Por Daniela del Mar Peña / Reportera de El País
Después de dos años del estallido social, Cali apenas está volviendo a sonreír y empieza a verse, de nuevo, como una ciudad cultural donde hay espacio para todos. Una de las iniciativas para devolverle el color a la capital del Valle ha sido la campaña de la gobernación del Valle, ‘Cali, Volvamos a Sonreír’.
Diego Pombo, renombrado maestro del arte y amante del jazz, se sumó a este plan de ciudad y lideró, junto a siete talentosos artistas urbanos, la creación de un mural en la intersección de la calle 5 con carrera 26.
El mural, inspirado en la colección ‘Ornitología Musical’, de Pombo, despliega piezas a gran escala que capturan la esencia artística del maestro. Julieta Abrigo, artista muralista, describió la experiencia como “una semilla de belleza compartida, esperando que germine en algo hermoso para todos”.
“Son unos pájaros serenateros, decidí colocarle este título porque son urbanos, están en la calle, como los artistas urbanos que cantan en los buses, o los mariachis que están a la espera de ser contratados. Es un homenaje al arte, y a los músicos que están en la calle expuestos a riesgos, a no ser valorados, así como esperamos que este mural sea también bien recibido y cuidado por la población caleña”, cuenta el pintor y escultor.
En esta obra Pombo contó con el acompañamiento de seis artistas, entre ellos cuatro urbanos, quienes también trabajaron en la reestructuración de la estatua de Jovita, la cual durante el estallido social sufrió cambios en su aspecto.
“En 2021 nos reunimos con algunos artistas urbanos que tienen técnicas como el grafiti, y de la mano con la Gobernación hice una campaña de socialización, para contarles la importancia de Jovita Feijóo para la historia de Cali, además del significado del Parque de los Estudiantes.
“La intervención no está directamente relacionada con el Paro Nacional, pero sí tiene relación con la historia de la ciudad. El simbolismo es que Jovita está soñando un mejor futuro para Cali y para los estudiantes. Los alumnos caídos, es decir, quienes han fallecido, están representados por unas estrellas doradas que van en la parte de abajo del vestido negro”, dijo.
Un loro violinista, protagonista del afiche del festival de jazz de 2022; un tucán que toca el corno francés; el Bichofué, pájaro emblemático de la ciudad, que en esta ocasión toca el bajo; el gallo del bongó es el jefe de la orquesta, un título que se ganó este año, cuando Ajazzgo no recibió las ayudas que cada año eran destinadas para su realización.
“No nos definían si nos iban o no a dar el dinero, entonces hice el afiche que decía ‘no nos mamen gallo’, después cuando nos informaron que este año no nos apoyarían para hacer el evento, lo hicimos con otros recursos y por eso, el afiche de este año dice: ‘Gallo fino no se rinde’”.
En la orquesta también está un Tángara multicolor, que toca el chelo, y un colibrí pianista, que representa esa unión entre el arte y las cicatrices del estallido social, “no pudimos pasar por encima de una columna que había sido destruida y dejamos esa señal que refleja la violencia que vivió la ciudad”, concluye Pombo.