contagiarse de Covid-19. Pese a ello, hay sectores que sostienen que el aumento de casos entre abril y julio no pueden atribuirse solo a las manifestaciones, pues no existen estudios científicos concluyentes. Todo, dicen algunos, es porque el auge en el número de enfermos y de fallecimientos estaba previsto en el marco de la evolución de la pandemia en Colombia, el Valle y Cali, una vez aumentaran la movilidad y la reactivación económica.
Sin embargo, la reflexión viene a propósito de las marchas anunciadas para el próximo 20 de julio, en medio del peor pico de la pandemia.
Lo cierto es que cuando se produce alta concentración de individuos, como las sucedidas semanas entre mayo y junio, sin uso del tapabocas ni distanciamiento social, puede transmitirse el virus entre quienes gritan, vociferan, o por contacto estrecho, a través de los llamados aerosoles, que son gotículas que circulan en el aire, así se trate de eventos a cielo abierto.
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Pese a las hipótesis de uno y otro lado, el portal internacional Datos Macro, que contabiliza a diario los casos por Covid-19 en el planeta, describe en sus estadísticas que en Colombia, al inicio del paro naconal, el 28 de abril ya registraba 72.725 fallecimientos y 2.824.626 casos. Ese mismo día los decesos fueron 490, y de ahí en adelante la curva ha sido ascendente.
Luego de casi 50 días de marchas –las cuales bajaron de intensidad hacia el 15 de junio— los decesos (publica el portal) habían subido a 96.965, mientras los enfermos se elevaron a 3.802.052. Solo el 21 de junio, Colombia alcanzó las 100.582 muertes, completando 3.968.405 casos positivos, lo que significa que la propagación del virus se ha mantenido antes, durante y después de las protestas.
Esa evolución se sostiene, tanto, que hasta el 15 de julio, los colombianos contagiados sumaban 4.565.372, mientras las muertes subieron a 113.839. Todo podría empeorar si los ciudadanos se resisten a vacunarse, pese a que 21,5 millones de personas ya lo hicieron. Cali y el Valle, que fueron algunos focos principales de la protesta social, registran 6370 y 11.186 fallecidos, respectivamente, con 360.521 contagiados por diferentes circunstancias. Preocupa que el número de muertes oscile entre 60 y 80 diarias.
Cali y el Valle presentan todavía una curva ascendente de nuevos casos de covid-19. Se alerta sobre mayores impactos si se producen aglomeraciones en las calles.
Tan complejo ha sido el panorama que la ocupación de Unidades de Cuidados Intensivos, UCI, subió al 97 %, al llegar cada vez más pacientes entre los 20 y 39 años. Solo en ese rango a la fecha en el Valle hay 151.000 casos y 360 fallecidos. Pero las autoridades no tienen certeza para confirmar si la mayoría de los nuevos casos son el resultado de las marchas o no.
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Al referirse a lo ocurrido, la secretaria de Salud del Valle, María Cristina Lesmes, señala que “todo esto nos tomó en la parte alta de la actual curva de contagios sin haber descendido”, y a propósito del anuncio de futuras marchas recalca que “una aglomeración implica un aumento de la velocidad de transmisión y el incremento de casos que requieran UCI. No hemos descendido nuestro gran pico, y creo que ni el sistema de salud ni la comunidad están preparadas para lo que viene”.
Al analizar la actual coyuntura versus lo ocurrido en las marchas, el epidemiólogo y magíster en salud pública Manuel Ayala indica que “sí hay una relación causal, no solo por las manifestaciones, sino por las aglomeraciones. Cuando uno mira el evento y usted cuenta entre 14 y 21 días después, que es la etapa de incubación del Covid-19”, allí aparecen los nuevos casos.
Recuerda los días sin IVA, cuando luego de 14 días empezó un pico fuerte de casos, lo mismo en similares fechas posteriores al 8 de diciembre de 2020 y hasta el 17 de enero de 2021, por la mayor movilidad de la gente.
El especialista puso de presente que luego de la Semana Santa, en abril, los nuevos casos reportados aparecieron al día 21, y también en medio de los días más fuertes del Paro Nacional. “En las ciudades pequeñas es más difícil detectar los contagios, pero sí en las grandes urbes, como Bogotá, donde puede haber una relación causal no solo por las protestas, sino por todo tipo de aglomeraciones, aun siendo escenarios diferentes”, precisa Ayala.
