Aunque siempre se ha señalado al expresidente Álvaro Uribe Vélez como la persona más influyente en el actual Gobierno, alrededor de Iván Duque hay un círculo de funcionarios y amigos de plena confianza que le hablan al oído, lo aconsejan, le señalan errores e, incluso, le ayudan a tomar las decisiones más importantes de su mandato.
Uno de los miembros más influyentes del ‘sanedrín’ del Presidente es Luis Guillermo Echeverri, una figura poco reconocida en el sector público, pero que hace unos días ocupó titulares por cuenta de una carta que le envió al director del diario El País, de España, en la que, entre otras cosas, señalaba que los medios de comunicación no deberían darle espacio al senador de oposición Iván Cepeda y se mostró defensor de Uribe.
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Luigi Echeverry, como es conocido, fue jefe de Iván Duque en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y desde allí cultivaron una estrecha amistad. Luego le gerenció la campaña a la Presidencia. Es hijo de Fabio Echeverri Correa, quien fue el gerente de las dos campañas que llevaron a Álvaro Uribe a la Casa de Nariño. Prefiere guardar bajo perfil.
Según se sabe, no quiso aceptar ningún cargo en el Gobierno, aunque propuestas no le faltaron. Pero es un hombre de gran influencia en el Ejecutivo, al que Iván Duque consulta con frecuencia, incluso sobre nombramientos importantes. Una de las mujeres que está en el primer círculo de confianza del Jefe de Estado es María Paula Correa, quien empezó como su secretaria privada, manejándole la agenda y acompañándolo en todas sus correrías. Poco después asumió las funciones de la Secretaría General y posteriormente se creó para ella la figura de Jefe del Gabinete.
Sigue siendo ella el filtro para llegar al Mandatario y es quien hace pasar al tablero a los ministros.
El ministro de la Defensa, Carlos Holmes Trujillo, también es un hombre del círculo de confianza del Presidente.
Correa es muy cercana a Álvaro Uribe. De hecho, fue él quien se la presentó a Duque en Estados Unidos y desde entonces se hicieron buenos amigos. Ella, incluso, lo aconsejó para que regresara a Colombia para postularse como senador y luego como presidente. Se convirtió en la mano derecha del Mandatario y es una figura clave en su día a día.
Otro papel importante en el equipo de confianza del Jefe del Ejecutivo lo tiene Diego Molano, director del Departamento Administrativo de Presidencia de la República (Dapre).
Cuando más se supo de la existencia de Molano fue a finales de 2019, al ser encargado de la interlocución con el Comité del Paro Nacional para conocer los puntos a dialogar, lo que constituyó una tarea de mucha confianza.
El funcionario, quien también trabajó con Uribe, ha sido uno de los defensores públicos del Gobierno Nacional ante las críticas que ha lanzado, principalmente, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López.
Otra de las voces que le habla al oído a Iván Duque es la de Alicia Arango, actual ministra del Interior.
Fue una de las primeras personas en apoyarlo cuando apenas era precandidato. Fue su jefa de debate y una de sus asesoras más cercanas en la campaña para convertirse, primero, en candidato del Centro Democrático y, luego, en Presidente.
Era la escudera que lo defendía tanto de las críticas externas como las que venían desde el interior del partido por parte de algunos sectores que lo consideraban muy moderado.
Arango también tiene una comunicación muy fluida con Uribe, al punto que durante sus ocho años de Gobierno fue su mano derecha, al desempeñarse como su secretaria privada.
En la Administración Duque inició como Ministra de Trabajo y luego pasó al Ministerio del Interior. Se ha mostrado como una persona frentera y ‘sin pelos lengua’, puesto que opina hasta de temas que no le corresponden a su cartera y no tiene problema en señalarles los errores a los funcionarios o incluso a su jefe.
Justamente esa cercanía con el Mandatario se vio evidenciada hace unos días cuando quiso renunciar a su cargo y el Presidente no se lo permitió. Además, la funcionaria es vista como un ficha importante para tender puentes entre el Centro Democrático y el actual Ejecutivo.
En ese círculo cercano está también Federico Hoyos, actual consejero presidencial para Asuntos Políticos y Legislativos, un cargo clave dentro de la Casa de Nariño, pues desde ahí se da línea para el manejo de las relaciones con los congresistas.
Hoyos fue el embajador de Colombia en Canadá hasta el pasado 5 de marzo y poco después Duque lo nombró en su actual cargo.
Fue representante a la Cámara en 2014, cuando entró en la lista cerrada conformada por el expresidente Uribe y ha sido un militante fiel del Centro Democrático. No es un político muy reconocido, pero es un hombre de confianza del Presidente.
Víctor Muñoz, consejero presidencial para Asuntos Económicos y Transformación Digital, está igualmente en el círculo más íntimo del Mandatario.
El funcionario había renunciado en septiembre del año pasado a su cargo como consejero presidencial para la Innovación y la Transformación Digital, en medio de una polémica generada en redes sociales, pero Duque lo nombró a principios de este año en su actual puesto.
Por su parte, Alejandro Salas, jefe de Discursos y Mensajes, es otro de los principales asesores del Jefe de Estado, además de ser amigo cercano.
Entre las labores más importantes que ha tenido durante la pandemia ha sido la de liderar la preparación del programa Prevención y Acción, que se emite todos los días por canales nacionales de 6 a 7 de la noche.
En esa tarea, trabaja de la mano de Carlos Cortés, el consejero presidencial para la Información y Prensa, quien igualmente tiene toda la confianza del Mandatario colombiano.
En este sanedrín otra figura clave es la del exmandatario Álvaro Uribe. El mentor y padrino político de Iván Duque. Si bien no da instrucciones ni órdenes sobre lo que se debe hacer, ni tampoco hablan todos días, sus opiniones son muy importantes.
Dicen, incluso, que un trino suyo puede cambiar determinados planes del Gobierno.
Los que se fueron
Antes de que María Paula Correa ocupara la Secretaría General de la Presidencia, quien ocupaba ese cargo era Jorge Mario Eastman, a quien Duque escuchaba. Se decía que era el más mesurado de sus consejeros.
El funcionario fue nombrado embajador de Colombia en el Vaticano y ahora la relación es más laboral que personal.
Otra de las personas que le hablaba al oído al Mandatario era el actual fiscal general de la Nación, Francisco Barbosa, quien hasta principios de este año fue el consejero para los Derechos Humanos y Asuntos Internacionales.