James Rodríguez es sin duda uno de los jugadores con mayor calidad que ha dado el fútbol colombiano, incluso, hay algunos hinchas que dicen que el volante es el mejor jugador que ha nacido en estas tierras.
Sin embargo, la carrera del actual capitán de la Selección Colombia comenzó a tener un declive por allá en el 2019, cuando se dio por terminado su ciclo con el Bayern Múnich de Alemania, desde ese entonces no ha durado en ningún club por más de una temporada y no ha tenido la regularidad deseada para un jugador de su categoría.
De por si, su paso por los clubes recientes de su carrera ha estado marcado por la falta de minutos, las lesiones y una que otra polémica con el entrenador de turno.
Muchos pueden pensar que para un deportista lo más importante es su carrera deportiva y se dedican a ella en un 100%, pero James Rodríguez fue más allá y desde hace un buen tiempo viene demostrando que es un gran empresario, logrando alianzas millonarias con marcas reconocidas a nivel mundial, establecimientos comerciales y generando mucha fortuna para su patrimonio personal, todo esto fuera del dinero que gana por ser jugador profesional.
La rápida gama y admiración que ganó James gracias a su habilidad con el balón le dio la oportunidad de negociar millonarios contratos con varios clubes y también le abrió las puertas del mundo de los negocios.
Hace ya varios años el cafetero ingresó a este mundo y el negocio más reciente es el de una serie de suplementos y vitaminas que anunció esta semana, más exactamente el pasado 15 de mayo.
“El fútbol me enseñó que para alcanzar grandes metas se necesita un equipo de genios. Eso es lo que hemos formado en Truly Genius: un equipo decidido a dejar una marca. Usar mis experiencias, tanto buenas como adversas, para promover el bienestar y el crecimiento a través de Truly Genius, me llena de orgullo” dijo James en un video.
El volante, máximo goleador del Mundial de Brasil 2014, también incursionó en el sector gastronómico con su restaurante Arrogante ubicado en el norte de Bogotá. Además, tenía un establecimiento de bebidas llamado Dos Molinos.
Por último, el futbolista se unió con la marca Monastery para lanzar una línea de ropa con un estilo “sobrio, elegante y minimalista dentro del mundo streetwear”, así lo indicó Pedro Castellanos, fundador de la marca.