Por Juan Carlos Moreno Urán, reportero de El País
Se prenden los proyectores, suenan el río y la selva, a lo lejos se escuchan cantos; la música se inspira en el territorio, el Pacífico tiene en su gente: dolores y alegrías, todo esto es lo que la maestra Nidia Góngora siente en los ritmos: “Lo que hago es narrar y contar todas esas historias del Pacífico desde este plano terrenal y desde mi fe”.
La música original de la película colombiana ‘Yo vi tres luces negras’ fue realizada por Nidia en un diálogo constante con su director Santiago Lozano acerca de la perspectiva de la muerte en la cultura del Pacífico.
“Yo soy del territorio, sí, del territorio del Pacífico. La película se grabó en Buenaventura, y yo vengo de Timbiquí, un lugar muy similar a donde se grabó la película, con problemáticas y contexto muy cercanos a toda la temática que se narra a través de esta producción”, expresa la maestra Nidia, quien es fundadora de la agrupación musical Canalón de Timbiquí.
Góngora, quien es líder cultural y comunitaria y fue nominada al Grammy Latino a ‘Mejor disco de folclor’ en 2019, con su obra ha logrado tejer puentes entre la música tradicional de su tierra y otros géneros del mundo.
Por eso, desde un principio, la producción de la película pensó en la participación de esta compositora del Pacífico. “Lo que yo hice fue poder navegar en el contexto en donde yo nací, me críe, y a través de esas experiencias que he vivido y por las que he transitado, empecé a crear la música. Fue bonito porque había allí una muy buena comunicación”, narra ella sobre su experiencia.
¿Qué música compuso para esta producción?
“Yo les presenté a Santiago y a los productores una canción llamada ‘Los Manglares’, que habla precisamente de esa conexión con la tierra, pero también de esas almas que trascienden.
Es una canción con cantos que no llevan acompañamiento instrumental y tienen una profundidad espiritual muy, muy profunda y bonita en términos de conexión.
Luego dijimos: ‘Listo, está el canto, pero necesitamos también representar esa fuerza que hay de la vida natural y selvática. Y lo que hicimos fue hacer uso de los instrumentos tradicionales que hay en nuestra región y que representan elementos de la naturaleza, y los pusimos a dialogar con estas imágenes. Esta fue una gran experiencia de trabajo para mí”.
¿Qué elementos tradicionales de las creencias, de las religiosidades de nuestras comunidades afro del Pacífico colombiano tuvo en cuenta?
La música del Pacífico es una memoria viva que fusiona elementos de la creación cultural, tanto ancestrales africanos como influencias de la religión católica, que ha dejado una marcada huella en su herencia musical. La canción “En los Manglares” es una representación de esta influencia, fusionando las salves de los cantos gregorianos con los profundos lamentos y voces potentes de África Occidental.
Los ritmos interpretados con tambores y el canto de esta salve hacen referencia a la herencia de estas tres culturas, incluyendo también influencias indígenas que se reflejan en la melodía y la letra. La canción narra desde un contexto que combina expresiones de creencias católicas con la fe en un ser superior, donde las almas trascienden y van hacia un destino guiado por la fe, ya sea llamado Dios en la Iglesia Católica o de otras maneras en diferentes prácticas religiosas.
La inspiración para la música surge del contexto de la película y la historia que representa, que resuena no solo en el Pacífico colombiano, sino en toda Colombia. La manera en que se celebra la muerte y se perciben las despedidas a través de los cantos refleja una conexión profunda con la naturaleza y un entendimiento de lo que depara el futuro y el presente.
La creación de la música para la película implicó reuniones y propuestas, donde se buscó capturar la esencia de la memoria viva y las vivencias propias, situándose en el territorio y sumergiéndose en los aprendizajes transmitidos generacionalmente. La carga espiritual de este proceso es evidente, ya que está impregnada de toda la riqueza cultural y espiritual del Pacífico.
Un sabedor y un actor
Jesús María Mina se encuentra con el personaje de José de los Santos desde el respeto que le tiene a todos los sabedores del Pacífico: “Estos personajes nos acercan a la conciencia de muerte, pero también a la gran consciencia de vida, entonces eso me permitió nuevamente volver a desempolvar todas aquellas cosas que yo trabajo con las comunidades y eso me ayudó a preparar al personaje y en términos de actuación, como he sido básicamente un actor de teatro, pues, indudablemente, me desafío a interpretarlo”.
Jesús María Mina, con más de 30 años de experiencia como actor, estaba dedicado a la investigación y a la dirección escénica cuando John Alex Castillo -actor y director de casting y quien fue estudiante suyo- le propuso presentarse para el papel protagónico de ‘Yo vi tres luces negras’, un proyecto que le pareció fundamental para un país tan herido como el nuestro.
“En el casting, cuando el director me habló de la película, yo me enamoré del proyecto y de ese personaje”, manifiesta emotivo el profesor Jesús.
Su amor por el arte teatral surge de joven cuando conoce el trabajo que hace el Teatro Esquina Latina en Cali, a finales de los años 80′s e inicios de los 90′s, pasión que haría suya para salir adelante. Nació en Candelaria, Valle, y actualmente es profesor de tiempo completo de la Facultad de Artes Escénicas de Bellas Artes.
Jesús interpreta la historia de José de los Santos, quien vive en un pueblo del Litoral Pacífico colombiano. Desde pequeño aprendió las artes de los rituales mortuorios heredados de sus ancestros. Tiene un compromiso con las ánimas del purgatorio, quienes lo protegen y atormentan.
En la exhibición de la película ‘Yo vi tres luces negras’, en Cartagena, una mujer que trabaja en la Cruz Roja Internacional le dijo a Jesús María: “sabe, el personaje que usted hace en la película: José de los Santos está presente en muchas guerras de la tierra. Y a pesar de que están en la guerra, y de que están trabajando los rituales fúnebres, son un llamado hacia la vida, hacia la valentía, por estar en una situación tan violenta. Y José de los Santos acepta el llamado de su hijo y sabe que es su último viaje porque ha escuchado la señal de que su muerte está cerca”.