Una reflexión cargada de amor y perdón entre los fieles, pronunció monseñor Luis Fernando Rodríguez Velásquez, arzobispo de Cali, a través de El País y extendió una invitación a todos a tomar el Sermón de las Siete Palabras pronunciadas por Jesucristo en la Santa Cruz como una herramienta de diálogo y reconocimiento del dolor de los demás.

1. “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34)

“Nos enseñaste que es necesario perdonar en todo momento, incluso a quienes nos hacen mal. Desde la cruz, Cristo del perdón, nos mueves a reconocer nuestro pecado y nuestra maldad. Haz que seamos artesanos de la paz y de la reconciliación de nuestros pueblos y de nuestras familias y que hagamos el propósito de una enmienda saludable, para bien propio y de todos los que nos rodean. Pero no todo está perdido. En medio de la prueba, del dolor, de las acechanzas del maligno, nos motivas a no perder la esperanza”, predicó el prelado en la Catedral de San Pedro.

2. “Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43)

En esta segunda palabra, Monseñor citó las frases de quien acompañó a Jesús en la cruz y reflexionó en voz alta: “Seguramente el ladrón que te acompañaba en el mismo suplicio dejó que tu palabra de intercesión traspasara su corazón, para implorar tu clemencia. Hoy, con ojos llorosos, te reconocemos como la expresión viva de la misericordia del Padre: “Jesús, acuérdate de mí, cuando estés en tu Reino”.

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3. “Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego dijo al discípulo: Ahí tienes a tu madre”. (Juan 19:26-27)

El Arzobispo resaltó la labor de la mujer y los sufrimientos de las madres por la guerra que vive el país. “¿Qué podrán pensar y sentir las madres de los 9 soldados que recientemente murieron en el terrible atentado en el Catatumbo, y de las numerosas víctimas de la violencia en nuestro querido Valle del Cauca? A las mujeres que sufren por la discriminación y otras clases de abusos, las abrazamos y pedimos para que cesen de una vez por todas las situaciones de amenazas y de vulneración de sus derechos y su dignidad”.

4. “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mateo 27:46; Marcos 15:34

Monseñor hizo también un llamado a los feligreses para que se tome en cuenta que “la soledad es una realidad que lastimosamente están padeciendo muchos hermanos. No deja de ser curioso que en un mundo tan hipercomunicado, la soledad sea el imperativo en tantos. Algunos dicen que la hiperconectividad en vez de acercarnos, nos distanció”.

5. “Tengo sed”. (Juan 19:28)

Para esta quinta palabra, el Arzobispo de Cali fue enfático al asegurar lo siguiente: “Las guerras aíslan nuestros territorios convirtiéndolos en lucha de codiciosos. Suscita, Señor, las voluntades y decisiones por el desarme de las gentes y de las naciones, para que no perezca la tierra en manos que destruyen la vida. Suscita la palabra y la cooperación en vez de las armas y la agresión. Has posible que el diálogo sea el centro de nuestras relaciones para superar los conflictos”.

6. “Todo está cumplido”. (Juan 19:30)

“Sin duda que todos tenemos en nuestra historia terrena algo por hacer, una misión, una tarea. Yo la sintetizaría en que estamos llamados a ser felices y a hacer felices a los demás; estamos llamados a vivir y a dejar vivir”, invitó el prelado a los fieles presentes.

7. “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lucas 23:46)

La última palabra la dedicó el Arzobispo a reconocer la labor de quienes dedicaron su vida a construir un país más justo: “Que la muerte de Cristo, como la de tantos mártires de la verdad, hombres y mujeres que dieron su vida por causa de la justicia en nuestra querida Colombia, no sean muertes inútiles. Que la muerte de Cristo, que entrega su espíritu al Padre, sea el inicio de una historia nueva para todos los colombianos”.