Gloria eslovena en La Vuelta 2019, con el triunfo final de Primoz Roglic en la clasificación general y el joven Tadej Pogacar en una penúltima etapa en la que asaltó también el podio y el maillot blanco ante el derrumbe de los colombianos Nairo Quintana y Miguel Ángel López.

Repóker de un país que prácticamente acaba de llegar al máximo nivel del ciclismo que se contrapone a la decepción de otro llamado a dominar del futuro a medio y largo plazo y que lleva toda la temporada arrasando.

Pero a Nairo Quintana, irregular como en pocas ocasiones, aunque brillando también por momentos más de lo que acostumbraba últimamente, no le dieron las fuerzas para seguir al joven del UAE Emirates y cedió un puesto en el podio que incluso apuntó a más cuando se puso líder en la segunda etapa y a punto estuvo de dar un golpe de mano camino de Guadalajara, ya esta última semana.

El de Boyacá escribió en esta Vuelta uno de los últimos capítulos, si no el último, de un matrimonio con el Movistar que nunca dio la sensación de ser estable y acabó con un divorcio que le lleva al Arkéa francés.

López ha sido un protagonista indiscutible de la carrera. Para bien y para mal. Ha sido, con Pogacar, el corredor más ofensivo entre los importantes, pero también de los que menos suerte ha tenido. En especial, por la caída al final de la primera semana en Andorra que quizás le mermó para el resto de la carrera.

Pero cuando parecía recuperado y todo el mundo le esperaba, como este sábado, aunque lo intentó, al final también le abandonaron las fuerzas.

Pero del 'Superman' colombiano quedará en la memoria de esta Vuelta unas duras declaraciones contra el Movistar, al que llamó "tonto", y sorprendentemente, contra Alejandro Valverde, al que cuestionó el ejercicio del liderato que debe como campeón del mundo. Se disculpó con el español, pero a Valverde no le gustaron sus palabras y no parece dispuesto a olvidarlas.

Más parcos estuvieron durante toda la carrera Roglic y Pogacar, que hablaron más, mucho más, en la carretera. Donde se debe.

El joven -20 años-, para lograr tres victorias impresionantes en etapas de las más duras de la última grande por etapas del calendario, en Andorra, Los Machucos y la Plataforma de Gredos, a una por semana, y así anunciar candidaturas.

El ya más veterano -a punto de cumplir 30-, aunque con bagaje todavía escaso en un deporte al que llegó hace solo ocho años procedente del esquí, para hacerse con una Roja que asaltó en la única crono de la carrera, en Pau, y consolidó sorteando como pudo, pero firme, las numerosas vicisitudes que le aparecían cada día.

Y cuando no pudo él, siempre encontró aliados que le salvaron por circunstancias de carrera. Las más delicadas, la escapada de una cincuentena de corredores ya en Aranda de Duero, justo en la salida de una etapa llana pero con viento hacia Guadalajara; y la caída del viernes último llegando a Escalona en otra etapa llana con final en cuesta, en esa ocasión en Toledo.

En la primera ocasión le salvó el Astana, que también se había quedado cortado de un Quintana que llegó a acariciar el maillot rojo; y, en la segunda, la decisión de los jueces de permitir a los implicados en la caída enlazar tras los coches.

Incluso este sábado también las circunstancias trabajaron para Roglic. Fue cuando Alejandro Valverde, el segundo clasificado, salió disparado parecía que hacia Pogacar.

Pero el 'arcoíris' se clavó en seco sin que se supiese muy bien el porqué y lo que hubiese sido una persecución a dos peligrosos rivales se convirtió en una tranquila -que no cómoda- estancia en el grupo de los mejores presenciando las maniobras de Valverde, Quintana y López en su pelea por el podio con Pogacar.

Al final fueron los colombianos los que se derrumbaron y el de Zagorne ob Sabi compartió el domingo con su joven compatriota de Komenda la gloria que echarán de menos en Colombia. Especialmente en Cómbita y Pesca, ambos municipios de Boyacá, donde esperaban más de sus ídolos. La gloria esta vez, en La Vuelta 2019, fue eslovena.