Sofía Coppola (New York, 1971) tiene una obsesión por las figuras públicas. En su carrera como directora ha filmado nueve largometrajes. Ganadora de un premio Oscar en 2004 a mejor guion por su segunda película “Pedidos en Tokio”. Es hija de la leyenda del cine que inmortalizó a la familia Corleone: Francis Ford Coppola.
Sobrina de Carmine, directora de arte de las obras imprescindibles de su hermano, y prima del destacado y Oscarizado actor Nicolás Cage. Sofía ha vivido sus 54 años rodeada de estrellas fulgurantes. Y ha de ser por estar cerca a ese esplendor que emanan las estrellas públicas, que su cine ha mirado con atención especial a: actores en decadencia (“Perdidos en Tokio”), estrellas absortas en sí mismas (“Somewhere”), mujeres con responsabilidades históricas (“María Antonieta”) y esposas de celebridades intocables (“Priscilla”). Sofía ha explorado la condición humana de seres excepcionales, pero desde sus puntos oscuros.
Priscilla Ann Beaulieu Wagner fue elegida por el Rey del Rock and Roll como su princesa a los 14 años de edad. Con una diferencia de 10 años, Elvis Aron Presley prestaba servicio militar en Alemania. Tenía dos canciones pegadas en la radio y había filmado una película en Hollywood, la leyenda estaba naciendo.
“Priscilla” es la película que narra la vida de esta niña que de un momento a otro paso de ser una colegiala tranquila a ser la elegida de la súper estrella de una música estridente y pegajosa que todos escuchaban y admiraban.
“Priscilla” narra 15 años del turbulento romance entre la hija de un militar y la estrella rutilante de la música norteamericana de todos los tiempos. Una historia de hadas y príncipes azules hermosos y millonarios. Elvis encarna un glorioso artista que filmó 31 películas, ganó 3 premios Gramy, realizó 150 trabajos discográficos, fue visto por el público en más de mil cien conciertos, y tuvo el privilegio de 18 hits de la radio, ventas multimillonarias y un mito que hasta hoy nos deja ver a un joven con patillas grandes y unas gafas que le cubre casi todo el rostro con actitud rítmica en sus caderas y vos grave. Elvis es hoy un eterno adolescente.
“Priscilla” mantiene la mirada inquisidora de la directora en esos seres a quienes los dioses otorgan dones exclusivos y excluyentes. Esta vez mira las contradicciones de un hombre que tiene pudores sexuales con su novia menor de edad, pero no tiene prudencia con ofrecerle “pastillas milagrosas” que duermen por dos días a la niña que lo acompaña en su mansión. Sofía Coppola deja claro que su interés cinematográfico no está en el mito sino en el ser humano que vio con tristeza la autodestrucción de un artista excepcional.
“Priscilla” se puede leer como la resurrección de una mujer y la caída de una gloriosa leyenda. La actriz Cailee Spaeny interpreta a una niña – mujer que logra ver, de manera prematura, el vacío y la superficialidad de su vida encerrada en una jaula llamada “Graceland”.
Majestuosa la banda sonora de la película. Extraordinarios movimientos de cámara, travelling, zoom, acompañados de ritmos musicales que acompañan los sentimientos de los personajes. Una puesta en escena esplendorosa que nos recrean, con detalles exquisitos, los años 70 y 80. Disponible en MUBI.