Impaciente por albergar el viernes la salida del Tour de Francia, Copenhague ve en ello la ocasión de afianzar su enraizada cultura de la bicicleta: allí como en numerosas ciudades danesas, las bicicletas se imponen a los coches.

"En Dinamarca y en Copenhague, hacer ciclismo es más que un modo de transporte de un punto A a un punto B, es una parte de nuestro ADN", asegura a la AFP la alcaldesa de la capital, Sophie Haestorp.

"El año pasado albergamos la Eurocopa de fútbol y eso fue una enorme fiesta, todo el mundo estaba en la calle. Y yo creo que esto será aún más grande, salvo que ahora será en amarillo y no solo en rojo y blanco", afirma la edil.

Las calles de Copenhague están adornadas con los colores del Tour, y la ciudad se reivindica como capital mundial de la bicicleta

En la capital hay de hecho cinco veces más bicicletas que coches.

Desde hace unos quince años se han invertido más de 100 millones de euros para facilitar los desplazamientos sobre dos ruedas, con 12 viales consagrados exclusivamente a los ciclistas.

"Mucha gente en Dinamarca asume su responsabilidad, por su propia salud pero también por el clima. Por eso se hace ciclismo", explica el presidente de la federación de ciclistas daneses, Jens Peter Hansen.

Cerca del 15% de los desplazamientos diarios de los 5,8 millones de daneses se hacen en bicicleta.

"Es un pequeño país, las distancias no son importantes, no hay montaña así que imagino que es por eso que la gente considera que la bicicleta es un buen medio de transporte", explica Hansen a la AFP.

- Polémica -
Para las autoridades, los beneficios socioeconómicos del ciclismo son excepcionales.

Según las cifras del organismo de promoción Embajada de la bicicleta, la morbilidad de los adultos que utilizan diariamente su bicicleta es inferior al 30% de la de los no ciclistas.

Y aun así, los daneses practican menos ciclismo que hace 20 años, una tendencia que las autoridades esperan revertir gracias al Tour.

"Creo que es tan inspirador tener con nosotros la mayor carrera ciclista (...) Cuando ven a los corredores profesionales, los niños quieren también montar en sus bicicletas", afirma Sophie Haestorp.

Nunca antes la 'Grande Boucle' había partido de tan al norte. Una recompensa también para la afición danesa al Tour, que se vuelca en su seguimiento cada mes de julio.

"Será una gran fiesta", celebra Christian, un ciclista de 31 años.

El Tour llega mientras que la conciencia ciclista de los daneses fue recientemente cuestionada por la antigua embajadora de Estados Unidos en el país.

"En Dinamarca la clase media no tiene los medios para tener un coche. Tienen una bicicleta y toman el tren para los largos trayectos", había lanzado Carla Sands en Twitter a comienzos de junio.

Sin embargo, en este país considerado como el más "sostenible" del mundo por el índice de actuación medioambiental, el ciclismo a diario no tiene nada que ver con el salario medio. Con cerca de 6.000 euros (6.350 dólares) al mes, Dinamarca está entre las mejores naciones en esa faceta según la OCDE.

"Cada vez que pienso en ello, me empiezo a reír. Es una completa locura", afirma Hansen. "Estamos muy orgullosos de nuestra cultura del ciclismo".

Además de una contrarreloj en Copenhague, la 109ª edición de la competición recorrerá 374 kilómetros en Dinamarca, con dos etapas más.