La excentricidad musical de Edson Velandia consiste en ser un compositor de profundas raíces folclóricas y —al mismo tiempo— un innovador que reconfigura todos los ritmos, los géneros y los formatos tradicionales, para entregar de vuelta obras de una originalidad y modernidad realmente extrañas en la música colombiana. Pero lo que parecería un experimento —de hecho— suena natural —tan de acá— y conmueve por la innegable calidad de sus letras que son —a un tiempo— crónica y poema, como hacen los trovadores.
El diverso compendio musical velandiano creado en los últimos 15 años, desde su debut en solitario con el álbum ‘Sócrates’ (2006), pasando por su primera cúspide musical como es ‘El Karateka’ (2016), donde incluye su elegía a voz y guitara ‘La muerte de Jaime Garzón’, pasando por sus contundentes ‘Panfletos’ (2022) compuestos a dúo con Adriana Lizcano, y su discografía con Velandia y La Tigra, son muestra del genio y el compromiso de un artista inclasificable que fuera de los grandes circuitos de música comercial, está creando una obra auténtica, comparable con el trabajo de cantautores como Chico Buarque y compositores como Frank Zappa.
Pero Edson Velandia no es un improvisador que salió de la nada, su formación musical estuvo presidida por el maestro Blas Emilio Atehortúa, uno de los grandes renovadores de la música colombiana, del que aprendió las bases de los compositores contemporáneos, como Ígor Stravinski y Béla Bartók, aquellos partieron de su folclor nacional para crear obras universales.
Por eso no sorprende que Edson Velandia —aunque en broma— haya inventado su propio género musical que merece ser legitimado como colombiano: “la rasqa”, que suena similar a como en el campo llaman a la música popular.
El cantautor nacido en Piedecuesta (Santander) ha visitado Cali en ocasiones anteriores, sobre todo como solista, pero jamás en el formato que se presentará este miércoles, 23 de octubre, a las 6:30 p. m. en la Tarima Farallones de la COP16. Será la primera vez que Edson Velandia y su Orquesta La Bellecera interpretarán las canciones de su primer disco, ‘Rumba parabólica’ que lanzarán el 2 de noviembre, ante el público caleño y de todas las nacionalidades que por estos días recorren la Sucursal del Valle.
Antes de su llegada a la ciudad, el creador de “la rasqa” y compositor de “Su madre patria”, contó la historia detrás de la Orquesta La Bellecera y el compromiso social de su música.
—¿Cómo nace el proyecto de la Orquesta La Bellecera?
Hasta ahora me conocen por tres formatos musicales que son Velandia y La Tigra, que es una banda, el dueto de Adriana Lizcano y Edson Velandia, y el otro en solitario. Pero este nuevo formato de orquesta hace parte de la biblioteca comunitaria La Bellecera, que está aquí en Piedecuesta. Allí hay varios espacios de formación que se enfocan en la lectura, el cine y la música, y para este último hicimos una convocatoria con la comunidad de encontrarnos para hacer música cada martes, de 4 a 6 de la tarde.
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Todos podían venir, sin importar la edad o si tenían conocimiento musical, el que quisiera podía unirse a la orquesta. Y en eso llevamos año y medio, ya tenemos un grupo de 34 personas y lo que hacemos es sencillamente tocar. Tenemos algunos profesores que son como facilitadores y entre los miembros de la orquesta hay personas desde cuatro años y hasta una señora de 76.
—¿Cuál es la propuesta musical de la orquesta?
Creamos música en un formato experimental, no es una orquesta convencional, ni sinfónica ni folklórica, sino que hay de todo tipo de instrumentos: bajo eléctrico, guitarra, acordeón, teclado, percusión, entre otros, que juntamos y creamos a partir de ahí. Se llama así, Orquesta La Bellecera, porque tiene como único fin representar la biblioteca y funcionar para el barrio. A Cali iremos todos, serán más de 30 personas en tarima.
—¿Qué repertorio traerán a Cali?
Serán composiciones que se han hecho especialmente para este proyecto, la mayoría fueron creadas en los ensayos ahí en la biblioteca, la mayoría son mías, pero allá vamos a tocar también una composición del guitarrista y haremos un cover de salsa, de la canción ‘Lluvia con nieve’, en nuestra versión. Esa fue propuesta de una de las niñas integrantes, porque todo sucede así en la orquesta, parte de la iniciativa del mismo combo.
—¿Por qué decidió crear su propio género musical: “la rasqa”?
Lo de género es un decir, una manera de entender o clasificar algo, porque realmente no es género, se le llama género a lo que toca varias personas, pero en realidad es un juego en el que yo reúno bajo un nombre las características de mi música.
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En últimas, “la rasca” es simplemente la música que hago yo mismo, que al no tener una influencia muy clara de ningún género, porque nunca he estado dentro de uno en particular, ni del todo rock, ni reggae, porque tampoco tengo como esa vocación de ser capaz de tocar otros géneros, sino que hago música como me sale, como soy capaz de hacerla con mis limitaciones, y que muchas veces no se parece nada o se parece a muchas cosas, pero no se afilia en un solo género, entonces, le llamo “rasca”.
Para que se entienda, no es un género, no intento hacer otro género, no es ni una cosa ni otra, es lo que yo puedo hacer con mi propia música. El término como tal lo usan en el circo, “rasca” le dicen al payaso vago, al que no es muy hábil o prolijo, entonces los otros lo apodan así. Y yo la agarré para nombrar lo mío.