"¡Sigo vivo!": la estrella del ciclismo belga, Wout Van Aert, envió un mensaje tranquilizador este jueves, después de estar cerca el martes de haber sido arrollado por un camión-hormigonera durante un entrenamiento en Países Bajos.

"Este tipo de incidentes se producen desgraciadamente casi todos los días en la carretera", dijo el corredor flamenco en una conferencia de prensa de su equipo Jumbo-Visma, a dos días de la clásica Tour de Flandes, en el que se presenta como uno de los grandes aspirantes a la victoria final, a pesar de la baja de su compañero de formación Dylan Van Baarle.

"He recibido numerosos mensajes de gente que se preocupaba, incluso mi esposa pensaba que me habían atropellado. Pero está bien, ¡sigo vivo!", subrayó el subcampeón olímpico, intentando quitar dramatismo a lo ocurrido.

El martes, una hormigonera estuvo cerca de atropellarle durante un entrenamiento en Países Bajos, en el que iba en compañía de Jan Bakelants, ya retirado y que en su día llevó el maillot amarillo del Tour de Francia, y del corredor de ciclocross Daan Soete.

"Wout tenía unos ejercicios por hacer pero el carril bici no estaba adaptado en ese lugar para alcanzar velocidades de 40 a 45 km/h", contó Bakelants el miércoles a la cadena flamenca Sporza.

"Entonces se pasó a la carretera. Cinco minutos más tarde escuché un bocinazo y una hormigonera se acercó a nosotros, sin dejar de tocar el claxon", continuó. "Wout casi se vio debajo del camión, fue impresionante", aseguró.

Para evitar al camión, Van Aert se desplazó bruscamente a la derecha, empujando a su vez a Dan Soete. "Si no, estaría quizás muerto", insistió Bakelants, lamentando "una situación peligrosa que los ciclistas viven desgraciadamente a menudo".

En noviembre, el italiano Davide Rebellin, que acababa de retirarse, murió al ser atropellado por un camión cuando montaba en bicicleta. En 2017, otro campeón italiano, Michele Scarponi, falleció tras ser atropellado por una camioneta cuyo conductor estaba viendo un vídeo en su teléfono móvil.