Cada 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer, una fecha que se conmemora alrededor del mundo para hacer consciencia sobre la importancia de empoderar a las mujeres en todos los entornos, proteger sus derechos y garantizar que estas puedan alcanzar todo su potencial.
Los orígenes de este día se remontan a 1908, cuando 129 mujeres murieron en un incendio en la fábrica Cotton, de Nueva York, Estados Unidos, mientras demandaban la reducción de la jornada laboral a 10 horas, un salario igual al de sus compañeros hombres, y mejoras ante las malas condiciones de trabajo que padecían. El dueño de la fábrica bloqueó las puertas para persuadir a las manifestantes, y muchas no pudieron escapar al incendio. Dos años después se desarrolló la segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, en Copenhague. El tema central fue el voto libre y efectivo para todas las mujeres, y por iniciativa de Clara Zetkin, líder del ‘levantamiento de las 20.000′, se proclamó oficialmente el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
Este año, ONU Mujeres pide al mundo “invertir en las mujeres, acelerar el progreso” como la mejor manera de potenciar el crecimiento económico y construir sociedades más prósperas e igualitarias. “No podemos seguir desaprovechando los beneficios que obtendríamos de conseguir la igualdad de género. Más de 100 millones de mujeres y niñas podrían salir de la pobreza si los gobiernos priorizaran la educación y la planificación familiar, salarios justos e igualitarios y ampliaran los beneficios sociales”, asegura la organización en un comunicado.
Idea que comparte Gabi Rojas, de la colectiva Hasta Encontrarlas, del movimiento de mujeres y feministas de Cali, quien, insiste, que esta no es una fecha para celebrar, ya que “la realidad de las cifras son espeluznantes. Es una fecha para conmemorar la lucha de las mujeres, podremos celebrar cuando podamos ejercer los derechos con equidad”.
Un día para comprometerse
Para esto es necesario analizar e identificar los comportamientos patriarcales que cada persona posee y que se ejercen tanto social como familiarmente. “Es una oportunidad para generar cambios, un día para el autoanálisis, para reconocer de qué manera estamos violentando a la mujer para poder transformarlo, ya sea comprometiéndose a eliminar los chistes sexistas, asumir los roles en tareas que aparentemente son de mujeres, reconocer el trabajo y talento de ellas, dejar de sexualizar los cuerpos, reconocer la identidad de género. Desde las compañías, eliminar las brechas salariales, entre otras. No es un secreto que una parte de la sociedad tenemos privilegios, debemos reconocer que hemos interiorizado y trazar metas de transformación”, explica Gabi Rojas.
Entender y reconocer
“En esta fecha, más que dar una flor o hacer una invitación al restaurante, que no es algo que esté mal, lo que debemos hacer es pensar en cómo brindar mejores condiciones a las mujeres dentro de la ciudad y la sociedad.
Pensar en la agenda de cuidado, que es un tema a nivel mundial, y trata sobre cómo alivianar las cargas de mujeres en sus labores del hogar, ya que además de ir a trabajar, deben llegar a la casa a seguir trabajando. Y cuando son mujeres que se dedican exclusivamente al cuidado no remunerado, debemos entender que eso representa un valor. No se debe ver el cuidado solo como un acto de amor, así que uno de los grandes retos es reconocer que la labor de cuidar debe ser compartida.
Esa es una de las formas más gratas de celebrar a la mujer y conmemorar su vida y apuntar hacia el cierre de brechas de género y hacia la equidad”, aconseja Paola Gómez Perafán, comunicadora con énfasis en temas de género .
Pasar a la acción, en púrpura
“Podemos conmemorar este día siendo accionantes de cambio, reconociendo y tomando conciencia que no importa el lugar en el que estemos, siempre podemos promover nuevas acciones, para una sociedad que pide a gritos de manera sorora que hagamos las cosas de manera diferente. Es tiempo para abrir espacios y ecosistemas de protección para las mujeres y las familias, convocando a todos los géneros, entendiendo que también hay hombres líderes capaces de brindar ejemplo de cambio, para empezar a erradicar todo lo que hemos normalizado.
Debemos crear conciencia de que todo aquello que no es buen trato, es maltrato y que debemos ser responsables de transformar lo que nos vulnera, en una oportunidad de demostrar que podemos hacerlo a través de acciones asertivas, amorosas y respetuosas de sembrar y volver a reescribir la historia”, recomienda Johanna Moreno, periodista deportiva directora de la Fundación No Más Voces Silenciosas.
Tener conversaciones difíciles
Esta es una fecha especial para hablar sobre temas, que si bien pueden ser incómodos, son fundamentales para comprender las consecuencias de un sistema patriarcal, entre ellos las cifras de feminicidios en Colombia y en el mundo; recordar que aún existen las brechas salariales y cómo no se aprecian las labores de cuidado (como las tareas domésticas o de atención familiar).
Para conmemorar correctamente este día es importante que tanto las familias como las instituciones, ya sean colegios o empresas, se comprometan a abordar temas como el machismo, la aporofobia (, aversión, temor y desprecio hacia el pobre), el clasismo, la transfobia y demás.
“Si no hablamos de machismo y no reconocemos lo que está ocurriendo, no vamos a poder cambiar como sociedad”, manifiesta Gabi Rojas.
Pero, más allá de hablar de cifras y exponer las situaciones problemáticas a las que se ven enfrentada la sociedad, dentro de estas conversaciones se deben estudiar las posibles soluciones, dando respuestas a preguntas como ¿cuáles son cambios personales que se deben asumir? y ¿cómo se puede ser aliado a la causa?.