El espíritu de la Navidad está vivo gracias a la novena de los feligreses del templo histórico San José de Popayán, cual comenzó en la mañana de este lunes 16 de diciembre.
“Comenzamos esta hermosa actividad luego de construir el pesebre con materiales de reciclados, buscando así conservar la tradición de San Francisco de Asís de recrear el nacimiento de nuestro señor Jesucristo, pero lo más importante, de compartir con nuestros niños y jóvenes alrededor de la fe, el amor al prójimo y las enseñanzas que nos compartió luego de nacer en un humilde portal”, explica el seminarista y candidato eudista José Alejandro Melo.
Luego de los actos religiosos, los integrantes de esta comunidad religiosa adelantaron un compartir con los jóvenes y pequeños, buscando hacer más amenas las enseñanzas de la palabra de Dios, buscando así fortalecer la parte espiritual, a la par con juegos y un compartir, jornada fruto que se dio gracias a las rifas y más actividades que les permitió acceder a los recursos para cumplir con este propósito.
“Además de realizar las ofrendas a niño Dios, lo que buscamos que es que este grupo poblacional se apropie de corazón de sus enseñanzas, que comprenden y aprendan valores como la solidaridad, la fe, la esperanza, el amor hacia el prójimo, todo esto como un aporte para sus vidas, pero también para el fortalecimiento del tejido social en la ciudad”, agrega el seminarista José Alejandro Melo.
La actividad, donde también se integraron los padres de familia, es el fruto del trabajo espiritual de esta comunidad, la cual trabaja día a día para irradiar el mensaje del evangelio entre todos los sectores de la sociedad payanesa, de ahí de la importancia que sean los más pequeños y los jóvenes lo que aprendan del valor de la fe como forma de cambios positivos para la vida personal y para la comunidad.
De ahí que desde este lunes estos chicos, padres, feligreses y líderes religiosos se reunirá en la Iglesia San José para mantener viva esta tradición de compartir en torno al nacimiento del hijo de Dios, a partir de obras de teatro, música y juegos para así ganar la atención de los integrantes de este grupo poblacional.
“Muy interesante esta apuesta de compartir mensajes espirituales de una forma amena, didáctica con nuestros pequeños, de crear espacios de sana diversión y de enseñanza religiosa, eso es conservar más que una tradición, es hacer iglesia con actos de amor y alegría en este mes especial”, manifiesta Marisol Narváez, ama de casa que se integró con su hija a esta actividad.