La montaña será una de las grandes invitadas a la edición 107 del Tour de Francia, que comenzó este sábado en Niza, sur del país.
Cada año, los favoritos se juegan el título de la prueba ciclística más importante por etapas de mundo en los duros ascensos, y este año han sido planificados dentro de un recorrido catalogado como uno de los más exigentes en los últimos tiempos.
El Tour de Francia 2020 cuenta con 29 puertos, subidas o repechos de segunda categoría, primera o especial.
Cuatro etapas en línea concluirán con llegada en alto: dos en los Alpes, una en el Macizo Central (en el Puy Mary), y una en el Jura (en el Grand Colombier).
A ello se añaden otras dos llegadas en altura, una en las Cevenas (Mont Aigoual) y otra en los Alpes (Villard-de-Lans), así como la contrarreloj en los Vosgos, en La Planche des Belles Filles.
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Además, otro factor motivacional es que en esta temporada el Tour tendrá segundos de bonificación en ocho puertos, algo que sin duda va a incidir en la clasificación general de los corredores.
Al pasar por esos ocho puertos situados en lugares estratégicos del recorrido, se concederán respectivamente 8, 5 y 2 segundos a los tres primeros clasificados.
El colombiano Nairo Quintana, uno de los favoritos para subir a lo más alto del podio, sabe que tendrá un reto diferente ahora con la escuadra francesa del Arkea.
“Tenemos buenos corredores. Warren Barguil pasa por un buen momento e irá con nosotros en la montaña. Wínner Anacona va mejorando y se pondrá mejor de lo que hemos visto. No somos el equipo más fuerte y debemos estar todo el tiempo pescando y forzando más de lo normal”, acotó el boyacense.
Sobre las bonificaciones en la montaña, Quintana aseguró que “nunca me han gustado esas bonificaciones. No es mi especialidad lograr esos segundos. Vamos a tener que pelear contra las bo- nificaciones para hacer esa diferencia”.
La versión 2020 del Tour tiene unas características muy diferente a las ediciones de años anteriores.
A diferencia de recorridos de la misma prueba en temporadas pasadas, donde la cita con la montaña se daba en la segunda y la tercera semana, para este año los ascensos comenzarán en las primeras jornadas, un hecho que hará selectiva la carrera de cara a la disputa por el honor del Tour.
Lo anterior se suma a un año atípico por culpa de la pandemia del Covid-19, que ha originado un calendario ciclístico distinto en cuanto a la preparación para una carrera larga y exigente como es la ‘Grande Boucle’.
“Será un Tour muy diferente porque presentará mucha montaña. Los líderes de los equipos van a tener que estar muy atentos porque desde la primera semana van a encontrar etapas de alta montaña y eso va a marcar el futuro de la carrera”, opinó el exciclista caleño Járlinson Pantano, ganador de una etapa del Tour en el año 2016.
Una cronoescalada para definir
Y como si el menú montañoso de este Tour fuera poco, los candidatos al título se jugarán sus opciones un día antes de finalizar la prueba en una cronoescalada en la penúltima etapa entre Lure y La Planche des Belles.
Una jornada de 36,2 kilómetros que propone una subida como la de La Planche des Belles Filles, con una longitud de 5,9 km y un desnivel medio del 8,5 %. Si las diferencias lo permiten, podría haber sorpresas en las posiciones del podio.
“La crono va a ser crucial, faltando un día para terminar el Tour será decisiva para los líderes de la carrera a esa altura y determinará el ganador de la prueba”, acotó Járlinson.
La montaña puede pasar factura en la parte física a gran parte del pelotón, sobre todo por lo compleja que ha sido la temporada.
“Un ciclista llegaba con mínimo 6000 kilómetros al Tour, ahora en muchos casos no pasan de 1000. Va a haber decepciones. El organismo no está adaptado para una carrera de tres semanas”, concluyó el profesor Luis Fernando Saldarriaga, entrenador y preparador físico en ciclismo.