En la madrugada del 16 de noviembre murió Manuel Lago Franco, arquitecto y pintor nacido en Popayán en 1932 y artífice de grandes obras de la ciudad, como el Museo La Tertulia.
Conocido como Manolo Lago, nació en la ciudad de Popayán, Cauca, en 1932. Hijo de Manuel Lago, un banquero gallego radicado en Londres, quien conoció a Jorge Garcés Giraldo en Cali y lo convenció de radicarse en la capital del Valle. Fue allí donde conoció a su esposa Clemencia Franco. Por problemas de salud, Manuel Lago se trasladó a La Ciudad Blanca.
Manolo Lago, quien es hermano de la pintora y caricaturista Consuelo Lago y de Pilar Lago, cursó sus estudios en el Gimnasio Moderno de Bogotá. Terminados sus estudios en el país, viajó a Estados Unidos, donde ingresó a la Universidad de Cornell para estudiar Arquitectura.
A su regreso a Cali se asoció con Jaime Saénz para formar Lago y Saénz. Se les encarga el diseño del Museo de arte Moderno La Tertulia, una de las edificaciones emblemáticas de la capital vallecaucana.
Posteriormente ganaron numerosos concursos públicos en Colombia, entre ellos se destacan el Centro Administrativo La Alpujarra y el Edificio de la Gobernación del Quindío,
Obras reconocidas
Manuel Lago mediante la firma Lago y Sáenz estuvo relacionado con la modernización del centro de Cali, la zona universitaria al sur de la ciudad, y con obras del sector industrial y cultural de la ciudad.3 Sus obras más destacadas son:
- Edificio de la Biblioteca Departamental ‘Jorge Garcés Borrero’
- Centro Administrativo Municipal de Palmira
- Edificio Banco de Occidente
- Cámara de Comercio de Cali
- Banco de la República sede Cali
- Edificio Carvajal
- Edificio Banco Popular, Cali
- Parque Panamericano de Cali (Plaza de las Banderas)
- Palacio de Justicia de Cali
Este arquitecto payanés de ancestros gallegos ha sido el artífice de más del 80 % de la modernización del centro de Cali, el área universitaria del sur, la zona industrial y la de cultura, y de íconos como el Museo La Tertulia, el Parque Panamericano o Plaza de las Banderas. Y actualmente está a cargo de la nueva sede del Banco de Bogotá.
En una entrevista con El País aseguró sobre la arquitectura moderna de Cali que no era “arquitectura sino negocio, tratando de sacarle el último jugo a los lotes. Es un desorden. Pero Cali tiene una cosa buena que se ha preservado: que el centro sea el centro y ese es un tesoro milagroso. El centro de Bogotá ya no es la Plaza de Bolívar, sino la 72; en Medellín hicimos la Alcaldía y la Gobernación al frente, pero ese no es el centro, es El Poblado. Le veo grandes esperanzas a seguir arreglando el centro de Cali”.
Criticó, además, la Plazoleta de la Caleñidad, “La Plazoleta de la Calamidad le puse yo. ?Toda la vida se ha querido conservar esa zona donde está la Plazoleta de la Caleñidad. Allí era el museo del ‘Chato’ Buenaventura y había un poco de casas sin contexto. La idea era hacer una zona verde, un parque y debajo un parqueadero, pero a nadie se le ocurrió que se iba a hacer ese adefesio de cemento. Es una vergüenza”.
Respecto a la recuperación del centro, advirtió “hay que meterle vivienda, que es salvadora. Los cinco edificios que hemos hecho son de oficinas, de noche y el fin de semana asustan, tipo Wall Street. Mientras el Rockefeller Center está lleno de hoteles, la gente vive ahí, almuerza, va de compras, el Wall Street es solo de negocios, han tratado de arreglarlo y no han podido, en Bogotá, tampoco.
En Cali hay 20 hoteles pequeños en el centro, eso es bueno. Pero el POT es criticable, la reglamentación es corta en darle cosas al ciudadano que no está involucrado en la obra y obedece a intereses económicos. Hay que concentrarse en el viejo casco de la ciudad. Hay varias urbanizaciones en el sur, gigantescas, edificios horribles, casas igualitas, apiñadas. Como dicen las señoras ‘no me hagás hablar’”.