La inclusión es un requisito fundamental en todos los sentidos de la vida. La vemos en varios ámbitos: en la educación, en el trabajo y en la cultura y el arte.

Sin embargo, más allá de ser una política o una norma, hay lugares donde la inclusión se convierte en una verdadera oportunidad de transformación. Tal es el caso de Estímulo, una institución creada en 1980 con el propósito de ofrecer a jóvenes con algún tipo de discapacidad cognitiva una formación en danza, música, teatro y artes plásticas, unida a una primaria básica.

Inicialmente, este espacio fue pensado como un jardín infantil. No obstante, se fue modificando la modalidad de trabajo por petición del Ministerio de Educación, ya que debía definirse si sería una institución para jóvenes con discapacidad o un jardín de educación tradicional.

Ante ese difícil panorama, José Fernando Sarria, director y fundador, tomó una de las decisiones que más le enorgullecen en su vida y convirtió el lugar en lo que es hoy en día: un sitio donde confluyen la educación y el arte.

En 1990, Estímulo formó un grupo profesional de danza que ha ganado premios en Colombia y el mundo | Foto: El País

Entonces nació la visión de crear un proyecto que se encargaría de formar profesionales del baile bajo una metodología educativa inclusiva, la cual se basaría en adaptar las habilidades de cada estudiante a sus aptitudes individuales, sin prejuicio alguno de sus talentos especiales, que es como el fundador de Estímulo decidió llamar a sus discapacidades.

En los 90 fue creado un grupo profesional de danza, gracias al talento de los jóvenes de esta institución.

“Se consolidó como grupo artístico, que era el grupo representativo de la escuela, y en el 95 tuvimos nuestra primera invitación oficial: al Festival Internacional de Danza de Guacarí. Ese mismo año, fuimos a Ecuador, y desde allí ya no hemos parado, porque se ha convertido en una agrupación única en el mundo por su calidad y profesionalismo”, afirma Sarria.

Gracias a esa visión, la fundación se ha ido posicionando y participando en la Feria de Cali y en otros eventos a lo largo y ancho del territorio nacional.

A hoy, Estímulo suma más de 4500 presentaciones en distintos países, además de varios premios, incluida la Medalla de Santiago de Cali y el reconocimiento de las autoridades locales por el impacto positivo de su trabajo en la comunidad.

Pero durante estas décadas también han compartido escenario con agrupaciones que no tienen ningún tipo de discapacidad, lo que les ha permitido dejar más en evidencia el profesionalismo y el talento de sus bailarines.

Sin duda, una de las presentaciones más memorables fue el show ante el Papa Francisco durante su visita en Bogotá, en octubre de 2017.

De igual forma, han visitado Francia, México, Argentina, Estados Unidos Perú, Brasil, Ecuador y Turquía, donde obtuvieron la Medalla de Oro en la versión número 25 del Festival Internacional de Arte y Cultura de Estambul, galardón que los llenó de mucha alegría tanto a ellos como a sus seres queridos y docentes.

“Estímulo ha cambiado mi vida. No solo he conocido varias ciudades, sino que me ha ayudado a crecer, a conocer la danza, el arte y la música y a llevarlas afuera de Colombia”, dice Joel Mojica, quien llegó a la institución como estudiante y hoy en día es docente de la misma.

¿Qué discapacidades se manejan?

En Estímulo se trabajan discapacidades cognitivas, leves y moderadas. “El Síndrome de Down es realmente el único que tiene rasgos y la gente lo identifica, pero en general nuestros estudiantes son personas común y corriente que hablan y entienden perfectamente. Sin embargo, sí manejan un aprendizaje más lento al tradicional”, aclara José Fernando Sarria.

Ubicada en el barrio Cuarto de Legua, al sur de Cali, la institución también recibe personas de esa zona y del oriente de la ciudad, además de municipios cercanos como Jamundí y Puerto Tejada.

En total, actualmente cuentan con 75 estudiantes a los que se les brinda educación sin ningún costo, aunque algunos pagan una tarifa simbólica.

En esta institución se encuentran personas con edades desde los 13 y los 50 años que exploran talentos artísticos como el canto, el baile y la pintura | Foto: El País

No obstante, la capacidad de sus instalaciones es para 150 personas, por lo que está abierta la posibilidad de que lleguen más integrantes.

