Lejos de sufrir por la altura, en los primeros 45 minutos del encuentro la Selección Colombia plantó cara y por momentos fue dueño del partido contra Bolivia en el temible estadio Villa Ingenio de El Alto.
En el primer tiempo, Camilo Vargas salvó a la Tricolor atajando varios remates de media distancia con los que la verde intentó llevar peligro a su portería. El arquero bogotano se hizo monumental debajo de los tres palos para impedir que Colombia terminara por debajo del marcador en el arranque del compromiso.
El trámite del juego tuvo un punto de quiebre cuando Héctor Cuellar derribó a Roger Martínez en el centro del campo y vio la tarjeta roja por parte del árbitro brasileño Wilton Sampaio.
Con un hombre de más, el combinado nacional se tomó confianza para atacar y estuvo cerca de abrir la cuenta con una jugada que nació de la genialidad de James Rodríguez para poner a Santiago Arias dentro del área con libertad.
El lateral del Bahía de Brasil centró y encontró en el segundo palo a Jhon Córdoba, quien, de manera increíble, no logró dirigir la pelota con destino al fondo de la red. El balón pegó en el vertical derecho y estremeció a los más de 20.000 aficionados que asistieron al compromiso válido por la fecha 9 de las eliminatorias sudamericanas.
Luego de esa ocasión desperdiciada, Colombia pagó caro el esfuerzo de esos minutos de intensidad y le cedió la pelota a Bolivia, que volvió a amenazar la portería de Vargas.
Por fortuna, el hombre de más le sirvió a la Tricolor para compensar el cansancio que ya hacía mella sobre el campo de juego.
Córdoba recibió el respaldo de sus compañeros, que no le recriminaron la jugada, sino le mostraron su apoyo incondicional.
Cabe recordar que el delantero del Krasnodar de Rusia no fue titular, pero ingresó al partido por la lesión de Roger Martínez, que ahora está en duda para poder jugar el próximo martes contra Chile en Barranquilla.