La salida de la 16ª etapa del Giro de Italia sufrió un retraso el martes, en medio de la confusión sobre su desarrollo, pues los corredores amenazan con no participar debido a las complicadas condiciones meteorológicas.
La salida de esta etapa de montaña, entre Livigno y Monte Pana, debería haberse lanzado a las 11h20 locales (9h20 GMT) desde la estación de esquí lombarda, pero en ese momento corredores y equipos seguían en conversaciones con los organizadores RCS.
Los corredores prefieren suavizar la etapa, moviendo la salida a los pies de la bajada del primer puerto de la jornada, el Giogo di Santa Maria, donde estaba nevando.
“Según las últimas noticias, deberíamos trasladarnos en coche hasta una nueva salida, pero seguimos esperando una decisión”, declaró Alexandr Vinokourov, manager de Astana, a la prensa.
La víspera, RCS puso en marcha un protocolo especial para esta etapa, que ya había perdido hace varios días el mítico Stelvio por riesgo de avalancha. El protocolo prevé que, en caso de mal tiempo, los corredores puedan cambiarse de ropa en la cima del Giogo di Santa Maria, a 2.498 metros de altura, donde la carrera sería neutralizada durante tres minutos.
Varios corredores y equipos valoraron esta medida de “ridícula” y “payasada”.
La tensión aumentó en la mañana del martes, cuando el sindicato de corredores CPA escribió una carta, publicada por su presidente Adam Hansen en la red social X, al director de la carrera Mauro Vegni, amenazándole con una huelga de corredores si el Giogo di Santa Maria no era retirado de la etapa.
“Los corredores quieren participar y dar espectáculo, pero no afrontar una situación en la que tengan que detenerse en un parking a 2.498 m para cambiarse, cuando hace 2ºC y con fuerte probabilidad de nieve antes de continuar. Eso conllevaría un riesgo serio para la salud, sobre todo en la bajada” del Giogo di Santa Maria.
Con información de AFP