El cubano Mijaín López, el coloso de la lucha grecorromana, se convirtió este martes en París-2024 en el primer deportista olímpico en ganar cinco oros de la misma prueba individual.
López culminó la gesta al imponerse en la final de la categoría de 130 kilos por 6-0 al chileno de origen cubano Yasmani Acosta, en el estadio Campo de Marte al que acudió el presidente del COI, Thomas Bach. Buena parte de los 7.000 aficionados del Campo de Marte, frente a la Torre Eiffel, alentaron al cubano con gritos de “López, López”, mientras un más reducido grupo de chilenos alentaba a Acosta.
Mijaín explotó su incomparable experiencia para tomar una ventaja de 3-0 en el primer parcial. Después sumó otro punto por pasividad y sentenció la victoria aprovechando una maniobra desesperada de Acosta. Bajo una enorme ovación del público, López celebró la hazaña alzando en volandas a sus dos entrenadores antes de arrodillarse él mismo y proceder a dejar sus zapatos en la colchoneta, una tradición de los luchadores que se retiran.
Imbatido desde Pekín-2008
Imbatido desde Pekín-2008, el gigante del pequeño pueblo de Herradura (oeste) dio por concluida su legendaria carrera con esta rotunda victoria frente a Acosta, su amigo, discípulo y excompañero. Acosta, cuya plata es la segunda medalla de Chile en estos Juegos, abandonó Cuba en 2015 precisamente por la falta de oportunidades que le dejaba el glorioso recorrido olímpico de Mijaín.
Tras un quinto puesto en su debut en Atenas-2004, López construyó su leyenda olímpica arrasando con los títulos de Pekín-2008, Londres-2012, Rio de Janeiro-2016 y Tokio-2020. Ese póker de oros lo colocaba en un exclusivo club junto a los nadadores Michael Phelps (200 m estilos) y Katie Ledecky (800 m libre), los atletas Carl Lewis (salto largo) y Alfred Oerter (lanzamiento de disco), todos ellos estadounidenses, el danés Paul Elvstrom (vela) y la japonesa Kaori Icho (lucha). Este lunes, Mijaín fundó en París su propio lugar en el olimpo de los Juegos después de asombrar una vez más con su explosiva combinación de potencia, técnico y agilidad.
Como había anunciado, la quinta corona completa y da por terminada la carrera del luchador de los 130 kilos de oro, un orgullo del decaído deporte cubano, quien en dos semanas cumplirá 42 años.
“Por encima de todos”
Esta gesta no sólo era augurada por el propio Mijaín, quien le prometió el pentacampeonato a sus compatriotas, sino que sus propios rivales la consideraban casi inevitable.
Un día antes, el propio Acosta reconoció a la AFP que López “está muchos escalones por encima de todos en su nivel”. Mijaín, advirtió su rival, “ni siquiera se esforzó tanto” en sus tres combates previos a la final, en los que tumbó al campeón mundial iraní Amin Mirzazadeh.
Sus prodigiosas condiciones y talento le permitieron avasallar a sus cuatro contrincantes a pesar de que llevaba sin competir desde Tokio-2020 para resguardar un físico que, según su preparador Raúl Trujillo, ha sufrido cuatro hernias discales.
Símbolo de Cuba
Los éxitos de Mijaín también representan un bálsamo de ilusión para el deporte cubano, cuyos resultados olímpicos viven un declive impactados por la situación económica de la isla y la marcha de muchas de sus figuras. A diferencia de campeones olímpicos como los boxeadores Andy Cruz o Guillermo Rigondeaux, López permaneció en la isla que lo venera y siempre defendió el legado deportivo de la Revolución Cubana.
Si en 2021 le dedicó su cuarto oro en Tokio al fallecido Fidel Castro, el lunes Mijaín recibió la llamada del actual presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, quien lo alentó para el combate decisivo. “Yo cuando le prometo algo al pueblo de Cuba siempre lo cumplo. Siempre les he dado un alegrón cada vez que vengo a unos Juegos Olímpicos o Mundiales”, aseguró esa noche el gladiador ante la prensa.
“El martes que pongan el televisor para ver el quinto oro”, demandó López, presto a retirarse como un dios olímpico.
Con información de AFP