Todos los expertos consultados coinciden en que es difícil cuantificar los casos de infectados durante las protestas ante la imposibilidad de registros sobre los marchantes.
Sin estudios concluyentes
Especialistas como Rodolfo Herrera, epidemiólogo de la Universidad Libre de Cali, anotan que es muy difícil identificar con certeza esa relación entre los nuevos contagios por covid y las manifestaciones, debido a que no hay estudios que así lo certifiquen.
En eso está de acuerdo el epidemiólogo Ayala, al afirmar que “no hay investigaciones concluyentes, ya que existen muchos factores externos”.
El experto destaca que “un estudio para afirmar si las marchas produjeron cierto porcentaje de contagios debería identificar, por ejemplo, quiénes participaron en las mismas, cuántos se enfermaron y contagiaron a sus familias, y quiénes no lo hicieron, y de eso no hay registros”.
Así las cosas, apunta que “desde el punto de vista técnico ese tipo de estudio no es viable, pues tendría muchos sesgos, debido a que nunca se sabrá quiénes fueron los marchantes, ya que a muchos de ellos no les interesa que sus parientes lo sepan”.
Lo único cierto, agrega Ayala, es que “con la mayor cercanía entre la gente sí puede haber más contagios, y eso se puede observar drásticamente”, lo cual comparte el tambiéb epidemiólogo Herrera, quien añade que “si las personas no guardan el distanciamiento social ni utilizan el tapabocas, los enfermos van a seguir aumentando, llámese congregación o evento masivo”.
A su turno, la epidemióloga y docente de la Universidad del Valle Lyda Osorio indica que “es muy difícil atribuir los contagios a una sola causa, sino a múltiples factores, e igualmente es difícil separar y cuantificar qué tanto contribuyen cada uno de ellos”.
Empero, la especialista reitera que la mayor movilidad de las personas, su concentración en todo tipo de lugares cerrados y mal ventilados, y sin medidas de bioseguridad, favorece una aceleración de los contagios de Covid-19.
“Desde antes del paro ya venía creciendo la movilidad junto a un mayor relajamiento de los protocolos de bioseguridad, y desde el 31 de mayo, con la resolución del Gobierno sobre la reapertura económica, aumentó todavía más la movilidad. Por ello, insisto en que es muy complicado atribuir a un solo factor (como las protestas) el auge de contagios”.
En lo anterior coincide el también inmunólogo de la Unilibre Cali, Rodolfo Pacheco, quien anota que “eso no puede saber, pues son proyecciones, dado que los ritmos de contagio cambian y dependen de muchas cosas. Tocaría mirar el histórico y sumar el exceso de casos y para ello se necesitan canales endémicos que las secretarías de Salud los manejan. Y cabe tener en cuenta que podría habernos ingresado una cepa más severa de la cual aún no sabemos”.
Así las cosas, la secretaria Lesmes, dice que “es mejor quedarse en casa y si se participa en marchas, deben guardarse las normas de bioseguridad”.
La amenaza de ‘Delta’
Con o sin el impacto de las marchas en los nuevos contagios, lo cierto es que las autoridades nacionales y regionales están en alerta frente a la llegada de la variante ‘delta’ del covid, que es más transmisible entre las personas. Esa mutación ya llegó al Ecuador en algunas provincias como Huaquillas y El Oro, donde se han detectado 64 casos, y todo indica que ya podría haberse filtrado a Colombia, aunque se había pronosticado que solo se daría hasta agosto o septiembre.
Frente a tal situación, la inmunóloga Lyda Osorio dice que “ahora lo que estamos observando son unas variantes junto a una mayor movilidad por encima de lo normal y de pre-pandemia. Y no sé cómo hacen para hablar sobre meses de llegada de determinada variante ni qué va a pasar las próximas semanas”.
Cabe recordar que ‘delta’, que tuvo su origen en la India, se encuentra ahora en 92 países, y “como no se está haciendo control de fronteras y movilidad, nos daremos cuenta que la variante está aquí hace varios meses”, puntualiza la especialista, quien pide estrechar las medidas de bioseguridad.