Por AFP
La organización del Giro de Italia anunció este lunes, 20 de mayo, la puesta en marcha de un protocolo especial y adaptable en función de las condiciones meteorológicas, que se prevén complicadas, para este martes en la 16ª etapa de la prueba.
La jornada, entre Livigno y Monte Pana, ya había perdido al mítico Stelvio, que iba a ser el techo de la presente edición del Giro, debido al riesgo de avalancha.
Tras dos semanas de buen tiempo, las previsiones son malas para el martes, lo que ha provocado que la organización (RCS), en acuerdo con los corredores y los equipos, adopte medidas especiales.
Entre ellas, la autorización del abastecimiento hasta diez kilómetros antes de la meta y la posibilidad de distribuir “prendas de lluvia/frío suplementarias”.
La decisión ya ha sido criticada por algunos corredores, como el alemán Simon Geschke en la red social X: “¿Tres minutos? No sé qué circo nos prepara RCS. Creo que se convertirá en un caos ridículo. Una prueba más de que a los corredores no nos toman en serio”.
En caso de condiciones meteorológicas extremas, “la etapa será neutralizada hasta un lugar en el que las condiciones de seguridad sean satisfactorias”, añadió RCS.
Tras dos semanas de carrera, el esloveno Tadej Pogacar es líder con casi siete minutos sobre sus inmediatos perseguidores cuando quedan seis etapas para la llegada a Roma.
‘Pogi’, gran favorito para la carrera antes del inicio de la misma, quiere convertirse en el primer corredor desde Marco Pantani en 1998 en conquistar Giro y Tour de Francia el mismo año.
Las diferencias en la general son tan abultadas -Pogacar cuenta con 6:41 sobre Geraint Thomas y 6:56 sobre el colombiano Daniel Martínez– que los corredores se reconocen ya batidos antes de la última semana, que reserva sin embargo cuatro etapas de montaña.
“Generalmente, la tercera semana del Giro es la más difícil visto el perfil de las etapas y el cansancio acumulado. Pero en este caso podemos considerar que está ya sentenciado y que vamos a pelear por el segundo puesto. La diferencia es demasiado importante”, reconoce Daniel Martínez, el jefe de filas del Bora-Hansgroh.