En su tradicional estilo crítico y retador, el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, volvió a prender la polémica por lo sucedido el domingo pasado en el Estadio Atanasio Girardot, cuando hinchas del Atlético Nacional protagonizaron desmanes e impidieron que se jugara el encuentro contra el América de Cali.
Quintero, quien se encontraba fuera del país, regresó y desde Bogotá, en donde hizo una parada, dio declaraciones en las cuales cuestionó a las directivas del equipo y hasta la organización empresarial Ardilla, la dueña del equipo.
El alcalde, con camiseta de Nacional, señaló que "venimos con la misión de que vuelva el fútbol a la ciudad. Tenemos dos retos: poner de acuerdo a dos grupos de tono beligerante: pido a la organización Ardilla Lulle que le diga a los directivos que reconozcan la importancia de un lenguaje asertivo con el equipo de la barra más grande del país, y a la barra, no usar la violencia como mecanismo para resolver las diferencias; tercero, tienen que sentarse en la mesa".
Para Quintero, es claro que "los dirigentes deben cuidar el lenguaje y las barras ser más inteligentes. Deben ponerse de acuerdo. Si una parte se porta mal, termina mal. Si logramos eso habrá fútbol".
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Sobre las diferencias que el presidente Nacional ha tenido con los funcionarios de la Alcaldía, aseveró que "el señor Navarro a veces cree que es mi jefe... Se le olvida que Nacional es el equipo de Medellín... Va tocar darles calmantes a las directivas de Nacional".
Insistió que su administración es clara en decir que tiene que haber seguridad, “si las barras siguen, no hay fútbol. Si las directivas no ponen seguridad, no hay fútbol... Las dos partes se han equivocado, el que crea que la directiva no se equivocó, no se da cuenta que no fue a la mesa de seguridad un día antes del partido".
El alcalde Quintero además fue preguntado sobre la propuesta de democratización de equipos, manifestó que "no creo necesario sea solución que resuelva este problema, ayudaría para temas de decisiones” e insistió “lo que sí sirve es trabajar con las barras".
Nacional jugará el jueves en Barranquilla, a puerta cerrada por la Copa Libertadores contra Melgar, en tanto que el partido del domingo contra Envigado está en veremos, pues allí estudian si se dan las condiciones de seguridad para acoger el juego.