La FIFA anunció este sábado la suspensión por un plazo inicial de 90 días del presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, acusado de haber besado sin consentimiento a la jugadora Jenni Hermoso tras la final del Mundial, en un caso conocido ya como el “#MeToo del fútbol español.
“Hoy hemos decidido la suspensión provisional del señor Luis Rubiales de toda actividad relacionada con el fútbol a nivel nacional e internacional”, afirmó la instancia rectora del fútbol mundial en un comunicado.
La suspensión se extenderá por un periodo inicial de 90 días, mientras “se tramita el procedimiento disciplinario abierto”, agregó.
La FIFA precisó además que Rubiales y los miembros de la RFEF tienen prohibido contactar con Jenni Hermoso o con su entorno.
La internacional española, de 33 años, afirmó el viernes que se sintió “vulnerable y víctima de una agresión” cuando recibió el beso de Rubiales, el domingo pasado al término de la final del Mundial de Australia, ganado por la selección española frente a la de Inglaterra.
Se trató de “un acto impulsivo, machista, fuera de lugar y sin ningún tipo de consentimiento por mi parte”, agregó.
La RFEF tachó horas después esas alegaciones de “mentiras” y anunció que entablará “las acciones legales que correspondan”.
“La RFEF y el Sr. presidente [Rubiales] demostrarán cada una de las mentiras que se difundan ya sea por alguien en nombre de la jugadora o, si fuere el caso, por la propia jugadora”, indicó la instancia.
Rubiales rechazó dimitir el viernes ante la asamblea general extraordinaria de la entidad, convocada para discutir su situación y consideró que el beso en el centro de la polémica fue “consentido”.
Hermoso ya había asegurado, en un comunicado de su sindicato FUTPRO, que “en ningún momento” consintió ese beso, desmontando la defensa de Luis Rubiales.
La Federación remite a otras declaraciones del comunicado de FUTPRO, cuando Hermoso afirma: “En ningún caso busqué alzar al presidente”.
La RFEF acompaña su comunicado de cuatro fotos para defender su versión de que fue la jugadora la que levantó del suelo al presidente, y no al revés.
Las jugadoras internacionales anunciaron el viernes que se negarán a vestir los colores de “la Roja” bajo la dirección actual de la RFEF.
La RFEF replicó, recordando en su comunicado que “la participación en la selección es una obligación de todas las personas federadas si son llamadas para ello”.
En la asamblea extraordinaria de la RFEF, Rubiales, un exdefensor profesional, en el puesto desde 2018, afirmó que el beso fue “mutuo” y arremetió contra el “falso feminismo”.
El secretario de Estado para el Deporte, Víctor Francos, anunció el viernes la interposición de “una denuncia fundamentada ante el TAD (Tribunal Administrativo del Deporte) para que pueda valorar” si “lo que se ha cometido es una falta muy grave”.
El ministro de Deportes, Miquel Iceta, afirmó el sábado en una entrevista en el diario El País que, en caso de que el TAD acepte la denuncia del Ejecutivo, el gobierno procederá “inmediatamente a la suspensión de las funciones del presidente de la Federación”.
“El Gobierno no se va a quedar sentado impasible frente a lo que consideramos una actitud inaceptable que lesiona los derechos de las futbolistas y que empaña la imagen de nuestro deporte a nivel nacional e internacional”, añadió Iceta.
El Consejo Superior de Deportes, órgano competente en materia deportiva adscrito al ministerio de Deporte, también reclamó al TAD la “suspensión provisional” de Rubiales por infracciones “muy graves”.
Hermoso, jugadora del Pachuca, recibió también en las últimas horas el respaldo de la Liga femenina de fútbol de México y sus clubes.
El caso salpica la imagen del deporte en España, un país candidato a la organización del Mundial de fútbol masculino de 2030 junto a Portugal y Marruecos.
*Con información de la AFP.