Nacieron el mismo día, piensan igual, estudian lo mismo y tienen la misma meta: ser árbitras del fútbol colombiano.
Ellas son Diana Isabel, Manuela y María Camila Vásquez Franco, las trigemelas que se abren espacio en el complejo mundo del arbitraje.
Nacieron en Pensilvania (Caldas) hace 19 años. Su pasión por el arbitraje lo heredaron de don Felipe, su padre, árbitro de fútbol, microfútbol y baloncesto en los campos del municipio caldense y toda la región. Antes alcanzaron a jugar voleibol y baloncesto.
“Comenzamos en el arbitraje desde hace tres o cuatros años más o menos. Todo se da por la influencia de nuestro padre, que se destacó como árbitro acá en el departamento de Caldas. Él nos inculcó este amor desde que creó la Comisión de Árbitros de Pensilvania”, comentó Diana Isabel.
No solo se destacan en las canchas de fútbol por su parecido físico, sino que se han ido proyectando en el fútbol colombiano. Actualmente están escalafonadas en la categoría C, pero aspiran para el otro año estar ya en el juzgamiento profesional.
“Cuando estamos en la cancha pitando nos olvidamos del mundo exterior. Lo que me gusta de ser árbitra es que una es la que manda en las situaciones del juego”, apuntó Manuela.
Las tres estudian Ciencias del Deporte y la Recreación en la Universidad Tecnológica de Pereira. Están en quinto, primero y segundo semestre, respectivamente.
Ellas han padecido en carne propia el tema del machismo. “El arbitraje en Colombia sigue siendo muy machista. Nos ha pasado que cuando vamos a alguna cancha a pitar nos dicen que por ser mujeres no tenemos nada que hacer allí. Que por ser mujeres no sabemos, que si cometemos algún error es por nuestra condición de ser mujer”, confesó María Camila.
Técnicamente iguales
Las trigemelas son idénticas en el aspecto genético. Una condición que en la vida de las hermanas Vásquez Franco ha estado desde que eran bebés, cuando sus padres les ponían chupos de colores diferentes para no confundirlas.
“Para las personas que no nos conocen somos iguales, pero para nosotras sí nos vemos muy diferentes”, agregó Diana Isabel.
En varias oportunidades han estado las tres juntas en un mismo campo de juego, un hecho que ha dado origen a situaciones curiosas.
“Acá en Pensilvania nos ha tocado conformar una misma terna a nosotras tres”, indicó Manuela. E incluso, comentó María Camila, las han confundido en el entretiempo. “Ya nos ha pasado que cuando termina el descanso y salimos para el segundo tiempo, nos preguntan si va a pitar la misma mala (risas...). Nos toca aclarar con los entrenadores”, explicó María Camila.
Las tres se proyectan para ser árbitros centrales. Se han venido formando para esa labor dentro del arbitraje. “Nuestro sueño es llegar a ser árbitras centrales con escarapela Fifa”, añadió Diana Isabel.
En su corta, pero ascendente carrera dentro del arbitraje aficionado, ellas han tenido la posibilidad de orientar compromisos en torneos masculinos y femeninos.
Aunque parezca un hecho paradójico, las trigemelas consideran que es más complejo dirigir a las mujeres. “Los hombres son a veces más respetuosos de las decisiones. La responsabilidad es igual en cualquier partido, ya sea de hombres o de mujeres”, expresó Manuela.
La cristalización de la Liga Femenina en el país, más allá de que su tiempo de duración no es el ideal, es una oportunidad para que estas jóvenes jueces puedan aspirar a estar muy pronto en la rama profesional.
Ellas quieren recorrer el camino de grandes árbitros colombianos que han marcado historia. Uno de sus referentes en el pito nacional es el también caldense Nicolás Gallo, integrante de panel profesional, árbitro internacional y quien es catalogado como uno de los mejores del continente, sobre todo en el tema del VAR.
“Para las tres es un referente lo que ha hecho Nicolás. Nos gusta mucho lo que ha sido su carrera. Hace poco tuvimos la posibilidad de conocerlo. Mis hermanas tuvieron la chance de hacerle asistencia en un partido. El camino que ha tenido él nos ha servido para inspirarnos”, acotó María Camila.
Sobre el tema del VAR, que por estos días ha suscitado polémica en el balompié nacional, Diana Isabel especificó que “aunque no hemos trabajado aún con esta herramienta, a mí en especial no me ha llamado la atención. Tal vez cuando la conozca con mayor profundidad, pueda cambiar de opinión”.
Para María Camila el objetivo del VAR es para darle más justicia al fútbol. “Hay jugadas que al ojo del árbitro no puede resolver y allí es donde la tecnología nos puede dar una mano”.
Pitar un Mundial, el sueño
Aunque son distintas en sus personalidades, en lo que sí coinciden las trigemelas es estar juntas en un Mundial femenino.
“Nos encantaría estar dirigiendo en un Mundial. No sabemos qué nos va a deparar el destino, pero estamos trabajando para ese objetivo”, apuntó Diana Isabel.
Por el momento, las hermanas Vásquez Franco seguirán ganando experiencia en campeonatos departamentales y nacionales esperando que muy pronto puedan dar el salto el arbitraje profesional.
Datos
Las hermanas Vásquez Franco son de personalidades muy diferentes a pesar de ser trigemelas.
Diana Isabel se define como la más tranquila, la mediadora de conflictos.
Manuela se cataloga como la de carácter más fuerte de las tres y la más introvertida.
María Camila se describe como la menos penosa y la más extrovertida.
Don Felipe y doña Nancy Viviana son sus padres y dicen sentirse orgullosos de sus tres hijas.