Un viaje por las maravillas modernas de la arquitectura de algunas de las ciudades más bellas del mundo, así como por algunos de los más bellos municipios de Colombia. Y más que un viaje, un acercamiento a lo que singnifica la arquitectura, a la armonía del espacio bien distribuido y a los desafíos de la vida contemporánea en las ciudades del siglo XXI.

Eso es el libro ‘Introducción a la Arquitectura’ del reconocido arquitecto e investigador Benjamín Barney-Caldas, ilustrado generosamente por las fotografías de Sylvia Patiño y publicado este año. Hablamos con Benjamín sobre este libro escrito para quien quiera asomarse al universo infinito de la belleza del espacio.

¿Cómo surge la idea de hacer este libro?

Surge a raíz de un curso que vengo dictando hace 20 años en Panamá, en una escuela nacional de Arquitectura. De ese curso sale el primer tomo de ‘Introducción a la Arquitectura’.

Un libro que se puede llamar de difusión, para acercar a quienes no son especialistas a la arquitectura...

Sí, es un libro pensado para los estudiantes que entran a cursas la carrera de arquitectura y que no saben muy bien lo que se van a encontrar. Pero también está pensado para la gente que se interesa en las ciudades y en la arquitectura.

El libro, además, tiene unas fotografías muy bellas de varios lugares de Colombia y de ciudades de todo el mundo. ¿Cómo fue la relación entre la fotografía y la escritura del libro?

Durante los últimos 20 años hemos viajado mucho Sylvia Patiño, quien es la fotógrafa del libro, y yo. Todas las ciudades y edificios que aparecen en el libro las hemos visitado, y eso es importante para mí, porque yo no comparto esa idea de muchos otros profesores de hablar de la arquitectura de ciudades y edificios que no conocen. Así que de algún modo el viaje ha alimentado al libro y el libro mismo ha exigido realizar viajes. Recientemente hicimos un viaje a Chicago y a Washington justamente porque nos faltaba conocerlas para la realización del libro.

¿En términos de arquitectura, cuáles son los grandes desafíos de las ciudades hoy?

Primero, creo que es muy importante que la gente se entere de qué es una ciudad. Más de la mitad de la población mundial vive en ciudades y ese fenómeno no tiene retroceso. En Colombia nos volvimos un país urbano en un siglo, y Cali durante el siglo pasado fue, junto a Sao Paulo, la ciudad que más creció en todo el mundo y eso se nos ha convertido en un problema. Así que la gente debe enterarse de qué es una ciudad, porque a la hora de hablar de los ciudadanos debemos también hablar de la ciudad. Ahora mismo creo que en términos arquitectónicos, las ciudades tienen un gran desafío respecto al cambio climático. Tenemos que cambiar nuestros modos de movilizarnos, debemos tener transportes públicos más eficientes, darle más espacio público a la gente, eso es darle más calidad a la ciudad.

Y particularmente Cali, ¿cómo la ve?

En Cali la arquitectura y la planeación de la ciudad es un completo caos. Se está haciendo muy poco para tener una arquitectura sostenible en este clima caleño, en el que además es muy fácil tener una arquitectura de esa naturaleza. En Cali a todo el mundo le fascina el aire acondicionado porque es un tema de prestigio social, y no tienen en cuenta que aquí los edificios pueden tener ventilación natural y luz natural casi 11 horas al día. Aquí todos los edificios podrían ser más económicos y autosostenibles, sin desperdicio del agua lluvia, con energía solar, etcétera. En muchas partes del mundo hace rato que se reciclan las aguas lluvia, y aquí nada que empezamos a hacerlo sin contar con que el desperdicio del agua en Cali es criminal.

¿Hacia dónde debería mirar Cali? ¿Qué ciudad es el ejemplo?

Cali debería ser como Cali. No hay una ciudad que sea el ejemplo porque cada ciudad tiene sus particularidades. Pero para hablar por ejemplo del centro histórico, Quito es un buen ejemplo. Aquí fue destruido gran parte del patrimonio histórico y ahora nos queda San Antonio, por ejemplo, pero es un barrio que no lo respetan como deberían. De Manaos, Brasil, que también aparece en el libro, debemos aprender el cuidado del agua. Es el colmo que tengamos un río como el Cauca, que no es como el Amazonas, claramente, pero que no lo aprovechamos para transporte y recreación, por ejemplo. Solo hemos dejado que se urbanice a su lado y eso ha hecho que se pierdan los humedales hermosos que existían en el oriente de Cali. De La Habana podríamos aprender a conservar el patrimonio, en fin, pero Cali debe ser como Cali.