Las tasas de interés de los créditos en el país están subiendo. Los expertos dicen que esa es la realidad con la que tendrán que vivir los colombianos en los meses que vienen, pero eso no significa que se trate de malas noticias, aunque se debe tener en cuenta que sí habrá un impacto directo en los bolsillos.
En su más reciente informe, la Superintendencia Financiera reveló que la tasa de usura para marzo se ubicó en 27,71 % tras haber subido 0,26 puntos porcentuales con respecto a febrero.
La usura es la cifra máxima que un banco o una entidad crediticia puede cobrar a sus clientes por un crédito de consumo y ordinario.
La tendencia no es de este trimestre. De hecho, la misma Superintendencia muestra en su reporte que el comportamiento viene desde el año pasado. Por ejemplo, los créditos de vivienda crecieron en 6,7 %, el de consumo aumentó en 6,8 % y, según la entidad de vigilancia, el 96 % no está en mora.
El crédito comercial y el microcrédito crecieron en 2,1 % y 3,1 %, respectivamente. Además, aumentó en un 15 % el crédito de libre inversión, en 7,2 % el de libranzas y en 3,1 % el de compra de vehículos.
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“Estas cifras tienen una interpretación y es que se están recuperando empleos que se perdieron durante la pandemia y los hogares están recuperando sus fuentes de ingreso, lo que los lleva a tener recursos para poder hacer compras, tanto de contado como a crédito. En el caso de los empresarios, se puede inferir que mejoraron las ventas y que hay mejores utilidades que los lleva a necesitar capital prestado para invertir y hacer que su negocio siga creciendo. Entonces, creo que el aumento de los créditos en el país es una buena señal porque es una muestra de un mayor dinamismo económico, de mayor crecimiento de los ingresos y de aumento de la demanda”, dice Alejandro Useche, profesor de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario y experto en finanzas.
El docente cree que hay otro indicador positivo que revela la subida en los precios de los créditos y es la mejoría en las perspectivas financieras.
“Hay algo muy importante y es que se evidencia una mejora de las perspectivas individuales sobre la situación financiera, porque difícilmente una persona se mete en un crédito si piensa que en menos de seis meses va a perder su empleo y no va a poder pagarlo; o que va a quebrar su negocio y no va a poder devolver ese dinero. Entonces, el aumento de la solicitud de créditos y la aprobación de los mismos está mostrando una recuperación general de la economía”.
Por su parte, Julio Escobar, jefe regional de estudios económicos del Banco de la República en Cali, dice que en febrero se notó gran demanda de créditos, en especial de empresas para apalancar inversiones y pago de cesantías, también solicitado por Pymes.
Analistas piensan que el banco Emisor seguirá subiendo las tasas de interés en los siguientes meses para tratar de quitarle fuerza a la inflación, que va en 3,33%.
“Ha reiniciado la demanda de este tipo de créditos que son los que más pesan en la cartera total. En segundo lugar, el crédito Finagro disminuyó anualmente, pero fue superior al de enero para el Valle y cayó en el Cauca. Este crédito es en gran medida para grandes empresas cultivadores de caña palma y avícolas, además de cafeteros”, explica.
Las razones de que las tasas suban son varias. Una de ellas es que el Banco de la República, que se encarga de controlar las políticas macroeconómicas del país, ha ajustado al alza las tasas de interés bajo las hacen préstamos a los bancos del país. Esto tiene un efecto directo en los cobros que hace la banca a los ciudadanos y empresas, los cuales ya se están notando, como lo reseñó la Superintendencia.
El año pasado, en su primera reunión, la junta directiva del Banco de la República las subió en 100 puntos básicos, lo que equivale a 1 %, dejando el valor total el 4 % desde enero de este año y sumando un total de 2,25 % de incremento en los últimos meses.
La próxima reunión del Emisor será el 31 de marzo y los expertos anticipan que se va a ordenar un nuevo aumento.
Por el lado nacional está la inflación, cuya variación anual fue 6,94 %. El aumento de las tasas de interés es una de las herramientas más efectivas del banco central para combatirla.
Pero no solo las decisiones del Emisor mueven la aguja del crédito y el consumo. La realidad económica y política, tanto dentro de las fronteras, como en el resto del país, terminan por incidir. En el país, por ejemplo, estamos a meses de una elección presidencial, lo que genera incertidumbre financiera, además, el conflicto entre Rusia y Ucrania sigue incrementándose, junto con las tensiones diplomáticas con otros países hacen que se afecten los hábitos de consumo.
“Las condiciones actuales, y sobre todo las perspectivas individuales, personales, familiares sobre las finanzas futuras afectan los créditos. Si como ciudadanos vemos que la situación va a mejorar tomamos el crédito y uno alto, de lo contrario, lo pensamos dos veces. El panorama actual, tanto en el país como en el resto del planeta, es complejo y eso incide en los créditos. El Banco de la República hace esos mismos análisis”, dice el profesor Useche.
Hay un elemento más que entra a alterar el tablero: recientemente la Reserva Federal de Estados Unidos aumentó sus tasas de interés al rango de 0,25 % y 0,50 % para enfrentar la inflación de 7,9 % que registraron en febrero, la más alta desde principios de los 80.
Esto tiene efectos en toda Latinoamérica y, desde luego, en Colombia, ya que impacta en el costo de acceso al crédito externo y en los niveles de tasas de interés internas debido a la alta participación de los inversionistas extranjeros en los mercados de deuda local y cambiario.
En medio de este panorama, una de las preguntas que queda es la siguiente: ¿es este un buen momento para endeudarse?
“Las deudas no son ni buenas ni malas, depende de cómo se manejen. Cuando se usan para financiar gastos y/o consumo, es decir para comprar bienes o pagar servicios, lo único que generan es satisfacción y bienestar personal, pero su beneficio es pasajero, por no decir nulo. La cuestión es que un momento como el actual no es el más adecuado para solicitar recursos prestados y con ellos aumentar gastos”, dice.
“La coyuntura actual va a pasar y con la postpandemia y una mayor tranquilidad del entorno internacional, así como con una inflación más controlada se pueden tomar préstamos para invertir. Eso puede ser en compra de finca raíz, activos que signifiquen patrimonio porque van a generar rendimientos a lo largo del tiempo, también se puede pensar en negocios”, dice Useche.
Una opinión similar tiene Julio Escobar, quien dice que “endeudarse es bueno si es para invertir y generar recursos que permitan, en el mediano plazo, pagar la deuda con nuevos ingresos”, y añade que el crédito se puede usar para inyectar recursos en el sistema económico nacional renovando productos de marca local.
Mujeres buscan más préstamos
Hasta 1,2 millones aumentaron los créditos para mujeres en el último trimestre del año pasado, según un reporte de Transunión.
Estas cifras significan un aumento del 43 % respecto del mismo periodo del 2020 y de 0,2 % respecto del 2019.
De acuerdo con el reporte, el crecimiento anual fue impulsado por las tarjetas de crédito, los créditos de libre inversión y los créditos de vivienda. Estos repuntaron 121 %, 41% y 30 %, respectivamente.