“Se vive una vez para ser eternamente libre”, es un verso que se escucha en una de las tantas canciones, ‘Muere libre’, compuestas e interpretadas por Elkin Fernando Ramírez (1962 – 2017), el titán del rock colombiano. Colombia es un país que tiene pocos ídolos. Un país asediado por conflictos políticos, militares, sociales, no hay tiempo para soñar y admirar a seres humanos excepcionales.
Los colombianos estamos condenados a ser una masa, amorfa, que deambula de tumbo en tumbo, en medio de noticias crueles que componen el triste cuadro de la realidad. No tenemos espacios para construir o reconstruir las vidas y milagros de compatriotas excepcionales que han hecho cosas maravillosas en silencio, y que nos han invitado a soñar con un futuro propicio para todos.
Seres grandiosos que aún nos faltan por descubrir son los que tienen el secreto que nos puede llevar a recomponer el camino, de ahí la necesidad de conocer sus vidas y milagros. ‘El Titán’ es una película documental del director caleño Alexander Giraldo que se está proyectando en las salas de cine de todo el país.
Kraken es una banda de rock pesado que nace en Medellín y que hoy es ícono del rock nacional. Esa labor de sacar a un grupo de adolescentes de un juego juvenil, de ser artistas de una música estridente, y peligrosa en esos tiempos oscuros, que a mediados del siglo pasado llegó silenciosa a las ciudades colombianas que estaban sometidas al miedo y el dolor de la violencia del narcotráfico.
Elkin Ramírez fue el soñador que dio vida y mantuvo la ilusión de un grupo de músicos comprometidos con construir el rock nacional. ‘El Titán’ no es solo un extenso y riguroso retrato de un artista excepcional, es un fresco visual de un momento de nuestra historia reciente. ‘El Titán’ es el nombre que cientos de admiradores le dieron a ese hombre serio que cantó al colombiano sencillo de las calles de ciudades colombianas.
La obra de Ramírez es la gesta de un artista integral que entendió su papel histórico de insistir en crear el concepto del heavy metal colombiano. Cantó sus composiciones en nuestro idioma, nos regaló un puñado de piezas que insisten en la libertad, en la importancia de construir una revolución cultural. ‘El Titán’ nos revela el día a día de un hombre genial. De un artista comprometido con su obra y con su tiempo. La protagonista es la música. Las letras de las canciones de Elkin nos revelan a un poeta sincero que vivió para su arte, para su tiempo, para su idea de dejarnos un legado de música infinita.
Contundente el plano, al final de la película, de una procesión de personas vestidas de negro cantando, y llorando la pérdida del gran vocalista de Kraken, en la fría Bogotá. ‘El Titán’ confirma el trabajo juicioso y apasionado del director. Giraldo nos ha regalado relatos profundos en los que refleja sus intereses creativos: el cine de género, la música, la ciudad y sobre todo, las historias íntimas. Nos lleva sutilmente al interior de la vida de un hombre increíble y su familia, artistas y amigos.
En El Titán acariciamos la piel del mito, oímos su voz enérgica y luego enferma, vemos su risa y su actitud poderosa, comprendemos la admiración de familia, amigos y compañeros de trabajo, nos hacemos a la idea del gran vacío que deja su muerte. Deja constancia Giraldo en su soberbio trabajo, que Elkin nos dejó un legado eterno, su música, sus letras, sus fans y un país que deambula en busca de su destino.