Debido a la magnitud del evento, los Juegos Olímpicos 2024, y tras los últimos hechos de inseguridad en Francia y el mundo, la nación sede de las justas deportivo se ha blindado para prestar seguridad con más de 45 mil efectivos policiales, además de miles de militares, seguridad aérea y la más alta tecnología de punta para evitar tragedias.
La vasta operación policiaca y militar se debe a que los juegos que se llevarán a cabo entre el 26 de julio y 11 de agosto presentan un reto de seguridad sin precedente. La ciudad ha sido objeto de varios ataques extremistas y las tensiones internacionales son altas debido a la guerra en Ucrania y Gaza.
En lugar de construir un Parque Olímpico, con sedes agrupadas fuera del centro de la ciudad como en Río de Janeiro 2016 y Londres 2012, París eligió recibir la mayoría de los eventos en el centro de la capital con dos millones de habitantes.
Los organizadores también están preocupados de posibles ciberataques y con la inteligencia artificial.
Patrullajes militares en vehículos y a pie son una escena común en lugares llenos de gente en Francia desde que hombres armados y terroristas suicidas actuando en nombre de Al-Qaeda y el Estado Islámico atacaron París en el 2015. No tienen poder para arrestar, pero pueden taclear a un atacante y contenerlo hasta que llegue la policía.
Jets de combate Rafale, vuelos de vigilancia que monitorean el espacio, drones de vigilancia, helicópteros con francotiradores y equipo para desactivar drones patrullarán los cielos de París.
Durante la ceremonia de apertura se impondrá una zona de exclusión aérea de 150 kilómetros alrededor de la capital. Cámaras con inteligencia artificial podrán señalar cualquier posible riesgo.
Se han realizado cientos de miles de historiales de antecedentes a quienes compraron boletos, trabajadores y miles más involucrados con los Juegos y aquellos que aplicaron para ingresar en la zona de seguridad de París. Estas revisiones llevaron a que bloquearan a 3.900 personas, que según el ministro del Interior Gerlad Darmanin eran sospechosos de radicalización islámica, extremismo de izquierda y derecha, récords criminales y otras preocupaciones de seguridad.
*Con información de AP