En pleno de centro de Cali, al interior de los blancos muros del Complejo Religioso La Merced, no se escucha el mundanal ruido que hay afuera. El lugar alberga la historia del nacimiento de la ciudad, su primera capilla y la primera comunidad de religiosas que llegaron hace 200 años a la ciudad.
El silencio de sus pasillos y de los museos que se albergan entre muros es un viaje en el tiempo, al poder apreciar las cerámicas que fueron elaboradas hace 500 años antes de Cristo por las comunidades indígenas que habitaban Colombia en ese entonces.
El Museo de Arte Colonial y Religioso y el Museo Arqueológico La Merced contienen la historia en silencio, sin grandilocuencia ni vanagloria. Quien quiera, por un valor simbólico ($5000) puede acercarse a apreciar los detalles de la identidad y del valor histórico entre muros. Incluso, son asiduos al lugar los turistas provenientes de España y de China, quienes han notado la influencia de la colonización en estos recintos.
“En 1971, el conjunto conventual de La Merced fue declarado el primer Monumento Nacional de Cali, marcando un hito en la conservación del patrimonio de la ciudad. Años después, el 24 de febrero de 1975, se otorgó la declaratoria oficial como monumento nacional a este inmueble, convirtiéndolo en el primer edificio en Cali con este reconocimiento”, explica Alejandro Archila Castaño, director del Museo de Arte Colonial y Religioso.
Detalles de la historia
El complejo conventual de La Merced no solo es un sitio de gran valor histórico y arquitectónico, sino que también alberga diversas funciones religiosas y culturales.
Desde su fundación, ha sido el convento de las Misioneras Agustinas Recoletas, quienes aún residen en el lugar y prestan varios servicios a la comunidad. Uno de ellos es la fabricación de hostias, que surten a parroquias, capillas y comunidades religiosas en Cali.
Además, la Capilla de La Merced es un espacio donde se celebran matrimonios con frecuencia —como el de Carlos Vives y Margarita Rosa de Francisco, en 1986- y donde las hermanas reciben intenciones de misas. “En el ámbito cultural, el Museo de Arte Colonial y Religioso La Merced, es administrado por las monjas desde el 1 de julio de 1978. Este museo alberga obras religiosas que datan desde el siglo XVI hasta el siglo XX, incluyendo pinturas, esculturas, platería y ornamentos”, agrega Archila.
El complejo también alberga al Museo Arqueológico La Merced, inaugurado el mismo año y especializado en cerámica precolombina del suroccidente colombiano.
Comenta el director varios datos curiosos sobre las reliquias del lugar: “El convento resguarda importantes vestigios y elementos históricos. Por ejemplo, el claustro corresponde a la primera etapa de construcción del edificio en el siglo XVI. En una de sus salas se conserva el muro más antiguo de Cali, construido antes de 1540, lo que lo convierte en una pieza única en la ciudad. Otro tesoro del complejo es la Pila de Crespo, la única pila pública antigua que aún se conserva en Cali; originalmente estuvo en la Calle Quinta desde el siglo XIX hasta la década de 1920, cuando fue retirada debido a la ampliación de esta calle”.
Asimismo, en la Iglesia de La Merced se encuentran dos imágenes de gran importancia para la ciudad desde sus inicios. “La primera es la Virgen de la Merced, patrona de Santiago de Cali, quien recibió el bastón de mando otorgado por Joaquín de Cayzedo y Cuero en 1811, cuando fue declarada patrona de las tropas de las ciudades confederadas del Valle. Desde entonces, es considerada la gobernadora de la ciudad. La segunda imagen es la Virgen de los Remedios, también conocida como La Montañerita Cimarrona, cuyo Niño tiene un chontaduro en la mano; la figura, esculpida en piedra, fue encontrada en las montañas al occidente de Cali, hoy corregimiento de El Queremal, hacia 1580. Fue el fraile Miguel de Soto quien la encontró en posesión de los indígenas de la región”, cuenta Archila.
Este año también se cumplen 200 años desde que llegó la Congregación de Hermanas Agustinas Recoletas, primeras religiosas de la ciudad y que actualmente son las encargadas de conservar el archivo religioso y colonial del museo, que abre de lunes a viernes de 9:00 a. m. a 12:00 m. y de 2:00 a 5:00 p. m., los sábados de 9:00 a 1:00 p. m.
Según destacan las doctoras Victoria Casas y Carolina Abadía Quintero en su más reciente investigación histórica: “De acuerdo con la documentación custodiada en la Biblioteca de San Agustín, la historia de esta congregación de agustinas data del año 1739, fecha en la cual, un grupo de ‘mujeres devotas y piadosas de la ciudad hizo explícito su interés de vivir en un espacio de recogimiento que propiciara un encuentro íntimo con Dios’”.