El colombiano Fernando Botero, uno de los artistas latinoamericanos más importantes del siglo XX, fue enterrado este sábado, 7 de octubre, en Pietrasanta, la ciudad de la región italiana de Toscana, donde vivía desde hace décadas con su esposa, Sophia Vari, quien falleció en mayo.
El famoso pintor y escultor murió de una neumonía el 15 de septiembre en Mónaco, a los 91 años. Sus restos fueron trasladados primero a Colombia, para que sus compatriotas pudieran rendirle un último homenaje, sobre todo en la capital, Bogotá, y en Medellín, su ciudad natal.
Pero el artista colombiano quiso ser enterrado en la pequeña localidad de Pietrasanta, a unos 30 km de Pisa (norte de Italia), conocida como “la pequeña Atenas” por sus canteras de mármol, fundiciones y escultores.
Botero es autor de unas 300 esculturas y 3.000 pinturas marcadas por su reconocible estilo de figuras voluminosas y robustas.
Las cenizas del artista fueron trasladadas de la iglesia hasta la catedral San Martín de Pietrasanta para el funeral, en un cortejo acompañado por una orquesta local.
En la ceremonia, hubo discursos del alcalde de la localidad, la embajadora de Colombia en Italia, Ligia Margarita Quessep Bitar, y de algunos de sus amigos, así como de su hija, Lina Botero.
“Le concedimos la ciudadanía honoraria en señal de agradecimiento, porque se la merecía realmente”, dijo a AFP, antes de la ceremonia, el alcalde Alberto Giovannetti. “Siempre amó a Pietrasanta y Pietrasanta también supo cómo recibirlo y abrirle sus puertas”.
Adolfo Agolini, dueño de la fundición Mariani y amigo de Botero, explicó que lo había conocido a principios de 1976″. “Llegó con (su esposa) Sophia Vari (...) Empezamos a colaborar y esta colaboración ha durado hasta hoy”.
Lugar de reposo eterno
Las cenizas del artista fueron instaladas delante del altar de la catedral, entre flores blancas y junto a un gran retrato de Botero.
Sus tres hijos, Fernando Botero Zea, Lina Botero y Juan Carlos Botero, se sentaron en la primera fila.
“Este país siempre fue muy importante para mi padre (...) Estamos muy felices que escogiera Pietrasanta como su lugar de reposo eterno”, dijo Lina Botero a AFPTV. “Trabajó aquí durante más de 40 años, realizó sus esculturas aquí gracias al trabajo de las fundiciones, los talleres de mármol con los que trabajaba, así como los artesanos, de los que admiraba el talento y respetaba”, agregó.
Las obras de Botero se hicieron populares en todo el mundo y se pueden ver en museos y espacios públicos de ciudades como Bogotá, Madrid, París, Barcelona, Singapur y Venecia.
Algunas de sus piezas fueron subastadas por sumas de hasta 4,3 millones de dólares.