Por L. C. Bermeo Gamboa, reportero de El País

Durante 20 años las tiendas católicas, además de crucifijos, rosarios, efigies y estampas de santos, vendían un libro que se agotaba con rapidez, el oracional ‘El man está vivo’, escrito por el padre Linero, que podría considerarse un verdadero “best seller” religioso. Cada mes, cada año, llegaba un nuevo volumen, hasta que el padre Linero decidió ser Alberto Linero.

En ese momento, pareció que los oracionales no volverían a llegar, pero no fue así, desde su nueva condición laica, Alberto Linero ha continuado escribiendo oraciones enfocadas en las necesidades espirituales de un mundo en el que no cesan las guerras, los jóvenes no salen de las redes sociales y el cambio climático amenaza con poner fin a la especie humana.

En ‘El man está vivo y está contigo’, Alberto Linero reúne una selección de oraciones y reflexiones abiertas a todas las personas, escogidas del trabajo realizado por dos décadas, y con ello reafirma que su guía espiritual continúa allí, abierta para quienes deseen acogerla.

¿Cuál fue la motivación para reunir las oraciones de gran parte de su trayectoria como sacerdote?

Me motivó una experiencia espiritual, porque ciertamente los oracionales de ‘El man está vivo’ me han acompañado los últimos 20 años de mi vida, en el último tiempo los seguía escribiendo pero no estaba cerca a todo el proceso, por eso sentí a partir de la experiencia mística, de encuentro con Jesús, que él me reclamaba y me decía: “Oye, el oracional siempre ha sido muy importante para los hábitos espirituales de las personas, por qué lo tienes tan descuidado”.

Las nuevas generaciones oran de manera diferente, lo hacen a veces en el servicio social, a través de un poema, una canción, o en la meditación

Alberto Linero
¿Y de dónde salió el título de ‘El man está vivo’?

Fue un regalo de Dios. El acto creativo que originó este oracional es, sin duda, una moción espiritual. Creo que es él quién me inspira en eso, a mí y al equipo de trabajo que estaba conmigo. Recuerdo que un día estaba predicando Pascua, tenía una celebración muy acogida por los jóvenes, habían ido como mil jóvenes a celebrar la Eucaristía, y allí, mientras yo hablaba dije “el man está vivo”, refiriéndome a Jesús, pero usando la palabra “el man”, que en la Costa no tiene un sentido peyorativo, sino de confianza entre amigos.

Allí estaba un publicista, J. Fernando Celis, que me dijo: “Alberto, yo creo que esa es una frase fuerte, de combate”. Yo le dije: “Mira, le voy a preguntar a mi mamá, si a ella le gusta ese nombre no funciona, si no le gusta, creo que funcionará, porque mi mamá representa el catolicismo tradicional, y yo realmente siempre he querido ser disruptivo y tocar a los jóvenes, a los que de alguna manera estarían fuera del rebaño”.

Dicho y hecho, fui donde mi mamá y le dije: “Mami, ¿qué tal que yo diga ‘El man está vivo’?”. “¿Refiriéndose a quién?”, preguntó ella. “A Jesús”, contesté. Y mi mamá dijo finalmente: “No señor, eso no”. Entonces, yo pensé, “aquí es”, y después se volvió una frase de combate mía, fue un programa de radio, fue un programa de televisión y cuando viene el regalo de Dios del oracional, estaba seguro que ese era el nombre del libro, funcionó y ha sido una bendición.

No creo en ‘abracadabras’ como dicen esas cadenas de WhatsApp, yo nunca mandaría eso a nadie. Nunca le he mandado una oración a nadie sin que me lo pida

Alberto Linero
¿Quién puede escribir o crear una oración?

Nosotros debemos entender que todo discípulo, todo ser humano, hombre o mujer, joven, anciano, niño, puede orar. La oración no es un privilegio de unos pocos, es el privilegio de la comunidad. Todo bautizado y todo ser humano puede entablar un diálogo con Dios y así recibir su bendición. Por eso considero que la oración debe ser un hábito de todos, ahora que hablamos mucho de hábitos espirituales.

A propósito, un día conversando con Carlos Vives, me dijo que “la oración es la orden que le damos a la vida para que sucedan cosas buenas”.

Alberto Linero presenta su nuevo libro 'El man está vivo y está contigo'. Foto: Juan Sebastain Cruz Ruiz | Foto: Juan Sebastian Cruz Ruiz
¿Qué sucedió con los oracionales cuando dejó el sacerdocio?

Tengo que ser humilde y reconocer que el oracional tuvo un bajón, es decir, si hubo un momento que se llegaron a vender hasta 280 mil mensuales, entre los oracionales de adultos, jóvenes y niños, luego de mi decisión esto cambió. Hubo un bajón porque hay personas que ya no se sintieron identificadas, personas que tomaron distancia, otras que desde su experiencia tradicional asumieron mi decisión como un abandono y lo rechazaron. Pero, por otro lado, es muy importante destacar que 50.000 personas siguieron comprando el oracional, y eso para mí es maravilloso, por eso seguí escribiendo, para seguir fiel a esas 50.000 personas, un público lector que espero siga creciendo.

En su libro anterior, ‘Espiritualidad para humanos’, habla de la relación espiritual con las mascotas, ¿es posible hacer oraciones por los animales?

No solo creo que se pueden hacer oraciones por los animales, creo que se hacen oraciones con los animales. Cuando estamos abrazados a nuestra mascota en una experiencia de oración, estamos en comunión con ella y con el Dios de la vida. No podemos olvidar que los animales son seres sintientes y criaturas de Dios, esto no es nuevo, ya nos lo había enseñado Francisco de Asís, que nosotros como parte de la creación somos hermanos de los animales.

La oración no puede ser instrumental, no es una extorsión espiritual, a veces la oración es simplemente un expresar el alma, una expresión de gratitud y generosidad

Alberto Linero