El nombre de María Clara Naranjo Palau puede resonar de muchas formas: es la presidenta de la Fundación Sarmiento Palau, fue una de las propietarias del Ingenio San Carlos y también se le ha conocido por haber sido una de las más recordadas presidentas del Club Deportivo Cali.
Y ahora, María Clara ha permitido que salga a flote su faceta más apasionada y quizá también menos conocida: la artística.
Hace menos de tres años, en medio de la convalecencia a la que la obligó un accidente de columna, se tomó el tiempo para hacer algo que viene haciendo desde su niñez: escribir.
De allí salió el cuento ‘Juan Caracol’, que ella misma luego adaptó al teatro y que hoy y mañana, a las 7:00 p.m., se estrena en sendas presentaciones en el Teatro Municipal de Cali.
La obra lleva el mismo nombre y cuenta la historia de Juan, un caracol del que una palmera está enamorada, pero que abandona su isla en busca de aventuras en el mar.
Se trata de un espectáculo de teatro familiar con música y vestuarios originales, y en el que participó también el reconocido dramaturgo caleño Fernando Vidal.
Hablamos con María Clara sobre esta obra.
¿Cuál es el origen de este cuento, ‘Juan Caracol’?
A mí toda la vida me ha encantado escribir. Yo escribo desde que tengo tres años. Escribía para el día de la madre, en los cumpleaños de mis papás, les escribía canciones y cartas y cuentos. Siempre he amado el arte en todas sus expresiones, la ópera, el ballet, la música, la literatura.
El cuento de ‘Juan Caracol’ lo quería escribir hace muchos años, pero no había podido porque no tenía tiempo, pero hacía mucho rato que quería escribir un cuento basado en los recuerdos que tengo de mi infancia cuando iba a la Hacienda San Carlos a montar a caballo. Para mí era muy hermoso vivir todas esas aventuras en medio de cañaduzales, y de mi infancia recuerdo mucho una palmera hermosa a la que yo llamaba ‘Despeinada’, que es la palmera de la que se enamora ‘Juan Caracol’.
En fin, hacía mucho tiempo que quería escribir sobre mi infancia. Y cuando me partí la columna tuve que estar dos años acostada en una cama, de modo que aproveché para escribir bastante. Ahí recordé mi niñez, mi vida en el campo, y empecé a escribir ‘Juan Caracol’.
Cuéntenos sobre su afición al teatro...
Siempre he sido amante del teatro. Pero cuando tenía 16 años no se veía muy bien que alguien quisiera dedicarse a las tablas, o al menos dentro de mi familia no se veía bien. Mi papá y mi tío Carlos se reían cuando les decía que quería estudiar teatro.
Mi papá alguna vez me dijo: “usted estudia teatro pero también hace otra carrera”, y yo acepté. Y me fui dizque a la Universidad de Los Andes a estudiar microbiología, que era tal vez lo que menos me gustaba en la vida. Yo no iba a las clases y porque prefería estar con Fanny Mikey haciendo teatro, e incluso estuve trabajando alguna vez con Jorge Alí Triana.
Después me vine a Cali a hacer parte del Teatro Experimental de Cali con Enrique Buenaventura, hasta que un día mi tío Carlos me dijo: “escoja cualquier universidad del mundo, la que quiera, y se va un año a estudiar teatro, y si en un año piensa lo mismo, yo me comprometo a ser el padrino de su matrimonio”.
Lea además: Conozca a las dos jóvenes que representaron a Cali en cumbre sobre la mujer de la ONU
Y, ¿se fue?
Claro. Me fui para Boston Emerson College, en donde estudié psicodrama y dirección de teatro. Allí participé en los montajes de ‘El cuarto oscuro’ y de ‘Un tranvía llamado deseo’ de Tennesse Williams.
También actué en ‘Rinoceronte’ de Ionesco y en muchas otras que ahora no recuerdo. Todas eran obras 'off-broadway' (teatro alternativo), pero eran de las más importantes. Entre Boston y New York estuve viviendo unos 30 años. Hasta que regresé a Cali y de nuevo empecé a hacer teatro.
¿Eso cuándo fue?
A principios de los años 80. Yo llegué a Cali y monté ‘La casa del teatro’, que era un teatro a la vez que una compañía teatral.
En 1983 monté, dirigí y actué en la primera obra en Cali, que fue una adaptación de ‘Dios’, de Woody Allen. Yo la traduje y la monté con la ayuda de Fernando Vidal, con quien me conozco hace muchos años y con quien he trabajado en muchos montajes teatrales. De hecho, entre los dos hicimos toda la investigación y luego escribimos el libreto para la obra ‘Jovita en el espejo roto’, que se ha presentado varias veces.
¿Y por qué no continuó en Estados Unidos haciendo teatro?
Yo regresé a Cali porque iba a casarme. La idea era volver a Estados Unidos, pero resulta que mi tío, Carlos Sarmiento, me dijo que necesitaba alguien a la cabeza de la Fundación Carlos Palau y que quería que yo estuviera ahí.
Desde entonces mi vida dio un giro y ya me vi metida en todos los trabajos de la Fundación y luego como parte del Ingenio San Carlos. No creo que se me hubiera torcido el destino, no, porque todo lo que aprendí en el Ingenio y todo lo que venimos haciendo con la Fundación ha sido muy importante para mi vida. ‘Juan Caracol’ hace parte del trabajo de la Fundación, pues nosotros le estamos metiendo mucha fuerza a la educación, al arte y a la cultura, porque creemos que ahí está la esperanza de un mundo mejor para nuestros niños.
Yo escribí ‘Juan Caracol’ y no lo vendí, lo publiqué y lo regalé. Empecé a ir a varios colegios de Cali a regalar los libros, sobre todo en zonas vulnerables.
¿Y sigue escribiendo?
Claro que sí. Como dije al inicio de la entrevista, yo escribo desde que tengo 3 años, tengo miles de cuadernos con cuentos y cartas que he escrito.
Acabo de terminar otro libro, que es una compilación de fábulas que se llama ‘El lobo feroz’.
Vamos poco a poco y espero publicarlo más adelante para luego realizar también el montaje.
Lea además: Conozca a las dos jóvenes que representaron a Cali en cumbre sobre la mujer de la ONU
La historia de Juan
‘Juan Caracol ’ es un cuento infantil escrito por María Clara Naranjo Palau, adaptado bajo la dirección del maestro Fernando Vidal, a una obra de teatro musical de la más alta factura técnica y artística.
La historia surge en Playa Blanca y narra el amor entre un caracol y una palmera. Movido por la curiosidad y el deseo de conocer nuevas aventuras, el protagonista decide salir de su playa nativa, adentrándose en los peligros del mar.