La novena es una práctica religiosa que involucra nueve días de oración y reflexión, para pedir a Dios descanso eterno para un familiar fallecido. Generalmente, en la cultura latinoamericana a esta lectura se le conoce como rosario, y suele ser acompañada de cánticos tradicionales.

No obstante, el Santo Rosario se compone de la oración al Padre Nuestro y al Ave María, seguido de oraciones y misterios para alabar a Dios. Ahora bien, como su nombre lo dice, el novenario tiene una duración de nueve días contados a partir de la muerte de la persona, en aras de que el espíritu de la persona sea recibido en la gloria del Señor.

El rezo de la coronilla de la divina misericordia es extenso. | Foto: Getty Images

Así las cosas, una oración para pedir por el descanso eterno de un familiar puede empezar de la siguiente manera:

“Dios misericordioso y amoroso, te pedimos que acojas a [nombre del familiar fallecido] en tu presencia. Concédele el descanso eterno y que brille sobre él (o ella) la luz perpetua. Que encuentre paz y felicidad en tu reino y que todas sus faltas sean perdonadas. Te agradecemos por el tiempo que compartimos juntos en la Tierra y confiamos en tu misericordia y amor. Amén.

Ahora bien, dentro de la religión católica en la celebración de las misas o ritos, suelen hacerse lecturas más elaboradas para pedir por un ser querido que ha dejado el plano terrenal, como la compartida por Los Olivos:

RÉQUIEM PARA UN SER QUERIDO

Silencio y paz. Fue llevado al país de la vida. ¿Para qué hacer preguntas? Su morada, desde ahora es el descanso, y su vestido la luz para siempre.

Silencio y paz. ¿Qué sabemos nosotros? Dios mío, Señor de la historia y dueño del ayer y del mañana, en tus manos están las llaves de la vida y la muerte. Sin preguntarnos, lo llevaste contigo a la morada santa, y nosotros cerramos nuestros ojos, bajamos la frente y simplemente te decimos: Está bien. Sea.

Silencio y paz. La música fue sumergida en las aguas profundas, y todas las nostalgias gravitan sobre las llanuras infinitas. Se acabó el combate, ya no habrá para él lágrimas, ni llanto, ni sobresaltos. El sol brillará por siempre sobre su frente, y una paz intangible asegurará definitivamente sus fronteras.

Señor de la vida y dueño de nuestros destinos, en tus manos depositamos silenciosamente este ser entrañable que se nos fue. Mientras aquí abajo entregamos a la tierra sus despojos transitorios, duerma su alma inmortal para siempre en la paz eterna, en tu seno insondable y amoroso, oh padre de misericordia.

Silencio y paz.

La oración incrementa la fe en Dios, según la cultura religiosa. | Foto: Getty Images

Tú Has Venido a La Orilla (Pescador de Hombres)

Tú has venido a la orilla

No has buscado a sabios ni a ricos

Tan solo quieres que yo te siga

Señor, me has mirado a los ojos

Sonriendo, has dicho mi nombre

En la arena, he dejado mi barca

Junto a ti, buscaré otro mar

Tú sabes bien lo que tengo

En mi barca, no hay oro ni plata

Tan solo redes y mi trabajo

Señor, me has mirado a los ojos

Sonriendo, has dicho mi nombre

En la arena, he dejado mi barca

Junto a ti, buscaré otro mar

Tú necesitas mis manos

Mi cansancio que a otros descanse

Amor que quiera seguir amando

Señor, me has mirado a los ojos

Sonriendo, has dicho mi nombre

En la arena, he dejado mi barca

Junto a ti, buscaré otro mar

Tú, pescador de otros lagos

Ansia eterna de almas que esperan

Amigo bueno, que así me llamas

Señor, me has mirado a los ojos

Sonriendo, has dicho mi nombre

En la arena, he dejado mi barca

Junto a ti, buscaré otro mar

Junto a ti, buscaré otro mar

Junto a ti, buscaré otro mar

Junto a ti, buscaré otro mar