Ya está en cines —y dando mucho de que hablar—, ‘Napoleón’, el retrato cinematográfico de una de las figuras más complejas de la historia, un hombre más dispuesto a mandar a millones de personas al combate que a enfrentar sus pasiones amorosas, retratado bajo la visión de Ridley Scott.
Joaquin Phoenix interpreta al militar de origen corso que puso a sus pies a media Europa en poco más de tres lustros, a principios del siglo XIX, hasta su derrota definitiva en Waterloo (1815), en una producción de casi 200 millones de dólares de presupuesto.
Napoleón Bonaparte (1769-1821) es una de las personalidades históricas sobre las que más se ha escrito, y Scott intenta resumir su espectacular ascenso al poder y su estrepitosa caída en algo más de dos horas y media.
La película arranca con la decapitación de la reina María Antonieta en París en el momento álgido (y más sangriento) de la Revolución Francesa, y el encuentro de Napoleón con una cortesana, Josefina de Beauharnais, viuda con dos hijos de una de las víctimas del terror revolucionario.
Ese encuentro marca la vida del ambicioso oficial, que según la tesis de la película, basada en las cartas amorosas que Bonaparte le mandó durante años a Josefina, nunca dejó de amarla. Aun cuando se separó de esta (interpretada por la británica Vanessa Kirby) por ser ella incapaz de darle un hijo.
Scott ya dirigió a Phoenix (ganador del Óscar a Mejor Actor en 2019 por ‘Guasón’) en ‘Gladiador’ hace 23 años, también en el papel de un emperador, el romano Cómodo.
“El hombre fascinó al mundo, ya sea como líder, diplomático, guerrero, político y, por supuesto, como dictador. La dictadura implica que se derrame sangre”, explicó Scott durante la promoción del filme, estrenado en París.
Phoenix se negó a hacer comparaciones fáciles entre el emperador belicoso que interpreta y los conflictos que actualmente azotan al mundo. “Si estuviera en medio de un conflicto, lo último que querría es escuchar a un actor sentado en el Bristol parisino (un hotel de lujo)”, dijo Phoenix, en una de sus primeras entrevistas desde el final de la huelga de actores en Hollywood.
“Hay gente que está experimentando dolor y angustias reales en este momento, y no quiero mezclar una película en la que participo, que costó un montón de dinero, con algo que está sucediendo. Simplemente me parece mal”, agregó.
Un adolescente enamorado
Phoenix, de 49 años, dijo que esperó más de 20 años para volver a trabajar con Scott. Luego bromea: “No nos llamó hasta que tenía una historia sobre un tirano petulante de estatura baja, y se dijo ‘¡tengo al tipo adecuado!’”.
El intérprete considera que el político “era muy torpe socialmente. Yo lo veo como un romántico con el cerebro de un matemático. “Quería ser sincero, pero sus cartas... parece un adolescente enamorado, casi plagiando poesía”, dijo. “Hay algo casi conmovedor en ello, si no fuera también responsable de la muerte de millones de personas”, agregó.
Phoenix explicó cómo preparó el personaje. “Imaginé que era frío y calculador como un gran estratega militar. Lo que me sorprendió fue el sentido del humor y lo infantil que era”.
Por su parte, Kirby considera que la relación entre Napoleón y Josefina era fascinante pero agotadora. “Siempre me pareció asombroso que este hombre que construyó un imperio pudiera escribir estas cartas. Estaban inexorablemente atraídos el uno al otro, pero a mí nunca me pareció algo cuerdo, tranquilo, saludable; era obsesión y fascinación, y dinámicas de poder que fluctuaban”.
“Es muy difícil obtener una respuesta clara sobre muchas cosas”, según Phoenix quien confesó que su interés radicó en encontrar “inspiración más que información”, a través de detalles como saber cómo comía y bebía Napoleón.
“Algunas cosas son ridículas; dos semanas antes de que comenzáramos a filmar, alguien me dijo ‘¿Sabes que Napoleón era zurdo?’. Y luego me tomó una semana desmentir eso”, explicó Phoenix.
Lo mismo ocurrió con Josefina. “Cada libro era completamente diferente. Tuve la sensación que ella interpretaba diferentes roles para sobrevivir”, aseveró Kirby.
Figura de cine
La figura del “pequeño cabo”, como se le conoce popularmente en Reino Unido, ha sido retratada en numerosas ocasiones en el cine. El director francés Abel Gance lo hizo en 1927 con una película que utilizó técnicas audiovisuales revolucionarias.
Marlon Brando encarnó a Napoleón en ‘Desirée’ (1954). Stanley Kubrick, director de ‘2001, una odisea en el espacio’ no pudo, en cambio, llevar a cabo su proyecto, que ya tenía guion cuando el director falleció en 1999.
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A lo Napoleón
En 1809 Napoleón decidió divorciarse de su primera mujer, Josefina, para casarse con la hija del emperador austríaco, María Luisa de Austria. Como el papa Pio VII no estaba dispuesto a aprobar ese matrimonio, Bonaparte hizo arrestar al pontífice e “invitarlo” a residir en Francia hasta que aceptase esta y otras de sus exigencias, como firmar un concordato favorable a sus intereses.
Curiosidades de Napoleón Bonaparte
Nació el 5 de agosto de 1769, en Ajaccio, Francia y murió el 5 de mayo de 1821, en Casa de Longwood, Longwood, Santa Elena. En su familia no se hablaba francés y él no lo aprendió hasta los 10 años. Conservó un marcado acento genovés que lo acomplejaba.
Entró en la academia militar con solo 10 años y a los 16 se graduó como teniente de artillería. Al estallar la Revolución Francesa, con solo 20 años fue nombrado comandante segundo de la Guardia Nacional de Voluntarios de Córcega.
Napoleón I recibió el apelativo de ‘Le Petit Caporal’ (el pequeño cabo) por su supuesta baja estatura, pero la autopsia reveló que medía 1,68 metros (normal para su época). Los británicos se referían a él con el despectivo Boney y las monarquías europeas como el tirano Bonaparte, el Ogro de Ajaccio o el Usurpador Universal.