La mente, es decir, el flujo constante de pensamientos y emociones que definen a cada ser humano, según la neurociencia, tiene su centro en el cerebro. Pero suele olvidarse que los otros órganos del cuerpo interactúan y pueden influir en el razonamiento, como sucede con el corazón, que según algunos estudios, afectaría a nivel emocional y tiene peso en las decisiones, sobre todo en momentos de gran preocupación o ante situaciones adversas.

La relación entre mente y corazón, así como su poder en la toma de decisiones, es abordada por María Paula Rodríguez, ingeniera y entrenadora en resiliencia, en su libro ‘Sabiduría emocional’, “una guía para convertir en hábito estar en calma y plenitud sin importar las circunstancias”.

“En 1983 se descubrió que el corazón también hace parte del sistema endocrino y puede generas sus propios bioquímicos de la emoción, como el cerebro, se trata de un órgano muy poderoso”. María Paula Rodríguez | Foto: Ediciones Urano

“Este libro es el fruto de la autoexperimentación y de una profunda investigación en áreas como la neurocardiología, neurociencia, psicología y espiritualidad, que he realizado en los últimos años. Ofrece un equilibrio perfecto entre lo intelectual y lo espiritual, siendo ideal tanto para aquellos con un enfoque racional que desean adentrarse en el ámbito espiritual gradualmente como para cualquier persona en busca de bienestar”, explica la autora en una carta introductoria.

Antes de la presentación de su libro, este domingo, 21 de abril, a las 11:30 a.m. en el Gran Salón D, de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, María Paula Rodríguez comparte algunos detalles de su método de transformación física y espiritual.

¿En qué consiste la teoría del “corazón físico” abordada en su libro?

Yo soy ingeniera industrial y hoy me dedico a entrenar vidas, para que la gente pueda estar bien emocionalmente y no perder su capacidad de pensamiento estratégico bajo estrés, presión o bajo emociones negativas.

El libro fue publicado por Ediciones Urano y se encuentra en la FILBo, así como en las principales librerías del país. | Foto: Ediciones Urano

Como parte de mi formación en resiliencia descubrí, en el año 2018, el tema del corazón físico como medio de transformar las emociones negativas y tomar decisiones positivas en calma y tranquilidad. Así empecé a estudiar en profundidad cómo funciona el corazón físico, más allá de bombear sangre, porque es un órgano subestimado, a pesar de que hoy en día encontramos estudios científicos, de los últimos 30 años, que describen el poder del corazón para controlar las emociones y llevarnos a estados de sabiduría frente a retos cotidianos.

¿Qué descubrimientos proponen esos estudios científicos sobre el corazón?

En términos generales, plantean que el corazón físico tiene un cerebro aparte del sistema nervioso central, es decir, se puede independizar. También explican que el corazón es el generador de información más potente de todo el cuerpo, aún más que el cerebro, y tiene la capacidad de conectarse con cualquier parte del cuerpo. Ahora, lo más importante, es que el corazón puede enviar información al cerebro.

Entonces, cuando nos hacemos conscientes del corazón y logramos independizarlo, a través de técnicas que yo comparto en el libro, podemos hacer que el cerebro escuche y obedezca al corazón.

Por ejemplo, normalmente las personas actúan y viven como en el modo automático, dejando que el cerebro solo lleve el control, pero cuando sentimos miedo o tenemos estrés, o algo nos provoca rabia, por lo general no lo sabemos manejar. En esos momentos, si eres consciente del latir de tu corazón, y has aprendido a regular los latidos y la energía de este órgano, podrás poner en armonía tu cuerpo, independiente de lo que te esté pasando. Todo lo que propongo en mi libro se basa, principalmente, de los estudios en neurocardiología del científico J. Andrew Armour, quien planteo la idea del “heart brain” (“cerebro del corazón”).

Cuando yo conocí en profundidad todos estos descubrimientos y los apliqué en mi vida, sentí la necesidad de compartirlos, porque tenemos que empezar a darnos cuenta de que tenemos una herramienta muy poderosa, que hemos subestimado demasiado.