Los libros, afirma la sabiduría popular, no son objetos de primera necesidad como la carne, el arroz, las frutas y los huevos. Por eso los libros no están incluidos en la canasta familiar. Sin embargo, para muchos otros, estos objetos resultan un alimento espiritual básico para sus vidas.
Entre estos últimos están los libreros, oficio más romántico que lucrativo, que proveen de libros a los lectores, en cualquier época del año.
Pero esta dinámica cultural y económica que tiene como base los espacios de las librerías se puede ver afectada por circunstancias extraordinarias, acontecimientos que nadie podría advertir, como una pandemia.
En Colombia es la primera vez que todo el sector comercial se ve obligado a detener sus actividades y cerrar sus espacios de servicio al público, debido a las medidas preventivas para detener la expansión del virus Covid-19. Solo los comercios de productos de primera necesidad como supermercados, siguen funcionando con restricciones de acceso como el pico y cédula.
Entre los sectores afectados por la crisis económica derivada de la cuarentena están las cerca de 250 librerías colombianas, cuyo mayor ingreso son las ventas directas en sus locales de las ciudades. Pero el golpe económico para ellas fue particularmente fuerte, ya que el confinamiento está ocurriendo justo en la primera gran temporada de ventas de libros, es decir, cuando debía realizarse la Filbo 2020, así que cuando se decretó el confinamiento, ya las bodegas estaban llenas de novedades editoriales.
Como afirma Enrique González Villa, presidente de ejecutivo de la Cámara Colombiana del Libro (CCL), “las librerías son el punto de salida de toda la cadena editorial, si estas cierran afectan todo el sector del libro, desde los escritores, editores, traductores, impresores, a las organizaciones de eventos literarios y desde luego a los mismo libreros”.
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Campaña
Por ello, después de dos semanas de cuarentena, la primera medida que toma el sector librero, en cabeza de la Cámara Colombiana del Libro (CCL) y la Asociación Colombiana de Libreros Independientes (ACLI) que reúne 48 librerías, es crear la campaña #AdoptaUnaLibrería para recaudar fondos.
La idea, es ayudar a atender la emergencia que enfrentan actualmente las librerías y reconocer así su trabajo y el de todas las personas que hacen posible que los libros lleguen a manos de los lectores.
El objetivo es convocar a la ciudadanía para que apoye económicamente a las librerías por medio de donaciones que serán recogidas por CCL y entregadas de manera equitativa a las librerías de la ACLI que se postularon en una convocatoria realizada entre los días 2 y 5 de abril.
El dinero que se recaude tiene como misión abonar al pago de la nómina de los empleados en cada una de las 47 librerías beneficiarias, cada una de las cuales cumple con las condiciones requeridas que son: tener una librería pequeña o mediana que cuente con un máximo de ocho empleados, no vender libros de saldos (solo se admiten las librerías que venden libros de segunda mano originales: libros antiguos, primeras ediciones o cualquier tipo de obra literaria especial). Tampoco se podían postular aquellas que venden libros piratas.
Las librerías que recibirán el apoyo se encuentran localizadas en Armenia, Barichara, Barranquilla, Bogotá, Bucaramanga, Cajicá, Cartagena, Chía, El Retiro (Oriente Antioqueño), Ibagué, Medellín, Montería, Pasto, Pereira, Subachoque, Tunja y Yopal. Estas empresas serán las primeras beneficiarias de una campaña que se espera continúe.
La CCL habilitó en su página web una sección para la campaña que se puede consultar en este enlace y que contiene un catálogo de las librerías beneficiadas, así como el procedimiento para realizar la donación en línea, que irá del 13 de abril al 13 de mayo.
El recaudo se realizará a través de la plataforma Vaki quienes garantizan la transparencia del proceso en cada momento.
“Las librerías son el eslabón más frágil de la cadena del libro. Dependen directamente de nosotros, los lectores, para continuar funcionando. En esta situación, todas han tenido que cerrar sus puertas al público, lo que significa que tendrán una disminución total en sus ingresos. Por eso esta campaña tiene como misión que los lectores apoyemos a los libreros, para que estos espacios continúen haciendo parte de la cultura de nuestro país. Con tu donación lograremos que 47 librerías, y con esto 180 libreros, puedan continuar con su labor”, puntualizó Enrique González Villa, presidente ejecutivo de la entidad.
Librería independientes
Carlos Alberto Gálvez Vásquez es el director de la librería ‘Expresión Viva’, fundada hace 18 años en Cali. Aunque ‘Expresión Viva’ pertenece a la ACLI no será beneficiada por la campaña #AdoptaUnaLibrería debido a que tiene 12 empleados en su nómina, cuatro más de las condiciones exigidas.
“Para nosotros está situación es muy difícil, porque seguimos manteniendo nuestra nómina, pero con facturación en ceros. Esto no se puede alargar por más tiempo, ya que nos llevaría a una tragedia que sería el cierre de la librería, lo cual representaría una gran pérdida para la ciudad”, expresa Gálvez.
Cabe mencionar que ‘Expresión Viva’ ya cerró en 2019 uno de sus espacios, aunque por otras causas. Se trataba de ‘La Cafebrería’ una librería café con excelente selección de libros importados.
Actualmente esta librería está ubicada en San Antonio, y está brindando por sus redes sociales @expresionvivaltda conferencias con artistas y escritores, además tiene abierta hasta el 30 de abril la convocatoria ‘Notas en cuarentena’ para premiar las mejores crónicas que relaten el confinamiento.
A las librerías independientes, se suman al menos 15 librerías de viejo en el centro de Cali. La mayoría son empresas familiares afectadas igual por la crisis.
“Las librerías sobrevivirán, los libros son nuestro refugio”, Felipe Ossa
Para el reconocido librero caleño Felipe Ossa, vinculado a la Librería Nacional desde que esta llegó a la ciudad en 1962, “al estar obligados a cerrar no solo en Cali, sino en todo el país donde la Librería Nacional tiene 38 sucursales, con más de 200 empleados, dejamos de generar ventas directas que son nuestro principal sustento para responder a nuestras obligaciones con empleados y arrendamientos. Sin embargo, tenemos un apalancamiento financiero para mantener esta situación sin prescindir de nuestro recurso humano, no obstante este fondo disminuye cada día”.
En este sentido, explica Felipe Ossa, “solo estamos teniendo ventas por nuestro portal de internet, despachando libros a todo el país, pero con un mínimo de empleados. De alguna forma las ventas por internet se han mantenido igual que si no hubiera cuarentena, las personas siguen solicitando libros y más en esta época de confinamiento”.
En cuanto a las estrategias y campañas para auxiliar a las librerías, el librero opina que “las medidas que tome el gobierno nacional deben beneficiar a todas las librerías, grandes y pequeñas”.