El reconocido escritor latinoamericano Mario Vargas Llosa, quien murió el pasado domingo, 13 de abril, tuvo la oportunidad de visitar distintos países de la región a lo largo de toda su vida, en el caso de Colombia su última visita se desarrolló para el año 2018.
Vargas Llosa visitó el país cafetero con el objetivo de participar de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo) que se desarrolló entre el 17 de abril y el 2 de mayo de 2018. En dicho evento, el escritor, además de realizar el lanzamiento de su libro ‘La llamada de la tribu’, participó de un conversatorio con periodistas.
En las instalaciones de la renovada Biblioteca del Gimnasio Moderno de Bogotá, tuvo un encuentro con la prensa nacional e internacional invitada a esta feria, profundizando de tal manera en cada una de sus respuestas, que solo se pudieron hacer cuatro preguntas a lo largo de la hora programada para el evento.
“Las bibliotecas no son solo centros para estudiar e investigar, también para enseñar y gozar. No hay un instrumento que nos impulse más a vivir otras vidas, como los buenos libros que leemos. En bibliotecas he pasado largas temporadas inolvidables, quizás los mejores momentos que he vivido. Sin ellas, mi vida hubiera sido infinitamente más pobre de lo que ha sido”, comentó Vargas Llosa sobre la reapertura de esta biblioteca.
Todo esto con el motivo de presentar ‘La llamada de la tribu’, su nuevo libro de ensayos, el cual ha sido definido como “la autobiografía intelectual y política del Premio Nobel de Literatura”, donde las verdaderas protagonistas son las lecturas que moldearon su forma de pensar y de ver el mundo en los últimos 50 años.
“Es un libro que trata sobre el Liberalismo a través de una experiencia personal, sobre una evolución en marcada por el marxismo, que en cierta forma suavizaba el existencialismo, con un desencanto que me llevó a revalorizar la democracia, y luego poco a poco, a través de un esfuerzo intelectual me fue llevando hacia el liberalismo. Esta es la historia que cuenta este ensayo”, afirmó.
Es un camino que lo compara con lo que hizo Edmund Wilson en ‘Hacia la estación de Finlandia’, donde se dedicó a rastrear la evolución de las ideas que forjaron el socialismo hasta detonar en la Revolución Rusa. Así, el Nobel peruano ha hecho una cartografía de los pensadores liberales que le ayudaron a desarrollar un nuevo cuerpo de ideas después del gran trauma ideológico, el desencanto de la Revolución Cubana.
Según el Nobel: “Está sostenido por siete pensadores liberales, no son los únicos pensadores liberales, pero son los que a mí me marcaron más, y quienes me ayudaron a salir de una confusión e incertidumbre intelectual. Desde que leí a Wilson, maravillosamente escrito, que se lee como una novela donde los personajes en realidad son ideas, se me ocurrió escribir un libro sobre el liberalismo, empezando en el pueblito escocés donde nace Adam Smith, el padre del liberalismo, y mostrar así todo lo que ha significado el liberalismo para la democracia”.
También, según el Premio Nobel peruano, es un libro que quiere rescatar al liberalismo de todas las mentiras, tergiversaciones y las caricaturas que se han hecho de él, en el mundo entero, pero en especial en América Latina.
“La extrema izquierda ha sentido que el liberalismo era un enemigo radical y que debía combatirlo, distorsionándolo, transformándolo en algo que no es. Por ejemplo, mi generación en América Latina, nació creyendo que el liberalismo era una máscara para la explotación, que detrás de él estaba el imperialismo, pero nada de eso es cierto, porque el liberalismo está relacionado directamente con la idea de la libertad. Probablemente, el liberalismo sea, dentro de todas las doctrinas y tendencias de la cultura democrática, la que más ha hecho avanzar a la sociedad en normas profundas”, manifestó.
La relación de Vargas Llosa con los temas políticos viene desde temprana edad, a los doce años, cuando el general Manuel A. Odría dio el golpe de Estado al presidente José Luis Bustamante, quien era pariente por su familia paterna.
En sus años universitarios pasó por una militancia comunista que apoyó la Revolución Cubana, y más adelante, en 1962, llegó a Cuba en medio de la crisis de los misiles, con la idea que la revolución se proponía combatir las injusticias sin socavar las libertades individuales.
*Con información de Colprensa.