La visión actual del matrimonio, la familia y la separación está profundamente influenciada por siglos de historia. Según un experto en temas de pareja, el psicólogo Christhian Tabares-Hernández y quien es doctorando en Sexualidad Humana de la Universidad Nexum de México, comenta que estos conceptos no siempre han sido como los conocemos.
Desde el siglo XV, la Iglesia Católica ha jugado un papel crucial al institucionalizar el matrimonio y dar forma a la idea de familia, la cual no es una condición humana intrínseca, sino una construcción social.
”Diferenciar entre separación y divorcio es crucial: mientras el divorcio suele tener un matiz legal, la separación se vive como un proceso psicológico, una pérdida que da paso a un duelo, un ciclo que experimentamos desde la infancia y que marca nuestra manera de afrontar rupturas en la vida adulta”, explica Tabares.
Una de las recomendaciones que hacen otros expertos en el tema, es que no hay que “malgastar” el dolor que le produce esta situación, más bien utilícelo a su favor, para motivarle a crecer, perseguir nuevos objetivos y disfrutar de nuevas actividades.
La separación de su pareja tómela como oportunidad para centrarse en usted mismo, aprovechando que hay más tiempo. Por eso, los profesionales invitan a realizar actividades que se han dejado de lado cuando se estaba en pareja, por ejemplo, bailar, hacer deporte o cultivar un arte.
Aceptación
Superar una separación no es sencillo. Se trata de dejar atrás lo vivido y suelen ser muchos los recuerdos que golpean la mente una y otra vez. Aceptar que ‘Todo tiene su final’, como dice una canción de salsa, no es fácil, pero sí es sanador.
Mientras más rápido se reconozca que se está pasando por un duelo y aceptarlo, más fácil será poder avanzar. Suele pasar que la persona niegue esta situación o nueva realidad para protegerse. Porque no es fácil aceptar una ruptura. Sin embargo, hay que ser honesto con los sentimientos.
El primer paso es vivir el duelo sin huir de él, comprender que el dolor es normal le ayudará a reducirlo. No escape de lo que siente, reconocerlo hará que entienda que con el tiempo recuperará la normalidad. Acuda a terapia, si le cuesta.
Retome hobbies y actividades divertidas
Aunque por el momento se sienta infeliz, buscar la felicidad es urgente. Hay que ir a por ella con sus propios hábitos y acciones y una actitud positiva. Practicar ejercicio físico le ayudará a reducir el malestar y mejorar su equilibrio emocional.
De acuerdo con estudios científicos, este ayuda al equilibrio emocional, debido a que en la actividad física se liberan neuroquímicos relacionados con la felicidad y el placer, como las endorfinas o la serotonina. Salir al aire libre, a tomar sol, aumenta la producción de vitamina D en el organismo, que fortalece el sistema inmunológico, y favorece la producción de endorfinas, las hormonas relacionadas con el placer.
Es el momento de probar cosas nuevas, hacer un viaje solo o con amigos, realizar actividades que antes no hacía y moverse en ambientes que le permitan hacer nuevas amistades. A veces solo se trata de valorar de distinto modo a las personas que ya conocía, pero con las que hace tiempo no quedaban. Inscríbase en grupos que realicen actividades deportivas, excursiones, baile, cocina o culturales.
No se aísle
Ante la ruptura, la respuesta psicológica varía según factores como la edad, la duración de la relación, la presencia de hijos, y la capacidad de afrontar cambios.
Dependiendo de las creencias y cultura de cada persona, puede encontrar apoyo en terapias convencionales y no convencionales: actividades deportivas, espiritualidad, religiones o prácticas como el yoga o el trabajo en comunidad, entre otras.
“Desde el enfoque psicológico, iniciar un proceso terapéutico puede ser de gran ayuda para enfrentar la separación, entender la propia participación en la relación, y reconstruir una identidad individual. La terapia puede tener varios objetivos: mejorar la relación, decidir si la separación es lo más adecuado, y, si ocurre una nueva relación, evitar patrones que podrían repetirse. El propósito, en última instancia, es que la separación no sea vista como un fracaso, sino como una oportunidad para evolucionar en la forma de relacionarse y afrontar el duelo de manera saludable”, explica el psicólogo Tabares-Hernández.
Otros expertos recomiendan: No se culpe por sentirse mal. Es válido llorar, útil para aliviar el dolor. No tema compartir sus pensamientos con otros, sin temor a ser juzgado; expresar sus sentimientos es una forma de catarsis.
Psicoterapia
Tras la separación, lo esencial es reformular el proyecto de vida y adaptarse al cambio, ya que no somos estáticos. A partir de ahí, es recomendable explorar nuevos intereses: iniciar deportes, ampliar el círculo de amistades, viajar o probar actividades que antes no se consideraban.
Sin embargo, más allá de estos cambios externos, es fundamental realizar un proceso de autoevaluación. Reflexionar sobre lo que funcionó y lo que no en la relación pasada.
“Es común que muchas personas se vinculen rápidamente con alguien más después de una ruptura, impulsadas por la ansiedad o el deseo de sentirse deseadas. Sin embargo, esto puede llevar a repetir ciclos de separación, ya que no se ha dado espacio para procesar adecuadamente la experiencia anterior. La psicoterapia es una herramienta valiosa en este contexto, ayudando a reducir la probabilidad de caer en los mismos conflictos”, enfatiza Tabares.