La Premier League digiere con dificultad el uso a veces excesivo de la videoasistencia al arbitraje que, sin evitar algunos fallos, ha ralentizado el juego, destruyendo la “pureza” del fútbol y restando responsabilidad a los árbitros centrales, según sus detractores.
El potente campeonato de Inglaterra ha sufrido varias polémicas arbitrales desde el inicio de temporada, como suele ser normal, pero los debates han adquirido una nueva dimensión después de la victoria del lunes del Chelsea en Tottenham.
La pasión que rodeaba este derbi londinense cayó en picado por las continuas pausas del juego: el VAR intervino hasta en nueve ocasiones, para anular cinco goles y expulsar a dos jugadores del Tottenham, lo que provocó 21 minutos de tiempo añadido.
“Me aburrí viendo el partido”, declaró el seleccionador inglés Gareth Southgate el jueves. “Estaba en el partido y no paraba de pausarse. Incluso sin hablar de los jugadores, ¿Qué hay de los aficionados?”.
Es cierto que el espectáculo se ha visto disminuido, pero también el propio fútbol, pues el balón tan solo estuvo en juego un 43% del partido, la cifra más baja desde hace dos años en Premier League.
“Sigamos jugando”
Para Southgate, “se busca la perfección en un mundo imperfecto. Siempre habrá decisiones que tomar e interpretaciones que hacer, aceptemos las decisiones de los árbitros y oficiales y sigamos jugando”.
¿Continuar como si no pasara nada? Esa es también la postura de Ange Postecoglou, entrenador del Tottenham, que asume su posición “old-school”: la “tecnología de línea de gol”, sí, pero el VAR no, dice, enamorado de la “pureza del juego”.
El VAR rompe la emoción y, sobre todo, la dinámica del juego, insistió el lunes: “Quiero que mi equipo juegue rápidamente, que ataque con un ritmo elevado y que se entregue a fondo. Recibimos una tarjeta roja y un penal ¿y qué? Lo asumimos y empezamos de nuevo. Pero ahora, tenemos que quedarnos de pie durante dos minutos para saber si alguien estaba o no en fuera de juego”.
Renunciar a las pausas y al videoarbitraje permitiría a los árbitros recuperar el rol central que ocupaban antes, opinan algunos involucrados.
“Ahora no quieren tomar decisiones o tienen la impresión de que no lo necesitan, porque llegará al VAR de todas formas”, valoró Michail Antonio, atacante del West Ham, en el podcast The Footballer’s Football.
Postecoglou menciona también una “erosión constante de la autoridad del árbitro” a expensas de los asistentes en la sala de vídeo.
“Estaremos bajo el control de alguien que esté delante de una pantalla de televisión a varios kilómetros de aquí”, valora.
¿Limitar el VAR ?
A principios de octubre, Mauricio Pochettino propuso hacer “marcha atrás”, dejando que el VAR tan solo intervenga para los fueras de juego y para saber si el balón cruza o no la línea de gol.
“En estos momentos no estamos contentos con el VAR, tampoco con la gente que dirige el VAR y peor, tampoco con los árbitros, y eso es un problema”, dijo el entrenador del Chelsea.
Algunos días antes, la Premier League había atravesado su primera gran polémica de la temporada, cuando el Liverpool, con nueve jugadores, perdió 2-1 en Tottenham encajando gol en el minuto 90+6, después de haber sufrido injustamente la anulación del gol que habría abierto el marcador.
El asistente VAR, distraído, no vio la bandera levantada por el linier y pensaba que tenía que “confirmar” la ausencia de fuera de juego del goleador. La asociación inglesa de árbitros profesionales (PGMOL) reconoció un problema de atención y comunicación, pero la situación tardó en calmarse.
La League Managers Association, sindicato de entrenadores profesionales en Inglaterra, sugirió en especial que el árbitro central trabaje en cada partido con el mismo asistente en la sala de vídeo, para reforzar su cohesión y evitar este tipo de errores.
“La PGMOL nos ha confirmado que está estudiando activamente la mejor manera de integrar el VAR en los equipos de arbitraje los días de partido, con el objetivo de asegurarse que la dinámica entre el árbitro y el asistente pueda dar resultados positivos”, declaró Richard Bevan, director general de la LMA, el miércoles en Daily Mail.
*Con información de la AFP.