Ahora bien, a pesar de sus logros, la fundación enfrenta grandes desafíos financieros. Su principal fuente de ingresos proviene de un proyecto financiado por la Secretaría de Educación Municipal, pero la sostenibilidad a largo plazo sigue siendo una preocupación para sus directivos.

Estímulo ha intentado recaudar fondos a través de espectáculos y un restaurante, pero los altos costos operativos han limitado los beneficios de esas iniciativas.

Así mismo, realizan exposiciones anuales en la sala principal de la Biblioteca Departamental Jorge Garcés Borrero, donde algunas de las obras de los jóvenes creadores son vendidas, lo que logra generar un ingreso extra para la institución.

De igual manera, cuadros y artesanías elaborados por ellos han sido exhibidos en Bogotá, España y Canadá.

Siempre damos, pero no recibimos, porque nos gusta sentir que lo que tenemos nos lo hemos ganado; hemos sobrevivido, realmente a veces no sé cómo lo hemos logrado. También nos hemos endeudado para hacer las cosas. Nadie nos regaló nada, todo ha sido a punta de esfuerzo, eventos y con mucha dignidad”, comenta Sarria.

Y como director y fundador de Estímulo agrega que “en otras administraciones tuvimos apoyo, pero desde hace aproximadamente ocho años no recibimos ayuda de la Gobernación Departamental, a pesar de representar al Valle del Cauca internacionalmente en varias ocasiones”.

Adicional a la educación a la que acceden a lo largo de la semana, los estudiantes de la fundación reciben orientación y acompañamiento para que puedan desarrollar las actividades básicas de su vida, en alianza con los padres de familia o acudientes.

Ello se hace a través de procesos que brindan pautas de crianza que permiten mejorar falencias o solucionar conductas inadecuadas por parte de los alumnos de la institución.

Para Marta Cecilia Sarria, psicóloga de la fundación, la clave está en conocer el ritmo de aprendizaje de cada persona, teniendo en cuenta también que en Estímulos convergen personas con edades entre los 13 y los 50 años.

“Les hacemos un acompañamiento muy relacionado en la etapa de la vida en la que se encuentren. Por ello, es un crecimiento tanto personal como profesional, ya que se aprende a conocer qué les gusta o qué se les dificulta, y, por ende, se vuelve más fácil trabajar con ellos”, explica quien también es docente en la entidad.

Padres y docentes orgullosos

Mi hijo lleva dos años en la institución. Él viene aquí y ya no quiere volver a la casa. La labor que hacen aquí es muy bonita y el impacto en su vida ha sido excelente. Me hace sentir muy orgullosa como madre ver todo lo que es capaz de lograr si se lo propone”, comenta Gloria Rodríguez, mamá de uno de los integrantes de Estímulo.

Han llevado sus exposiciones artísticas a la Biblioteca Departamental, a Bogotá y a países como Canadá y España. | Foto: El País

Ese aprendizaje y esos logros se pueden visualizar en cada rincón de la institución, pues sus paredes y espacios albergan las pinturas que los alumnos han hecho a lo largo de los 45 años que lleva de funcionamiento.

Un talento que igualmente se pone de manifiesto en los ensayos de baile y música, dejando sin piso las creencias equivocadas de que estos niños y jóvenes tienen supuestas limitaciones físicas o mentales.

“La energía que ellos te brindan te hacen sentir y ver cómo ellos superan la vida sin ningún tipo de odio o maldad. Son muy nobles y te enseñan la bondad del ser humano. En Estímulos, lo que hacemos es enseñarles que ellos son capaces de vencer cualquier obstáculo”, comenta el profesor Yener Obando Riascos.

Al igual que él, los demás docentes de la fundación consideran que les resulta muy enriquecedor y gratificante compartir día a día con los estudiantes, porque ellos terminan por enseñarles que, a pesar de las adversidades, todas las personas tienen muchas potencialidades, aunque la mismas a veces sean invisibilizadas por buena parte de la sociedad.

Por todas estas razones, el director de Estímulo, José Fernando Sarria, reitera su llamado a las administraciones local y departamental, para que brinden mayor apoyo a la labor que realiza esta institución para el mejor estar de muchas familias tanto de la capital vallecaucana como de algunos municipios vecinos.