Con la víspera de este primer domingo de Adviento, muchas personas se reúnen en sus hogares para dar inicio a la temporada litúrgica con una oración especial destinada a fortalecer los lazos familiares y recibir bendiciones.
La oración de la Corona de Adviento, una antigua tradición cristiana, tiene raíces que se remontan a siglos atrás. Este ritual implica el uso de una corona, elaborada con ramas de pino, que lleva consigo cuatro velas, cada una con un propósito específico.
Esta costumbre simboliza la anticipación y la esperanza en la llegada de la luz divina durante el período de Adviento.
La temporada de Adviento se inicia el domingo, 3 de diciembre; en este día, muchas familias y parroquias comienzan a preparar sus coronas, que, como se mencionó anteriormente, son aros elaborados con ramas verdes, a menudo adornados con ornamentos o lazos rojos.
Estas coronas llevan cuatro velas que se van encendiendo de manera progresiva cada domingo hasta celebrar la navidad.
Oración para el Primer Domingo de Adviento
Señal de la Cruz:
Por la Señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Guía: “Nuestro auxilio es en el nombre del Señor”.
Todos: “Que hizo el cielo y la tierra”.
Lectura del profeta Isaías 9,1-2:
”El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz. Tú has multiplicado la alegría, has acrecentado el gozo; ellos se regocijan en tu presencia, como se goza en la cosecha, como cuando reina la alegría por el reparto del botín.” Palabra de Dios.
Todos: “Te alabamos Señor”.
Lectura de la Carta a los Romanos 13,11-12:
”Ustedes saben en qué tiempo vivimos y que ya es hora de despertarse, porque la salvación está ahora más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe. La noche está muy avanzada y se acerca el día. Abandonemos las obras propias de la noche y vistámonos con la armadura de la luz”.
Rezar ahora un Padre Nuestro y un Ave María.
El Adviento no solo es un tiempo de preparación espiritual, sino también una oportunidad para fortalecer los lazos familiares y fomentar la solidaridad.