Con emocionados gritos de júbilo fue despedido anoche el colombiano James Rodríguez del estadio Levi’s de Santa Clara, California, cuando el técnico Néstor Lorenzo decidió su salida del terreno de juego en el que el combinado nacional se enfrentaba a su similar de Brasil, en el marco de la Copa América, que a la postre terminó igualado a un gol.
El cambio se produjo a la altura del minuto 80, cuando el cucuteño salió para darle paso a Jorge Carrascal, pero en ese momento cientos de aficionados, que llegaron hasta ese estadio para acompañar a la Selección Colombia, le regalaron una prolongada ovación para agradecerle y reconocerle el destacado desempeño que tuvo en el encuentro futbolístico.
Y no era para menos, James, a quien el periodismo colombiano no duda en calificarlo como el mejor jugador del torneo continental, tuvo una noche brillante, aunque no logró depositar el gol en el fondo de la red.
Pero sí tuvo participación en la anotación con la que el combinado nacional le empató el juego a su homóloga carioca, al final del primer tiempo.
Antes, cuando corría el minuto 8, el árbitro dispuso un cobro de tiro libre para Colombia y James, desde una considerable distancia, lanzó un potente disparo, que lamentablemente estrelló el balón en el horizontal de la portería y dejó a los aficionados con el grito de gol en la garganta.
Luego, en el minuto 34 del encuentro, se produjo otro tiro libre por parte de Rodríguez, pero Alisson Becker, el arquero brasilero estaba atento y la envió finalmente al tiro de esquina.
Por todo lo anterior y otros momentos sublimes que tuvo el número 10 de Colombia, el manchón amarillo que había en las tribunas se levantó para homenajear a James.