Manuel Lago Franco falleció en la madrugada de este 16 de noviembre, a sus 92 años, en el centro que dirige el padre Shambach, a la entrada de Dapa. Víctima de un Alzheimer avanzado, en sus años más lúcidos fue un arquitecto muy destacado y querido, al igual que un pintor y un ser humano con un gran sentido del humor.

A los 88 años recibió el título de Doctor Honoris Causa, galardón otorgado por la Facultad de Artes Integradas de la Universidad del Valle, un reconocimiento a su larga trayectoria en Colombia, y al valioso patrimonio que legó a Cali, al ser el artífice de los edificios más icónicos de la modernización urbana en el siglo XX.

Manuel Lago era además pintor y hacía exposiciones, en las que demostraba su gran pasión por las artes plásticas. | Foto: El País

Entre sus construcciones más emblemáticas se destacan en Cali: el Museo La Tertulia, la Cámara de Comercio, el Edificio Carvajal, el edificio del Banco de Occidente; Banco Popular, el Parque Panamericano e incluso la Facultad de Ingenierías de Univalle, que le dieron la imagen moderna a la capital del Valle desde los años 50.

Edgar Varela Barrios, el entonces rector de la Universidad del Valle, aseguró: “El otorgamiento por parte del Consejo Superior de la Universidad del Doctorado Honoris Causa al arquitecto Manolo Lago Franco, reconoce su extraordinaria carrera profesional, su aporte a la construcción de la ciudad con obras que hoy son icónicas, como el Museo La Tertulia y el Parque de las Banderas, y la voluntad de la Universidad del Valle de destacar los valores auténticos de la región. La ceremonia de grado será un solemne acto académico que se realizará tan pronto como las actuales circunstancias lo permitan”.

La entrega de este Doctorado Honoris Causa fue aprobada en diciembre de 2019, después de una exhaustiva evaluación de la trayectoria y los aportes de Manuel Lago a la historia de la arquitectura colombiana, avances que fueron avalados por el director de Patrimonio del Ministerio de Cultura y por importantes arquitectos nacionales. La ceremonia de entrega estaba programada para el 24 de abril de 2020, Sin embargo. debido al confinamiento obligatorio, este evento permanecía aplazada. Aunque días antes de decretarse la cuarentena, un comité de Univalle visitó a Manuel Lago en su casa, donde le entregaron el acta de resolución.

Manolo Lago junto a Gloria Zea, dos íconos del arte en Colombia. | Foto: El País

Este Doctorado Honoris Causa confirmó el valioso legado de Manuel Lago —hermano de las artistas Consuelo y Pilar Lago—, quien ya en 2012 había recibido el Premio a la Vida y Obra de Cemex. Dicho reconocimiento fue otorgado por la comunidad de arquitectos, lo que representa el punto más alto que un profesional puede alcanzar, cuando sus mismos colegas lo reconocen como un “maestro”.

Con un característico sentido del humor, al serle otorgado el Honoris Causa confesó que se sentía: “Muy sorprendido. Recuerdo que en una charla entre Rogelio Salmona y el Chuly Martínez, oí el siguiente dialogo: ‘Ya no quedan genios humildes, nosotros somos los últimos’”.

El legado de un grande

El legado de Manolo Lago empezó en 1956 cuando él y su colega Jaime Sáenz fundaron la firma Lago & Sáenz, a través de la cual accedieron a importantes concursos para construir edificaciones hoy patrimoniales en toda Colombia, no solo en Cali, sino en Palmira, Armenia y Medellín, donde Lago erigió el Centro Administrativo La Alpujarra, que consideraba “la mejor de sus obras”.

El arquitecto Francisco Ramírez Potes, profesor titular en la Universidad del Valle, un especialista en la obra de Manuel Lago, fue el encargado de realizar la sustentación crítica de los aportes del arquitecto payanés a la arquitectura moderna, argumentación en la que se basó la aprobación del Doctorado Honoris Causa.

En su documento, Ramírez Potes, argumentó: “La consolidación de su prestigio como uno de los arquitectos colombianos más importantes estuvo de la mano de la serie de concursos públicos nacionales para arquitectura institucional que ganaría en las décadas de los 50s y 60s en distintas ciudades del país, la presencia continua en las rigurosas selecciones de las Bienales Colombianas de Arquitectura, la inclusión de varias de sus obras en los Bienes de Interés Cultural de la Nación y del municipio, lo que además está respaldado con la inclusión de sus trabajos en los libros sobre historia del arte y la arquitectura colombianos”.

Francisco Ramírez también es uno de los autores de un libro dedicado a la obra de Manuel Lago, el cual será publicado como un homenaje en el marco de la entrega del Doctorado Honoris Causa al arquitecto. En el libro titulado ‘Lago & Sáenz, la forma arquitectónica entre el vacío y la materia’, se demuestra cómo “Lago combinó la formación técnica con la humanística y artística. Gracias a su contacto en la Universidad de Cornell con grandes figuras de la arquitectura moderna (Philip Johnson, Paul Rudolph, Romaldo Giurgola) y a colaborar en proyectos paradigmáticos como el Seagram Building (proyecto de Mies van der Rohe y Philip Johnson), sumando a ello la formación plástica en el célebre taller de escultura para arquitectura de Jack Squier. Además, se destaca la influencia de su estadía en Italia en la Universidad de Roma que le permitió estar en contacto con figuras como el ingeniero Pier Luigi Nervi y los arquitectos Marcelo Piacentini o Arnaldo Foschini, pero sobre todo, conocer la arquitectura y las ciudades medievales y renacentistas, experimentado la relación entre arquitectura y espacio público en las ciudades italianas”.

“Estas experiencias serán fundamentales en la síntesis creativa y conceptual que hará en sus obras, en las cuales a partir de los aportes de la arquitectura moderna (racionalidad técnica y funcional) y sus cualidades plásticas de dibujante, formó un estilo humanista”, concluyó Ramírez.