La Alcaldía de Cali tendrá que reglamentar la circulación de los bicitaxis, una alternativa de movilidad que está creciendo en la ciudad de manera informal.
El concejal Juan Martín Bravo informó que ante la “falta de acciones por parte de la autoridad local”, interpuso una acción de cumplimiento basada en la Resolución 3256 que autoriza, en la capital del país, “la prestación del servicio público de transporte de pasajeros en triciclos y tricimóviles no motorizados y tricimóviles con pedaleo asistido”.
Según el cabildante, “es urgente que en Cali se adopte lo que dice esta resolución, cuyo fin es que el servicio se preste de forma eficiente, segura y oportuna”.
Se estima que en sectores como la Comuna 17 de Cali, específicamente en el barrio Valle del Lili, hay más de cinco operadores que atienden esa zona y no tienen ninguna reglamentación.
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La prestación de este servicio también se ha expandido a otros barrios como Salomia, Primavera y Caney, y a varios puntos en el Distrito de Agua Blanca.
“Es una pelea perdida intentar acabar con el bicitaxismo, por lo que se hace aún más necesario establecer las condiciones para que este servicio se preste con estándares de calidad”, precisó el concejal.
El pasado 11 de mayo, el Juzgado Décimo Administrativo de Oralidad de Cali admitió la acción de cumplimiento interpuesta por el concejal Juan Martín Bravo sobre el servicio de bicitaxis.
Así, las pretensiones apuntan a que, por ejemplo, la Alcaldía defina si los bicitaxis tienen o no derecho a un carril exclusivo, si deben usar la vía de los vehículos o si necesitan portar distintivos como colores y placas.
No obstante, para sectores como el de los taxistas, “los lineamientos que se dieron a conocer en el año 2018 y que toma como base el concejal Bravo, están fundamentados en el panorama de la movilidad en Bogotá, una ciudad con una realidad muy distinta a la de Cali”, dijo Jhonny Rangel, vocero de la Mancha Amarilla.
De acuerdo con él, para que los bicitaxis sean formalizados como transporte público falta mucho, ya que tendrían que conformarse como una empresa habilitada por el Ministerio de Transporte, con vehículos homologados por parte de ese organismo, con seguros contractuales y extracontractuales que permitan brindar garantías a otros actores viales, al conductor y a los usuarios.
Al respecto, James Gómez, director general de Urbavial SAS, aseguró que este sistema no está pensado para moverse por las arterias principales de la ciudad, con alto flujo vehicular, como la Calle Quinta o la Avenida Simón Bolívar. “Más bien, es una alternativa que aplica a zonas de tratamiento especial, es decir, sitios donde la prestación del servicio de transporte público es muy deficiente. También en las zonas turísticas o de conservación patrimonial”.
Ahora se está a la espera de que el Juzgado Décimo Administrativo de Oralidad dé su concepto sobre la acción de cumplimiento interpuesta por el concejal Bravo. A partir de ahí se podría determinar cuál será el futuro de este transporte informal, si hay o no la necesidad de promover su uso y establecer las zonas específicas delimitadas dentro del Plan de Ordenamiento Territorial para el funcionamiento de los bicitaxis.
Algunas reacciones
La falta de especificaciones de las normas técnicas de los bicitaxis, sumado a la escasez de agentes, conlleva a que las autoridades locales no dispongan de recursos suficientes para actuar.
Así lo indicó Andrés Felipe Ávila, presidente de la Asociación Sindical de Agentes de Tránsito, Asagetran, quien cree que el panorama puede llevar a que “se pierda el control de la situación, tal y como está ocurriendo con las ambulancias en la ciudad”.
Al respecto, Julio Giraldo, administrador de un grupo de bicitaxis de aproximadamente doce vehículos en el sector de Valle del Lili, afirmó que efectivamente falta control, lo que impide, por ejemplo, saber cuántos de estos hay en la ciudad. “Por eso, desde hace varios años la Alcaldía debió crear iniciativas para organizarnos, identificar quiénes tenemos voluntad y reglamentar este servicio que es amigable con el medio ambiente y también una fuente de ingreso para muchos hogares”, dijo Giraldo.
Una de esas familias, justamente, es la de Kevin Andrés Bravo, un joven caleño que no ha podido emplearse como bartender, oficio que estudió. Él coincide en la necesidad de regular a los bicitaxis, pero, pide que “las decisiones se tomen en colectivo y no sean impuestas por la Alcaldía”.
Finalmente, desde la perspectiva de los usuarios, la enfermera Sandra Garcés, que usa este medio de transporte de manera frecuente para llegar a su trabajo, cree también que es bueno legalizarlo, porque así se mejoran las condiciones del servicio. “Mi experiencia como usuaria del bicitaxi es positiva. Aunque algunos digan que no, para mí es cómodo. Además, cuando hacía el recorrido a pie me robaron dos veces, pero con ellos voy más segura”.